Los militares venezolanos y los recursos naturales

Desde que el hombre apareció en el territorio de lo que hoy es Venezuela hasta los días que corren, la economía de esta formación social ha estado afincada en la explotación de la naturaleza. Desde hace aproximadamente 16.000 años hemos vivido de consumir productos no-producidos. Ni la invasión hispánica, ni el período postindependentista y menos la llegada del capitalismo en estos lares de mano de la renta petrolera, modificaron este estigma ancestral. Lo dramático de esta situación es que la historia económica mundial no conoce países desarrollados que se hayan sustentado únicamente en productos no-producidos. Para avanzar hacia niveles económico que satisfagan con holgura las demandas sociales, se necesita industrializar los productos no-producidos. La historia no conoce otra alternativa.

A finales de los años setenta del pasado siglo, el capitalismo rentístico venezolano hace implosión con su mengua de la inversión. La producción del aparato industrial no encontró consumidores internos dado el bajo nivel de los salarios reales. Se inició en estos años la agonía de esta forma de capitalismo periférico. Luego, hacia el 2014 y como producto de la recuperación de los precios petroleros, la agonía del capitalismo rentístico adquiere una nueva fase: el colapso del consumo. La renta petrolera lograda por el chavismo se encontró con un aparato productivo colapsado. La inflación desbocada, el desabastecimiento y el bachaqueo son las consecuencias de esta crisis consumista que nos acogota. Esta es la interpretación de lo que actualmente ocurre en Venezuela en materia económica según Asdrúbal Baptista (http://prodavinci.com/2016/07/31/actualidad/asdrubal-baptista-aqui-nadie-crece-si-no-es-matando-a-quien-lo-sostiene-por-hugo-prieto/).

Con la versión colapsada del capitalismo que engendró la renta petrolera, más la inmensa dotación de recursos naturales que anidan en el suelo patrio, los venezolanos tenemos que parir un proyecto económico que garantice el sustento diario de la población, hoy seriamente comprometido. A esto se une que las fauces imperiales tienen toda su intención de apoderarse de nuestras riquezas naturales. En consecuencia, la formulación del proyecto económico que está demandando la actual urgencia nacional, pasa impepinablemente primero por garantizar la independencia y la soberanía del territorio, tal como lo prescribe el objetivo histórico N° 01 de Plan Patria 2013-2019. Desde esta perspectiva, el estamento militar resulta uno de los actores claves, a la hora de defender la soberanía de nuestra naturaleza territorial.

En atención a la argumentación propuesta, el presidente Maduro Moros ha dado un paso gigantesco, al poner los recursos naturales nacionales, bajo la guarda y custodia de las Fuerzas Armadas, a fin de levantar las disposiciones financieras para desarrollar la industria militar. Este cometido se logró mediante la creación de la Compañía Anónima Militar de Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas-CAMIMPEG.(Gaceta Oficial. Año CXLIII-MES IV. Caracas, miércoles 10 de febrer0 de 2016).

Ahora bien, para que la Fuerzas Armadas puedan asumir semejante tarea, se hace necesario y perentorio, que dispongan de una doctrina sobre la defensa y explotación de las riquezas naturales, ya que Venezuela va a seguir dependiendo de la extracción de naturaleza por los próximos cincuenta años.

Para la formulación de los fundamentos doctrinales en materia de recursos naturales, los militares deberán tener en cuenta entre otras las siguientes determinaciones:

1.-El aporte de las ciencias naturales y formales para el inventario de lo que tenemos es esta materia.

2.-La geoeconómica política de los recursos naturales que nos permita la valorización del recurso natural y su posterior industrialización. El neoliberalismo es la teoría económica enemiga de los intereses estratégicos del pueblo venezolano.

3.-Los aportes de las ciencias jurídicas para la defensa nacional e internacional de nuestra naturaleza.

4.-La contribución de la geopolítica para lidiar con éxito ante las apetencias imperialistas.

5.-La alfabetización de nuestro pueblo en materia de defensa recursos naturales utilizando la alianza cívico-militar.

6.-Poner las Casas Estudio Superiores al servicio de la CAMIMPEG y a la concreción del objetivo 1° del Plan Patria 2013-2019.

7.-Formación perentoria de cuadros y cuadras militares en la Cuestión Económica de los recursos naturales.

Esta fundamentación doctrinal ya cuenta con antecedentes históricos que abrevian la tarea, pues, el país ha aprendido muchísimo en materia de soberanía petrolera. Este legado centenario petrolero nos va a resultar muy útil, a la hora de formular la doctrina en referencia.

En síntesis, el estamento militar debe convocar a los tanques pensantes nacionales e internacionales que puedan darle una mano para la elaboración de un cuerpo de conocimientos que apuntale la soberanía nacional en materia de riqueza natural. La soberanía sin ciencia y sin pueblo es un sueño de virgen loca.



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Humberto Trompiz Vallés

Historiador y profesor universitario jubilado, especializado en historia petrolera de Venezuela.

 htrompizvalles@gmail.com      @trompizpetroleo

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