Mundo multipolar Venezuela unipolar

Los acontecimientos que condujeron a la desintegración de la Unión soviética (URSS), seguido de la destrucción del muro de Berlín que separaba a Alemania en dos pequeños países, produjo una nueva hegemonía del poder mundial representado por Los Estados Unidos (UUEE), quien prácticamente no tenían contrapeso alguno y hacían en el mundo lo que mejor le parecía; un hegemon que le declaró la guerra a Irak y Libia, las bombardeó y asesino a sus líderes, violando toda la normativa legal y humanitaria de Las Naciones Unidas, la que se comportó por cierto, como una alcahuete y permitió todos los sucesos, atrocidades y consecuencias, que el mundo conoce.

Mensión particular amerita lo sucedido en Cuba en 1960 con el apoyo militar ofrecido por La URSS, dado el hostigamiento que Los Estados Unidos le propinó a esa pequeña isla; hecho histórico que estuvo a punto de desatar posiblemente la tercera guerra mundial o un enfrentamiento militar URSS – USA, sin precedentes.

Venezuela con la presencia en su momento del fallecido presidente Chávez, apoyó una titánica lucha e iniciativa internacional que un grupo de países venia promoviendo por redefinir una correlación de fuerzas que crearan contrapeso a Los Estados Unidos, para quitarle esa posición hegemónica, que además es antidemocrática y muy dañina de cualquiera que la practique, y por otro lado esta nación necesitaba contrapeso, porque así podía negociar con otros países procesos de acercamiento que evitaran más enfrentamientos bélicos.

Pero en la Venezuela de hoy, esta filosofía de los contrapesos que eviten hegemonía, pareciera no tener asidero, quienes vienen regentando el poder en los últimos 16 años no creen en los balances políticos de fuerzas sociales para gobernar, sino que por el contrario han demostrado y demuestran una hegemonía que violenta muchas veces la propia Constitución Nacional, y esa forma avasallante de gobernar no es sana para consolidar el sistema democrático como forma de gobierno.

Pareciera que tienen dos percepciones sobre la convivencia política de los seres humanos, hacia afuera se ve lo dañino y perjudicial que resulta la hegemonía casi que total por una potencia como Los Estados Unidos y tienen toda la razón sin duda alguna, pero hacia adentro consideran plausible ejercer el dominio hegemónico en todos los estamentos de la sociedad, dejando poca posibilidad de acción a una buena parte representativa de la sociedad que también tiene el derecho a participar en los destinos del país.

Aquí calza como anillo al dedo "luz en la calle y oscuridad en la casa" y la nueva realidad política que comienza a vivir el país luego del 6D es y será totalmente distinta, donde independientemente a que hayan dirigentes negados al dialogo de uno y otro bando, pero que las circunstancias del país ameritan poner en práctica el dialogo y la negociación bien entendida, si se quiere tener gobernabilidad, de no ser así lamentablemente el país se encamina a una diatriba fratricida donde todos absolutamente todos perderán y los costos serán de incalculables dimensiones para el pueblo venezolano.

Por eso el mundo unipolar no tiene vigencia en estos tiempos como tampoco el país unipolar, la sociedad está construido de múltiples contradicciones y diversidades, donde los seres humanos con su inteligencia y raciocinio deben descifrar y acomodar los códigos para bien de todos; y eso lo hacen los líderes que tienen estatura y la mira puesta bien lejos, con una visión clara hacia donde hay que ir y cuáles son los mecanismos para llegar, esos son los verdaderos estadistas que se comportan como guía y faro de luz de los pueblos y de los ciudadanos, que les importa más el destino de la sociedad que su propio destino.

Ya dentro de pocas horas se van trescientos sesenta y cinco días que los venezolanos despiden con muchos sinsabores y pocas alegrías, pero esperanzados en que vendrán nuevos tiempos donde prive la sensatez y los intereses del país estén muy por encima de otras circunstancias, porque la patria de Simón Bolívar nos pertenece y necesita absolutamente a todos cohesionados en la diversidad de pensamiento, por eso lo sentenció nuestro Libertador: "unámonos y seremos invencibles"

©JASG27122015



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Juan Alberto Sánchez García


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