El Poder es un rasgo de gobierno

Se ha tenido siempre el renovado anhelo de conducir la acción por el camino de la dignidad el pueblo que con su participación anima esa cruzada, entiende que sólo con el goce de la libertad individual en su clásica concepción constitucional, puede alcanzar esa aspiración colectiva.

Respetar las ideas contrarias, aceptar las críticas, garantizar los derechos, saber y comprender que existen criterios diametralmente opuestos a la forma de concebir y ejecutar los proyectos, es entender la división del trabajo que permite a la discusión mostrar que el sistema o método seleccionado es el más conveniente al interés nacional.

Hoy el tiempo pasa muy de prisa y aun a los vivos nos cuesta trabajo seguirlo. ¿Qué no ocurrirá, pues, con los muertos? Muchos jóvenes empiezan a pensar en Venezuela que Ramos Sucre, como Otero Silva, Rómulo Gallegos, etc., no tienen ya nada que decirles; que fueron maestros para generaciones pasadas y problemas de otra época, no para la juventud y los problemas actuales. Para la libertad de pensamiento no existe ni la vejez ni la muerte de los conceptos permanentes. Tampoco el lugar común fatiga ni debilita su importancia, pues en su naturaleza se encuentra milagrosamente la posibilidad de restaurar el orden constitucional.

La historia de las vicisitudes de la libertad de imprenta es una sorprendente sucesión que pasma y anula la confianza en el pueblo. Para disfrutarla, se ha tenido que realizar luchas incruentas y sacrificios innumerables; la negación de ese derecho ha encontrado hasta tratadistas que con torcida dialéctica, pretendieron mostrar que el fascismo era el compendio de la democracia. La pasión del espíritu del pueblo ha rechazado esas falsedades teóricas ante la realidad del pensamiento, en que sólo hay un gobierno en la más excelsa altura cuando se respeta ese derecho.

Y son precisamente esas ideas las que interrogan en esa especie de apólogo que se exterioriza en el ingenio de las tertulias de los centros sociales y culturales, para comprobar si la libertad de expresión se cumple ahora de modo integral.

Nadie puede dudar de la pureza de las intenciones de quienes fueron víctimas de atropellos y persecuciones. La libre expresión del pensamiento no es tan sólo el clamor coreado por las multitudes, sino la eterna surgida de lo más puro del Pueblo.

¡Chávez Vive, la Lucha sigue!

¡Viviremos y Venceremos!



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Manuel Taibo


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