Aquí manda el pueblo

Estamos en un momento de confusión. No sabemos por donde ir. « El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en este claroscuro surgen los monstruos » (Antonio Gramsci).

No sabemos por que unidad votar, todo se mezcla en la cabeza. La belleza de un discurso socialista no tiene el mismo sabor en la práctica donde se mezclan dos mundos, aquel de la revolución bolivariana y el antiguo. Quizás, el problema venga de las palabras con las que pensamos : « La derecha se ha apropriado inescrupulosamente del lenguaje de la izquierda, lo que es particularmente notorio en sus formulaciones pragmácticas. Palabras como « reforma », « cambios de estructura », « preocupaciones por la pobreza », « transición » forman hoy parte del discurso antipopular y opresor. » Las fuerzas de derechas lo saben, intentan de empujar a la población ingenua y perdida a su lado. Población que no es de derecha, son sólo personas indecisas que pueden ser seducidas por un discurso de cambio, que cambia según el viento, según sus intereses.

Porque de verdad todos estamos hartos : de las colas y de la inflación, pero sobre todo, de lo que sigue y de lo que no debe seguir en un país donde se hace cada día oración a la paz, al amor, a la solidaridad. La corrupción, la mafia, los malandros... no puede continuar. Cuando la oposisión crítica la delincuencia, tiene razón. Cuando habla de desarmar a los malandros, tiene razón. Cuando se esconde detras un discurso abstracto de « cambiar para progresar » tiene razón, es así como actuamos cuando no tenemos ideas claras. Este eslogán podría ser la propaganda de una mercancía cualquiera. Sólo quieren convencer a la gente de votar por ellos.

El camino, las ideas, a donde vamos, todo eso es una sorpresa. Y cuando dicen que el gobierno tiene la mano sobre toda la economía nos da risa; en la comunicación por ejemplo, sus puntos de vistas son defendidos en varios medios de comunicacion, radios, prensas como El nacional, El Universal, El Mundo, Ultimas Noticias etc, que están fuera del control de la revolución. Una parte de esta familia política capitalista controla en Venezuela, y afuera, varias empresas y se aprovecha de este poder para hacer una guerra económica contra el país que los primos de la prensa de derecha no reconocen. Algunos ejemplos ya conocidos son : el 5 de febrero del 2014, las autoridades encontraron en el estado Táchira cerca de mil toneladas de productos alimentarios de primera necesidad (arroz, azucar, aceite, cafe, etc) escondidos en los almacenes.

« El pasado 13 de mayo, la superintendencia de Precios Justos (Sundde) anunció haber hallado un lote de 14 millones de medicamientos vencidos en un galpón de la droguería SM Pharma, en Maracaibo, estado Zulia. El pasado 5 de junio, trabajadores de la planta Pfizer en Valencia denunciaron la incineración de medicamientos que en su mayoría no estaban en su fecha de vencimiento, muchos de ellos de gran demanda : Lo cual « podría estar ligado a la guerra ecónomica desatada por la ultra derecha en contra del pueblo venezolano », denunció Alí Mora, secretario General del Sindicato de Trabajadores de la Pfizer ». Esta desestabilización sigue el patrón de chile en 1972 y no anuncia nada bueno.

Del otro lado, el PSUV no habla de ir adelante sino de mantener las pensiones y programas sociales, contando las misiónes buenas a salvar. Esta bien, no debemos olvidar esta herencia. Defenderla. Pero una revolución es de ir adelante, no de alegrarse por una ley orgánica del trabajo, de verdad, importante, interesante, aun insuficiente...una ley socialista puede bajar más el tiempo de trabajo sin perjudicar al sueldo del trabajador. No es un país revolucionario, pero el tiempo de trabajo por semana es de 35 horas en Francia. La idea es de ir adelante, sin tomar el tren de la modernidad que nos lleva siempre a una pared.

No debemos caer en la embriaguez del crecimiento, que siempre es el crecimiento de la ganancia, y este orden capitalista implica una destruccion e intoxicación de la naturaleza. Ir adelante de una nueva manera, bolivariana, con una bici voladora por ejemplo, para mejor contemplar las estrellas del mundo, de la revolucion, y de las revueltas en el mundo contra el espantoso. Como dice Jorge Riechmann, « El socialismo puede llegar solo en bicicleta » (es el título de su libro). Dar un golpe de pedal a cada lucha, hacerlo juntos : y volar. Es así que vamos al socialismo, cantando. El socialismo del siglo XXI es la comuna, las comunas, y la auto-organización de la clase trabajadora, del pueblo... porque no es un gringo o un político profesional que va a salvarnos y es lo que los opositores olvidan. Es el sobresalto histórico que llevamos en nuestro corazón que nos salvara.

No necesitamos políticos, necesitamos compromenternos y poner en práctica las ideas del poder popular. Borrar el espectáculo y desarollar los consejos comunales y las comunas donde el pueblo es soberano. Debemos despertarnos. La revolución es nuestra. Podemos hacerla mas bonita, mas ecológica : hacerla autonoma. Buena noticia : no partimos de nada. Si intentamos por una vez salir de la duda perpetua y miramos a Venezuela a los ojos nos damos cuenta que no se puede decir que es igual a la Venezuela de antes. Es una ruptura. Es importante recordar que Venezuela es el país menos desigualitario de América latina. La revolucion bolivariana a dado al país la soberanía petrólera y una buena constitición, demócratica ; que no sólo defiende los derechos civiles sino también los derechos sociales, dando al pueblo la posibilidad de construir una alternativa al sistema capitalista. El coeficiente de Gini que mide la igualdad de un país pasó de 0,4865 en 1998 a 0,4099 en 2008. La situación mejoró. La pobreza disminuyó entre 2002 y 2010, pasando de 48,6% a 27,8%, y la pobreza extrema seguía la misma curva, pasando de 22,2% a 10,7%. También muchas misiónes como la misión Robinson, Barrio adentro, Milagro, Negra Hipólita, entre otras, fueron muy importantes. Por cada misión, es el pueblo comprometido que ha conseguido los logros.

La democracia no es simplemente dar nuestras palabras y sueños, por medio de un voto, a un político, es de actuar con los demás desde abajo. Es de comprometerse. Eso es el ADN de Venezuela. El militante de derecha no debería tener interes en dejar su futuro en las manos de políticos que llevan la camisa del cambio y que tienen más contactos con empresarios que con los pobres. Esta población del otro bando cuya gran parte tiene condiciones sociales iguales a nosotros no se parece a las ideas de sus líderes, ni a la familia de estos. Las palabras son importantes. Se puede incluir que apagar el fuego de la democracia social y protagonista no es algo nuevo, original y para nada un progreso : es una vuelta atrás.

Nuestra firma es la paz y el amor a los pobres. No queremos dejar nuestro futuro, ni a una minoría capitalista ni a una burocracía experta y parasitara. Al contrario, tenemos la conviccion que podemos con las luchas y la verdad, desde los barrios, las calles, las plazas, construir un poder popular, brindar, y cambiar el mundo.

m.motard671@laposte.net



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