Carta abierta a Javier Vivas Santana

Amigo Vivas, perdone que se lo diga, pero lo honesto en su caso sería que se sincerara y le dijera a sus lectores a qué Partido de la oposición pertenece. Eso es lo mínimo que un elemental sentido de lealtad hacia ellos lo obliga a hacer para despejar cualquier duda que pudiera existir al respecto. Esto se lo recomendamos, porque no dejará de haber quienes, envista de sus furibundos y maniáticos ataques contra el gobierno, ataques que en muchos casos superan en virulencia a los de la misma oposición y al de sus más exaltados dirigentes, llegando incluso a mentir y distorsionar descarada e inmoralmente los hechos, un buen número de estos lectores estarán pensando que usted forma parte activa de la conspiración que los enemigos del gobierno están tramando contra el país.

Y no es que para estar con la oposición en esta infame tarea de atentar contra el país, sea necesario militar formalmente en cualquiera de sus organizaciones. Para ello basta con un discurso que, como ya dijimos, coincide y supera en muchos casos al de los integrante de la MUD. Sobre todo, en cuanto a la deshonesta e infame deformación de situaciones que nada tienen que ver con la realidad. Como esa que dice en su artículo titulado "¿Saben por qué hay millones de venezolanos en la pobreza...", en el cual dolosamente afirma que el salario real de los trabajadores es apenas de un dólar diario. Y digo que dolosamente, porque ese salario lo relaciona con el Simadi, que como usted perfectamente sabe es un tipo de cambio que se destina únicamente para la adquisición de bienes que solo demandan los sectores más pudientes y acomodados del país. Al respecto, se olvida de una manera realmente farisaica, que aparte de ese tipo de cambio existe también un dólar preferencial que se otorga para la importación de bienes de consumo masivo. Con lo cual demuestra no sólo el poco respeto que tiene por la vedad sino también el censurable deseo, la aviesa intención, de confundir y desorientar a sus desprevenidos lectores.

Y lo peor de todo, es que estos ataques, en su mayoría falaces, maniobreros e irresponsables, -infantiloides, - se producen mientras existe una furibunda campaña internacional que promueve una agresión contra nuestro país, y que toda persona con un mínimo sentido de patria está en la ineludible obligación de rechazar por todos los medios a su alcance. Lo cual lamentablemente no es su caso. Y no es porque usted ignore lo que en este sentido está ocurriendo, porque bastante resonancia tuvieron los recientes hechod ocurridos en la OEA, donde, en flagrante violación de todas las normas que rigen la aplicación de la Carta Democrática, se trató sin embargo de aplicársela a Venezuela. Debo confesarle, de paso, que no soy un asiduo lector de sus escritos, lo cual no me ha impedido conocer, mediante la lectura de ciertos párrafos elegidos al zar, el perverso y mal intencionado contenido de los mismos.

De manera, que es por demás evidente que el deseo de hacer daño, de destruir es el único objetivo que persiguen sus artículos. Y no es una afirmación caprichosa, porque la saña con la que son escritos no dejan lugar a dudas. Pero, además, por ninguna parte se advierte en ellos la sana y patriótica intención de colaborar, leal y honestamente, como venezolano al fin, en la solución de los graves y complejos problemas que aquejan al país; en ninguna parte se observa la menor sugerencia acerca de lo que se debe hacer para corregir tal o cual falla, tal o cual error, que según usted pudiera estarle causando serios problemas al país. No, al contrario de esto, lo que a simple vista se ve en usted es la sádica intención de desahogar torvos y oscuros resentimientos, de desorientar y confundir con la peregrina idea de profundizar las dificultades. Sólo que son tan pobres sus argumentos, tan inelegantemente expresados y tan llenos de contradicciones, que únicamente los insuficientemente informados le pueden hacer algún caso. Por ejemplo, cuando usted afirma que el gobierno le paga bajo salarios a los trabajadores, está diciendo también que los mismos debían ser más elevados. No obstante, al mismo tiempo que hace esta afirmación, le critica a ese mismo gobierno que esté emitiendo dinero inorgánico. Ahora, supongamos que esto ultimo sea cierto, ¿de dónde cree usted que el gobierno, en medio de esta crisis provocada por el derrumbe estrepitoso de los precios petroleros, que también usted trata maliciosamente de ignorar, pueda obtener los recursos necesarios para mejorar esos salarios? Debía decirlo, y no tratar de hacer pasar astutamente por debajo de la mesa un hecho tan importante como es la caída de esos precios, hecho cuya incidencia en la crisis que estamos confrontando nadie puede negar.

Pero, además, esto de los bajos salarios no es del todo cierto, porque por mucho que pretenda desconocerlo es innegable que el gobierno ha hecho todos los esfuerzos posible por mejorar la capacidad adquisitiva de los trabajadores. Sólo que un delito como la especulación promovida por empresarios inescrupulosos, a los cuales no hace ninguna referencia, ha frustrado esos esfuerzos. Y como prueba está un hecho que sus amables lectores no pueden olvidar. Me refiero a los aumentos de salarios que todos los primeros de mayo se han venido decretando. Pero no sólo eso, sino que aparte del salario básico, los trabajadores también cuentan con ingresos extras como el cesta ticket, bono de recreación de Semana Santa, bono de transporte, bono vacacional (45 días), prima por hogar, tres meses de aguinaldos , compensación académica, contribución navideña etc. Ahora, ¿cómo podría nadie, y mucho menos usted, negar todos estos intentos por mejorar la calidad de vida de los trabajadores

Pero donde usted incurre en un exabrupto imperdonable es al cuestionar el pago de la deuda iinternacional. Y lo hace, porque en medio de su supina ignorancia desconoce las terribles consecuencias que un hecho así le acarrearía a Venezuela. Para empezar, nuestro país sería catalogado como una nación maula, lo que le haría perder el crédito internacional y jamás volvería obtener, por este motivo, un empréstito de los organismo internacionales de crédito; créditos a los que ninguna nación del mundo renunciaría, pues ellos les permiten financiar importantes programas de desarrollo. Pero eso no es lo único, porque también todos los bienes de nuestro país en el exterior podrían ser embargados, incluso los cargamentos de petróleo destinados a nuestros clientes. Como será de inconveniente caer en mora en relación con estos pagos, que los presidente de los países prefieren recurrir al FMI y aplicar sus fatídicas recetas que dejar de honrar sus deudas.

Ahora bien, con lo dicho no estoy proponiendo que se silencien las críticas contra los errores y mala gestión administrativa del gobierno. No podría hacerlo, porque yo mismo he ejercido, y en los términos más duros, esas críticas. La diferencia está en las intenciones con las que se hagan las mismas. Porque mientras yo he acompañado con propuesta y recomendaciones esos cuestionamientos, usted los formula con ánimo de hacer daño, de destruir, y unas críticas así, no deben merecer sino el más enérgico y contundente repudio por parte de quienes piensan en el país. Además, siempre hemos tenido en cuenta el momento político en el que se deben formular esas fuertes llamadas de atención a quienes, en la actualidad, ejercen el poder en Venezuela. Porque en realidad, en estos momentos es evidente que el enemigo no es el gobierno sino una oposición empeñada, al margen de todo procedimiento democrático, en derrocarlo violentamente con el fin de instaurar una dictadura fascista en el país. Y en este caso, la opción no ofrece dudas: las baterías patrióticas deben enfilarse, sin vacilación de ninguna clase, contra los que pretenden instaurar un régimen de terror en Venezuela. Lo contrario, como usted sin ninguna clase de disimulo lo está haciendo, es hacerse cómplice, sin atenuantes, de tan siniestros planes.

Y ya para terminar, permítame que le diga lo siguiente: según observo en su abultado currículum, usted, entre los múltiples títulos que ostenta, figura el de licenciado en letras. Sin embargo, y perdone que se lo diga, los frecuentes y antológicos dislates en los que incurre, y que van desde la incoherencia en la exposición de las "ideas" hasta el desconocimiento del significado de algunas palabras, obligan a poner en duda la validez de esos pergaminos. Por ejemplo, en el artículo que estamos comentando usted asienta varias cosas que no están muy claras que se diga. Para empezar, sin el menor escrúpulo y remordimiento de conciencia, incurre en verdaderas imputaciones que, por no poder probarlas, porque ese es su irresponsable estilo, lanzar acusaciones al boleo sin tener la más mínima evidencia de lo que afirma, podrían dar lugar a acciones legales en su contra. Como decir, por ejemplo, algo que además de falso es, por incoherente, muy difícil de entender.

Usted dice, sin la menor prueba, repito, que "el gobierno paga miserables salarios a sus trabajadores -y entre ellos a Ud, ¿verdad?- porque con ello quiere aumentar sus fondos para la compra de conciencias". Y agrega: "te doy esto a cambio de tu voto". Una verdadera y auténtica canallada, que pone en evidencia de lo que usted, en materia de mentir, es capaz de hacer y de decir. Por otra parte, reconoce que son muy pocas las divisas que están entrando al país. En este sentido, dice en alguna parte: "...con el propósito de quedarse con las POCAS divisas que entran al país"- Y pese a este reconocimiento de insuficiencia de divisas, no tiene empacho en asegurar con el mayor cinismo, que las dificultades que se están confrontando con la importación de bienes se deben, no a las pocas divisas disponibles, sino al pago de la deuda". Pero si lo dicho es un clamoroso alarde en materia de mentir, lo que sigue es la apoteosis de la incoherencia. Esto es, decir, como Cantinflas, para no decir nada, al menos inteligible, porque enseguida asienta lo siguiente:

"...razón por la cual lo poco que se importa, ante la liquidación del aparato productivo nacional, sólo es controlado por las mafias de la economía, quienes con el aval de "funcionarios", se convierten en cómplices de semejante situación humana" -¡cáspita!-. Aparte de la "semejante situación humana", que nadie sabe qué pito toca, cabría decir que si esas "mafias" son las que importan, lo lógico es que sean ellas las que controlen lo importado, ¿no te parece? Pero, además, habla de que las mafias de la economía se convierten en cómplices de una "misteriosa situación humana". ¿Cuál situación humana, chico, y qué tiene que ver lo humano con toda en toda esta regorgalla? Pues si no entendí mal, según usted, lo poco que se importa se debe a a la liquidación del aparto productivo nacional, como lo afirma en la primera línea.

Antes de terminar esta carta que no tiene otro propósito que el de hacerle reflexionar acerca de sus insensatas y extemporáneas diatribas contra el gobierno, en muchos casos mal formuladas y al que más dañan no es a éste sino al país, veamos lo que también dice un poco más abajo de lo reseñado. "Por ello -dices-, pacientes con enfermedades crónicas, oncológicas, cardovasculares se quedaron sin sus fuentes vitales (sic) para la curación y control de sus enfermedades" Aquí llaman la atención dos cosas: lo primero es que al incluir en el grupo de enfermedades que mencionas a "crónicas", te está refiriendo a ella como si fuera una más de las patologías mencionadas. Por lo que creo que has debido utilizar el adverbio de modo "como" y haber dicho: "por ello, pacientes con enfermedades crónicas como.... Y para no repetir el término enfermedades, has debido utilizar la expresión "de las mismas" O sea, para la curación y control de las mismas. Lo otro a que haces referencia es a "las fuentes vitales para la curación". La verdad es que no tengo ni idea a qué se refiere. ¿Será acaso que "fuentes vitales" es un sinónimo de medicina, fármaco o medicamento? No sé, pero creo que debías aclararlo para evitar mamaderas de gallo. Lo otro que debías aclarar también es por qué el Sistema Marginal de Divisas es "mal llamada". Y así, de jerigonza en jerigonza, de rebuzno en rebuzno llegamos a lo que podría considerarse la cumbre de los dislates, el broche de oro con el que cierras tu bodrio Esto se produce cuando dices lo siguiente: "...que hasta pretende hipotecar nuestras más importantes reservas de agua, espacios naturales y minerales por un puñado de dólares, que a la final terminarán en pocas manos de manera PUERIL Y ADVERSATIVA para Venezuela. Bueno, te quedó el caco echando humo, porque si buscas en el diccionario la palabra pueril te darás cuenta del tamaño de la metida de pata en la que has incurrido, pues infantil no tiene nada que ver con lo que estás diciendo. Y en cuanto al adjetivo "adversativa", tampoco creo que sea la palabra más adecuada para referirse a algo que es adverso. La diferencia es muy sutil pero no por eso deja de ser diferencia.

Sabemos que este gobierno ha cometido muchos y graves errores, errores que nos han conducido a la deplorable situación en la que nos encontramos en estos momentos. Pero no es con mentiras y falsedades, y mucho menos si las mismas están cargadas de odio, como podríamos colaborar con la rectificación de los mismos. Saludos

P/D Casi al final de esta carta incurrí en el lapsus de escribir la palabra "hechando", hechando humo, con la letra "h", lo cual es un error, indudablemente. Sin embargo, el que esté libre de este pecado que tire la primera piedra. Pues este desliz, del cual no está exento ninguna persona, de ninguna manera anula o invalida lo que hemos dicho de un tunante cuyos horrendos dislates gramaticales y la mala fe con la que escribe sus bodrios, sazonados de mentiras y ultrajes a granel, justifican plenamente todo lo que hemos dicho.



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Alfredo Schmilinsky Ochoa


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