Agricultura, marinería, ciencia y tecnología

La AGRICULTURA fue y deberá ser otra vez una de las bases fundamentales para la economía de Venezuela, que es el 5º de los países con los mayores recursos de agua dulce y el 1º en cuanto a la disponibilidad de ese recurso por habitante y cuyas 100 millones de Hectáreas reciben la mayor luminosidad solar sobre el planeta. Fuimos un país agrícola por siglos y la segunda potencia cerealera de América Latina durante la década de los cincuenta del Siglo XX. La mayoría de los venezolanos ignoran nuestra capacidad para producir alimentos y la cultura agrícola que nos caracterizó; la literatura que nos identifica con ese orígen ha ido perdiendo vigencia para la educación y muy pocos, si acaso alguno de los medios, se ocupan de tratar el tema de nuestro pasado agrícola; no es fácil obtener información sobre el mismo; al parecer, las circunstancias se han confabulado, para borrar de nuestra memoria esa vocación. Pero no somos tan ingenuos. Tal ignorancia fue propósito de políticas imperiales, obedientemente ejecutadas por gobiernos que sucedieron a la Dictadura de Marcos Pérez Jiménez, hasta llevar a la mínima expresión la capacidad para producir alimentos que ofrece el territorio venezolano y desaparición de la cultura agrícola, con el éxodo del campesino a la ciudad. La modernización de la agricultura, emprendida por la Dictadura, fue abandonada y sepultada bajo políticas impuestas por USA, para hacer de la nación venezolana vulnerable, en tanto dependiente en la importación de alimentos y de dólares petroleros para adquirir esos alimentos.

La MARINERA es otra vocación borrada de la memoria del venezolano. Venezuela es un país con las mejores condiciones, para ejercer en el Mar Caribe el privilegio de su extensa presencia, participar en el suministro de bienes y servicios al creciente tráfico marítimo comercial entre los océanos Atlántico y Pacífico e interpretar las repercusiones de otro canal de navegación para ese tráfico y el desplazamiento hacia el Pacífico del poder económico, político y militar, que ha tenido asiento en el Atlántico durante más de 20 siglos. La nación venezolana aspira a ejercer aún mejor su compromiso solidario con los pueblos caribeños, convertido en responsabilidad por la Revolución Bolivarian; la industria naval debe ser un objetivo fundamental de la vocación talasocrática venezolana y, en tal sentido, el transporte de sus hidrocarburos y la explotación de petróleo en su subsuelo marítimo ofrecen una segunda oportunidad para desarrollar la industria naval y hacer de ésta motor del desarrollo industrial de Venezuela.

La INVESTIGACION CIENTIFICA Y TECNOLOGICA es instrumento imprescindible para desarrollar las vocaciones de Venezuela, para ella debemos disponer nuestros mejores esfuerzos.



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Rafael Flores

Capitán de altura y productor agrícola

 eveliseyrafael@hotmail.com

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