Sin el piso espiritual de la sociedad vendrá un período miserable

Por Toby Valderrama y Antonio Aponte

La turbulencia que vive el país deja a su paso un terreno de alto peligro social: va minando las bases espirituales que sostienen a la sociedad. Veamos.

Luego del asesinato de Chávez el país sufrió una doble conmoción; además de la desaparición del líder, que ya era suficiente daño, entramos en una etapa de confusión política: los enemigos se disfrazaron de amigos, entraron por la puerta grande a Miraflores, volaron las acusaciones de traidores, se persiguió a la disidencia, se aplastó la crítica. Así se gobernó cómodo pero se golpeó a la moral, a la ética que surge de la discusión fuerte, la unanimidad de la adulancia esteriliza.

La espiritualidad se olvidó, las razones sagradas por las cuales luchar fueron sustituidas por la grosera repartición material. De esta manera, se estimuló el egoísmo, la salida individual; ese camino se siguió hasta ayer. La derrota del 6 es hija directa del vacío dejado por esta conducta, la masa humilde perdió sus pilares espirituales, sus valores.

Ahora la situación se complica aún más, el gobierno sigue actuando como si fuese rico, el ministro se reúne con empresarios para construir juntos "un país potencia", como si no hubiese crisis, como si se tratara de invertir un premio de la lotería. El petróleo baja y pagamos la insensatez de un gobierno que no alertó, ni alerta de la crisis ni de cómo enfrentarla, no construye conciencia ni para aguantar la mínima dificultad, luce paralizado. La escena la copa una pelea parlamentaria increíble, porque no es creíble y por lo estúpida que es. Parece un juego de salón en una fiesta de damas de un club. El TSJ anula, la asamblea desoye, el gobierno amenaza, la asamblea oye a medias, el gobierno se contenta y dice que ganó un round del juego que sigue en plena crisis, ahora todos se sientan a esperar la próxima pelea. Y así el máximo organismo político del país bombardea los valores espirituales de la sociedad, siembra el escepticismo.

El gobierno -esa es la solución que propone- anuncia que vendrá un "nuevo modelo económico", ¿cuál?, ¿cómo queda el Plan de la Patria?, ¿con quién se discutió ese nuevo modelo, en qué consiste?, ¿ya el Socialismo fue desechado definitivamente? Nadie parece saber nada, salvo los ministros capitalistas que siguen tejiendo su sistema con la paciencia de empresario chino. La confusión en la población aúpa los valores del egoísmo; en la calle, en las colas se siente hervir la salida individual sin barreras éticas, una manera fina de decir que el "bachaqueo" huele a saqueo.

La política dejó de construir valores éticos, abandonó una de sus funciones principales; los políticos siembran la "viveza" como norma de conducta, el pragmatismo es su método; permanecer, su meta; pierden pero introducen un recurso que es recusado con otro leguleyismo; mienten con descaro, hoy dicen algo, mañana, lo contrario. Así se están diluyendo los fundamentos morales de la sociedad, fabrican una bomba de tiempo que nos internará en territorios de fragmentación donde rige la ley de las cavernas.

Es deber de los revolucionarios, de los dirigentes salvar la Patria, no dejarla disolver en la estulticia de la política burguesa. ¡Rescaten el espíritu de Chávez!



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Toby Valderrama


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