Porqué sustentar con importaciones el pan de trigo, si somos gente de maíz

Y aunque nos parezca irrisorio estamos envueltos en la transculturización y del añadimiento del consumismo; nada hacemos, todo lo compramos hecho, se nos olvidó: cosechar el maíz, pilarlo, cocinarlo, molerlo, obtener su masa, prender el fogón montado en la topia con leña del patio y hacer la nutritiva arepa, tenemos patios, conucos y grandes hectáreas de terrenos sin una matica de maíz, (¡claro, por eso de la sequía!) y el poquito que hay es de propiedad "industrial", para fabricar "La Harina Pan Pran" del amo o zar Lorenzo del grano de maíz que desde los años 60 desculturizó los originarios arraigos de la arepa natural; ¡ah!, y conste que usurpó el invento de la harina pre cocida aun hombre del común para colaborar a aumentar su discreto capital de 37 mil millones de $. Pero no tiene la culpa el ciego sino el que le da el garrote, y ese garrote, y que me disculpe el pueblo, pero de verdad que el pueblo está arrellanadote, echaote en el chinchorro esperando le traigan el plato e comía a la boca. Decía mi abuela en aquellos tiempos: "El que tiene un pedazo de tierra y pasa hambre, es por flojo". ¡Verga! Dejemos la flojera que también por ella nos han dominados más que por la fuerza. ¡Trabajemos!

Retomar autóctonas tradiciones y en especial las de nuestro hábito nacional alimenticio es cuestión de estratégica independentista; no alimentemos más esa dependencia al consumismo importado del chatarrerismo comestible extranjero ni derogación del gentilicio de nuestras raíces, volvamos a ser lo que somos, un pueblo dotado de una gran fortuna proveniente de lo natural, no hay porque artificiar ni nada que alardear de la basura del nutricio de la maquinaria imperio-transnacional ni de franquicias pre-neoliberal mercantil.

En nada se diferencia la porquería de un Mc Donalds emulado por la llamada Comida Rápida, es el neo-sincretismo en posteridad neo-cultural-liberal por el intento de recolonizar lo que fuere de su yugo dominio; tengamos en alta consideración los sacrificios que ha costado nuestra Soberanía e implica la de ayunar imposiciones lacayistas de ese principesco imperial que hoy intenta someternos pretendiendo estrangular el estómago del pueblo de Bolívar.

Nos sobran los recursos para burlar esa ofensiva, no nace quien nos doble ni mucho menos por hambre pre-programada, ahora este pueblo posee armas indestructibles que aunque aparenten nimiedad y se les aprecien inofensivas, son inexorables; de eso, de su seguridad constitucional, se encargó Chávez, el inmortal y no habrá fuerza humana que logre sacar al pueblo de sus cabales, tiempo de revolución, tiempo de rectificación, tiempo de encuentro, tiempo de vencer obstáculos, tiempo de reflexiones, tiempo de construir patria.-



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Omar Ignacio Pinto


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