Pensionados de primera y de última clase

Podría estar muy bien que a los pensionados del Seguro Social que residen en Venezuela se les haya aumentado su modesta pensión en 50%, pero está pésimo que a los pensionados que vivimos fuera de Venezuela se les haya suspendido el pago de su pensión desde enero o desde abril del año pasado sin siquiera darles la más mínima explicación sobre los motivos que el gobierno de Nicolás Maduro haya tenido para este inaudito atropello. El gobierno dice respetar los derechos humanos y por supuesto el cese del pago de su pensión constituye un atropello a dichos derechos. Algunos pensarán que el gobierno considere que quienes vivimos fuera del país no somos acreedores a ningún bolívar por el trabajo de 20, 30 o 40 años porque seríamos todos unos malditos escuálidos, lo que por lo menos no es aplicable en mi caso, pues resido en Chile, mi patria natal desde 1994, cinco años antes de que el Comandante Hugo Chávez llegara a la presidencia de la nación y porque desde fuera de las fronteras de Venezuela he escrito una página política de opinión desde que el Comandante asumió el mando de la República, defendiendo su gestión el periódico Dicho y Hecho del Occidente de Carabobo y muchas veces colaboré con Aporrea. Muchas veces organicé en Chile actos en defensa del proceso revolucionario y era a menudo invitado a diversos actos en la embajada de Venezuela y colaboraba en los procesos electorales. De la noche a la mañana he pasado a ser un paria para el pervertido gobierno de Maduro, ya que ni siquiera se nos permite la entrada a la Embajada. La Embajada de Venezuela, de lugar de encuentro de los venezolanos en el cual se celebraban actos de celebración de las gestas de la Patria ha pasado a ser un edificio inexpugnable, un verdadero bunker al cual nadie puede penetrar, pues todos los trámites se realizan por Internet.

La pensión del Seguro Social no se obtiene por la adhesión a ningún gobierno, sino que por el trabajo de toda una vida y debe ser pagada religiosamente a todos lo que en el Diario Oficial de la Nación figuramos como beneficiarios por el resto de nuestra existencia y no puede arrebatársela por ninguna consideración de tipo política, pues todos, sin excepción nos hemos hecho merecedores a ella, seamos partidarios del gobierno, opositores o Ninis. Somos alrededor de doce mil pensionados los que hemos sido privados de nuestra jubilación, sin la más mínima explicación. Esta violación de los derechos humanos es sólo propia de un estado fascista.

No es mi caso, pero muchos compatriotas están pasando hasta hambre porque al revolucionario gobierno de Maduro se le ocurrió que somos parias indeseables, peores que los intocables de la India, pues a estos no se les quita su sueldo. Tanta babosería barata por la Tv venezolana, con la o figura de Maduro que tapa media pantalla, prometiendo cosas de las cuales se retracta varias veces, como es el caso de los tristes billetes de cien bolos a los cuales se les ha puesto ya media docena de fechas de extinción. Muchos de los pensionados son en la actualidad discapacitadosy mientras el gringo Trump se burla de ellos remedando sus defectos, Maduro va más allá, les quita el pan de la boca.



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