El Tachira siempre ha figurado en la historia de Venezuela como un punto clave, estratégico y de mucha visibilidad, no en vano El Libertador Simón Bolívar usaba este paso de la depresión del Táchira en sus avatares libertarios entre ellos la Campaña Admirable, para comunicarse con Colombia y viceversa.
Por su configuración topográfica de ser San Antonio del Táchira el punto mas bajo de toda la cordillera de Los Andes, le fue moldeando la importancia que no tiene absolutamente ninguna discusión, de allí nace la frase "la frontera mas viva de América Latina" y que no nace como un simple eslogan de pomposidad, sino que obedece a razones arto conocidas y estudiadas.
Cúcuta, como capital del Departamento Norte de Santander, ha guapeado históricamente en su desarrollo y crecimiento económico, al ritmo de los acontecimientos que le impone su condición de zona fronteriza, con un vecino que en otrora fue todopoderoso y rico gracias a la bonanza petrolera.
Esta frontera tan dinámica e importante siempre ha tenido poco apoyo de Bogotá y Caracas, de allí que sus economías han sido, podría decirse, casi que creadas con el diario trajinar y convivir de ambas comunidades basadas en esa popular manera tropicalizada de gerenciar "como vaya viniendo le vamos dando"
Todos conocen lo sucedido en esta frontera caliente a partir del 19 de agosto de 2015, cuando el Presidente Constitucional de Venezuela Nicolas Maduro, toma la decisión soberana de cerrar la frontera hasta nuevo aviso, y decimos soberana, porque lo es, independientemente de todo lo acontecido de lado y lado, donde salieron a pescar en rio revuelto, ya que coincidencialmente ambos países concurren a procesos electorales parlamentarios.
Una de las cosas que mas odia y detesta cualquier ser humano son las incomodidades para su diario vivir con verdadera calidad de vida, hoy como parte del diario trajinar y cotidianidad lo acompaña la escaces, el desabastecimiento y las "ya consagradas colas como modelo de vida" en esta Venezuela tan querida por todos a pesar de los pesares.
Después del revolcón fronterizo del 19 de agosto ya hace dos meses o sesenta días, los medios de comunicación hicieron hasta pa vender, se disputaron centrimetraje, primeras páginas, canal de tv mas visto y pare usted de contar, allí pudimos ver la esencia de las posiciones xenofóbicas afloradas que cada uno de lado y lado tiene sobre la zona de frontera, se pudo desnudar de alguna manera el pensamiento y criterio nada fácil ni cómodo de entender, de quienes regentan políticamente ambas naciones.
Pero hoy, dos meses después de la hecatombe, donde los medios de comunicación se están quedando sin información que les produzca raiting, los presidentes y ministros están pasando la página, donde los ofrecimientos de resolverle a cada porción fronteriza su situación económica que es la medula del problema, pareciera que quedara simplemente en el recuerdo, se observa ya como las aguas del rio Táchira están bajando, pues las colas de venta de gasolina repuntaron y volvieron a crear el mal vivir de tener que disponer hasta de tres horas para usar este servicio, sobre todo en los pueblos del norte del estado y tabien limítrofe con Colombia.
Y es que por muchos años, algunos hablan de cincuenta años, la gasolina ha sido el modo de vida de buena parte de esta economía de frontera, solo que Venezuela poco le había parado por diferentes razones, pero hoy con la situación económica que el país está viviendo, este negocio de la gasolina en la frontera, prendió la luz roja y ambos países deben buscarle solución.
El Norte de Santander demanda mensualmente 14 millones y medios de galones de gasolina, y su propio país solo le suministra 3 millones y medio, de manera que 11 millones van de Venezuela por los diferentes mecanismos bien estudiados y conocidos, donde solo un 20 por ciento de este volumen pasa por los canales normales, pagando impuestos, etc; y el 80 por ciento restante, se va por las trochas y las vías expeditas de comunicación.
De manera que más que los productos de la dieta básica que siguen escaseando del lado venezolano, el problema central es este brutal y desigual negocio de la gasolina, que es en definitiva el que verdejamente jalona los demás sectores de la economía fronteriza, podría decirse que un litro de gasolina dinamiza mas la economía fronteriza actual hacia el negocio del contrabando y bachaqueo, que un kilogramo de harina precocida o arroz.
En el año 2006 en un acto protocolar y oficial, fue presentado el estudio "Propuesta Definición y Delimitación de la Zona de Integración Fronteriza" área Norte de Santander – Colombia y Táchira – Venezuela, conocido como ZIF, preparado por expertos de ambos países en el tema fronterizo y contó con el apoyo oficial e institucional de ambas naciones; y no pasó de un ejercicio académico para cumplir quién sabe cuál meta, porque nada de lo allí expuesto ha sido implementado y que pudiera eventualmente ser el punto de partida, para una nueva visión fronteriza que tanta falta ha hecho desde siempre.
©JASG22102015
