La pobreza no es virtud. Ser pobre (así como ser rico) es malo

Posiblemente por la herencia e influencia religiosa del cristianismo-catolicismo, ha calado en el imaginario colectivo nuestro, que ser pobre es una virtud o un estado que será recompensado más allá de la vida terrenal. La verdad es que la pobreza es un mal que corroe las entrañas del ser humano. Ser pobre es malo. Se debe desmontar, desmantelar, esa falsa creencia según la cual el pobre es bueno por definición. Nadie es bueno o malo por definición, ya que todos somos producto de factores genéticos y ambientales, es decir esto último, las circunstancias. "Yo soy yo y mi circunstancia" Ortega y Gasset.

Ser pobre significa no acceder a una alimentación adecuada desde los primeros años de vida, y por ende no poder desarrollar todo el potencial físico e intelectual que la persona tiene por naturaleza. Ser pobre significa no poder acceder a una educación que le permita adaptarse de la mejor manera a un mundo en constante cambio. Ser pobre significa no tener acceso a un sistema de salud digno. Ser pobre significa tener mayores posibilidades de caer en esa plaga desgraciada que es la delincuencia, o ser víctima de ella. Ser pobre significa no tener mayor aspiración en la vida que la sobrevivencia diaria, ser esclavo de un sistema (capitalista o "socialista") que lo usa según la conveniencia del caso.

"Las cárceles están llenas de pobres" se escucha decir a menudo. Y es cierto, pero la inmensa mayoría de ellos no están presos por el sólo hecho de ser pobres. Un violador, secuestrador, asesino, ladrón, etc., no es menos culpable por ser pobre. La pobreza de ninguna forma lo exime de sus responsabilidades. Difícil es hacer comprender este aspecto, más en una sociedad con tan altos niveles de impunidad, donde quienes tienen poder y dinero se libran de pagar por sus crímenes. Una Revolución debe garantizar que la justicia se aplique igual para todos. Una sociedad que avale la impunidad por un lado y justifique los delitos por el otro, es una sociedad definitivamente enferma. Así nunca saldremos de esta espiral de violencia y resentimiento acumulado.

Es mi propósito emitir la opinión en cuanto a la necesidad de que el Estado y la sociedad en general, es decir, la familia, el sistema educativo, de justicia, etc., garanticen que todas las personas puedan tener un nivel de vida digno, donde así como no haya riquezas desproporcionadas, muchas de ellas como sabemos mal habidas, tampoco exista la pobreza denigrante que condena a las mayorías a una vida miserable. Es urgente dignificar la sociedad venezolana. La situación actual está llevando al país a un punto que yo llamaría de "primitivismo social", si es que cabe el término. Saqueos por hambre, delitos aberrantes, irrespeto por la dignidad del otro, en fin, una sociedad que pareciera estar en una lucha de todos contra todos.

El Comandante Chávez dijo que "ser rico es malo" y tenía razón. Se refería (así lo entendí yo) a que toda riqueza material tiene en su origen la explotación de las mayorías quienes son condenados a la pobreza. Unos no lo entendieron, otros se encargaron de manipularlo. En una sociedad ideal no debería haber ni ricos ni pobres, sino seres humanos viviendo dignamente, con las necesidades básicas, materiales y culturales garantizadas, y que puedan valerse por sí mismos sin tener que depender de por vida de un Estado benefactor. Al día de hoy esto parece una utopía, no nos engañamos. Pero el ejemplo debe comenzar por quienes nos gobiernan. Quienes ostentan bienes materiales y lujos que no pueden ser justificados con sus ingresos, y a la vez ensalzan en sus discursos la pobreza como una virtud para alimentar un populismo ramplón que tanto daño hace al país, no son más que los enterradores del sueño libertario de Bolívar, Fidel, Chávez y tantos otros quienes lucharon por un mundo mejor, posible y más que nunca necesario.

davidgarcia2016a@gmail.com

 



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