Si a algunos ha favorecido la venta de alimentos en Venezuela vía CLAP, además de los corruptos enquistados en estos comités y en la dirección de la Gran Misión Abastecimiento Seguro, ha sido a ciertos altos empresarios. ¡Qué irónico¡, se suponía que la distribución de los mal llamados mercados casa por casa, daría prioridad a los alimentos subsidiados respecto a otros productos. Incluso en muchos casos las bolsas distribuidas por los CLAP están conformadas en su totalidad por alimentos expendidos a precios elevados, mal llamados justos por la administración gubernamental. Claro está que el Estado ya no tiene los recursos suficientes para subsidiar en forma importante la comida en Venezuela, a lo que se agrega el desvío y la reventa de los pocos alimentos subsidiados, de tanta necesidad para la mayoría cada vez más empobrecida y hambrienta.
Como un ejemplo de que la venta de alimentos vía CLAP ha favorecido a la gran empresa privada, está el caso de un operativo realizado el día sábado 10 de septiembre del presente año en la urbanización Carlos Sánchez de la ciudad de Ejido (estado Mérida). Allí apenas fueron vendidos cuatro productos, ¡todos elaborados por la alta empresa privada¡ incluida Empresas Polar y la transnacional Nestlé. ¡Qué socialistas son los que dirigen la política alimentaria en Venezuela¡. De manera que un empresario como el "señor" Lorenzo Mendoza no puede quejarse en este contexto, pues dos de los alimentos elaborados por Polar, como son la harina de maíz y la pasta, se encuentran entre los más vendidos cada vez que se llevan a cabo los operativos de abastecimiento alimentario, por cierto bien escasos y limitados en cuanto al número de personas atendidas (más allá de la propaganda oficialista positiva).
Y mientras algunos grandes empresarios locales y foráneos continúan llenándose los bolsillos en el marco de la actual crisis socioeconómica en Venezuela, la productividad de la industria alimentaria pública es deficiente, y el Gobierno dizque socialista de Maduro hace muy poco por impulsar y sostener las empresas de propiedad social, como solución a largo plazo para problemas como la escasez, la dependencia, los altos precios y el desempleo.
