Maduro: ¡Entréganos a los corruptos en acto público!

A nadie escapa que la ostensible corrupción que ha evidenciado la gestión administrativa de muchos altos funcionarios (ministros, viceministros, gobernadores, directores de empresas, diputados, embajadores, etcétera) y funcionarios menores, (alcaldes, concejales y otros) ha erosionado la hegemonía cultural y moral (Gramsci) del liderazgo del gobierno; siendo por tanto una de las causales principales de su debacle electoral.

El pueblo percibió la desigual carga en la distribución del peso de la crisis económica manifestada en el desabastecimiento, carestía, inflación, etcétera, ya que se dio cuenta de que las colas no las hacen los funcionarios señalados ni sus familiares porque sospecha con razón que se proveen de bienes y servicios por otros medios utilizando los recursos y canales gubernamentales, utilizando sus influencias y conexiones oficiales. Además, sabe que obtienen el dinero de sueldos y bonificaciones obscenos para quienes se dicen revolucionarios porque exceden en demasía el salario promedio de un trabajador, cuando no del pillaje y de corruptelas, para adquirir las cosas que deseen; incluso es notorio que muchos de ellos realizan sus compras en el exterior.

Quisiera aquí recordar la conducta ejemplarizante del Che cuando regresaba al Estado cubano los viáticos sobrantes que le fueran asignados para sus misiones oficiales. Indaguemos cuántos de los funcionarios venezolanos con misiones oficiales en el exterior han reintegrado los dólares sobrantes y nos sorprenderemos. Podríamos también indagar sobre los sueldos y beneficios de los embajadores y cónsules "revolucionarios" que les ha permitido comprar edificios, quintas, apartamentos, fincas ganaderas, camionetas último modelo, etcétera, ocultando declarar sus adquisiciones al fisco cuando las ponen a nombre de hijos, familiares, amantes y alcahuetes, tanto en Venezuela como en el exterior.

La percepción realista del pueblo de un modo de vida capitalista por acumulador de capital y mercancías a través de la corrupción practicado por parte de ese tipo de funcionariado burocrático, contrario a la prédica y práctica anticonsumista y moralizadora por opuesta a la corrupción de un nuevo modo de vida ecosocialista, austero y éticamente comprometido con unas relaciones de producción/reproducción que favorecen la cooperación y solidaridad entre los hombres y mujeres, y que reivindica la utilidad de los bienes y servicios (valores de uso) contra su valorización mercantil alienante, es lo que principalmente alejó al pueblo del discurso gubernamental por percibirlo inconsecuente, demagógico y farsante, y de su práctica ineficiente por burocrático.

Dicho en otros términos, lo que generó el voto castigo y la abstención de una parte significativa del pueblo chavista en las elecciones pasadas no fueron primordialmente los "efectos de la guerra económica (carestía, dolarización y desabastecimiento)", sino la injusta desigualdad en la distribución de esos efectos en la población entre quienes se proclamaban igualmente chavistas en la presunta guerra que se libraba. La notable traición de la burocracia gubernamental junto al funcionariado corrupto indignó a buena parte del chavismo popular que sin otro recurso a la mano, con la abstención y el voto castigo trato de sancionar a la gestión burocrática y a los corruptos a falta de instancias y acciones que lo hicieran. Es por ello que si el pueblo indignado no ve y constata por parte del gobierno actuaciones contundentes contra los corruptos y los burócratas, es decir, remociones sancionadoras publicitadas como tales (que no reacomodos o enroques) y entrega pública de los corruptos como los que defraudaron CADIVI con miles de millones de dólares a los tribunales para ser enjuiciados y penalizados, no se recompondrá la unión pueblo-gobierno-PSUV-Polo Patriótico sin que esto implique cercenar la autonomía del Poder Popular, todo lo contrario, hay que desarrollarla rápidamente para garantizar la irreversibilidad de la revolución, ya que la brecha de la ilegitimidad gubernamental se agrandaría si toma el camino del gatopardismo: "aparentar cambiar para que todo quede igual". Por otra parte, si el gobierno no denuncia y entrega a los corruptos, la oposición lo hará revanchistamente a través de la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional que será controlada por ella, quedando el gobierno emplazado y a la defensiva perdiendo mucha más legitimidad al aparecer como defensor de la corrupción. Lo que profundizará la crisis actual de dirección revolucionaria de las fuerzas chavistas haciendo que las riendas deban ser tomadas por una dirección de relevo verdaderamente revolucionaria para deslindar campo con la burocracia y los corruptos entreguistas y traidores.

No se trata como aducen los burócratas y corruptos que se sienten ya inculpados y quieren negociar con la oposición su salvación, de que es primitivo y salvaje políticamente que "para satisfacer demagógicamente al populacho hay que sacrificar algunas víctimas". No. Se trata de que la recuperación revolucionaria exige demostraciones de una profunda Reforma Intelectual y Moral (nuevamente Gramsci) que es parte de la Revolución Cultural que no se ha emprendido de manera integral en todos los ámbitos de la sociedad y del Estado-gobierno. Y sin la cual no se producirá ningún cambio realmente transformador porque ésta es la que da sustentabilidad por vía del Poder de Significación a todo el proceso de transformación radical, al otorgar significado y sentido cohesionador a las nuevas relaciones sociales revolucionarias que fundamentan la sociedad socialista como modo libertario de la vida que trasciende al modo capitalista alienante de la vida. En consecuencia, urge iniciar la reforma moral de inmediato por medio de la inculpación legal pública de los corruptos comprobados y de la remoción sancionadora de los funcionarios burocratizados como parte de la revolución cultural y del proceso de recuperación de la confianza, apoyo y participación protagónica popular en el gobierno y la revolución. Por ello, exigimos al gobierno que en acto público el Presidente Maduro denuncie y entregue a los corruptos a fin de que se empiece a reconstruir la credibilidad en las bases populares.



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Jorge Díaz Piña

Doctor en Ciencias de la Educación (ULAC), Magister en Enseñanza de la Geografía (UPEL), Licenciado en Ciencias Sociales (UPEL). Profesor universitario de la UNESR

 diazjorge47@gmail.com

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