Venezuela, Maduro y la espada de Damocles

En diferentes oportunidades hemos escuchado acerca de la famosa "espada de Damocles", pero muy pocos conocen el origen de esta expresión, la cual vamos a encontrar en la literatura de historias narradas de origen italiano, específicamente en Siracusa ciudad muy rica de Sicilia donde reinaba Dionisio. Tenía tantas riquezas y tanto poder como amigos que le envidiaran su gran fortuna.

Damocles era uno de ellos y siempre decía: ¡Qué afortunado eres! Tienes todo lo que puedas desear. Debes ser el hombre más feliz del mundo. ¿De veras crees que soy más feliz que todos los demás? Le dijo Dionisio un día. Ante tanta ambición que Damocles mostraba por el cargo y por las riquezas de ese Reino. Le propuso entonces, que se pusiera en su lugar por un día y así fue como lo coronaron, lo vistieron con ropas reales y lo sentaron a la mesa en el puesto de Dionisio y sus servidores le ofrecieron un suculento banquete. No le faltó nada que le proporcionara placer. Dionisio igualmente disfrutaba ante tanta gula y tanta "felicidad". "¡Ah! Esto es vida", pronunció saciado de gozo y llevándose una copa de exquisito vino a la boca, levantó la vista y allí sobre él, colgaba algo con una filosa punta casi rozándole la cabeza. Damocles palideció y desapareció de sus labios su radiante y codiciosa sonrisa. Quiso huir, ya no le importaba nada, sobre él colgaba del techo una espada sostenida tan sólo por un pelo de caballo. Su punzante y brillante hoja apuntaba justo entre sus ojos. Atemorizado preguntó al Rey ¿Si él no veía la espada que amenazaba con caerle, sí se movía? ¡Claro! que la veo allí cada día y siempre existe la posibilidad de que alguien o algo corte el delgado pelo que la sostiene. Tal vez alguno de mis allegados sienta envidia y codicia de poder o difundan calumnias sobre mí para poner al pueblo en mi contra, también pudiera ser que un "reino" vecino envié sus ejércitos para apoderarse de las riquezas y del territorio que me pertenece. O puede ser que tome una decisión equivocada y esto provoque mi caída.

Sí deseas ser "Rey" debes asumir estos riesgos que van unidos al poder. Damocles entendió la lección y jamás ambicionó el poder que da ventajas y oportunidades, pero que implica una gran responsabilidad.

Esta historia que deja un importante mensaje podemos trasladarla a nuestros días, a la Venezuela que es admirada por muchos, pero tristemente envidiada y codiciada por otros tantos; y es así que sobre ella y sobre su Presidente, en este caso Maduro, permanentemente ha colgado sobre su cabeza una "espada de Damocles" y amenazan ese delgado "pelo de caballo" todos aquellos vicios que se han gestado durante siglos: corrupción, ineficiencia, ingobernabilidad, consumismo, saqueo de las arcas de la nación, parasitismo empresarial e industrial, populismo, irresponsabilidad ciudadana, crisis de liderazgo, dependencia estatal, abandono y miseria, fracaso de políticas económicas ante la falta de voluntad de progreso y desarrollo individual y colectivo, inconstancia en la ejecución de proyectos, ambición personal y partidista, deslealtad, falta de honestidad de funcionarios públicos que no entienden que deben trabajar para su país con eficiencia y responsabilidad porque su sueldo lo reciben del gobierno que administra el Estado formado por todos los venezolanos. Múltiples sentimientos mezquinos merodean la espada: egoísmo, traición, falta de nacionalismo y patriotismo. Muchos dicen amar a Venezuela, pero desde lejos en la comodidad de otros espacios.

También "La espada de Damocles" que pende, no sólo sobre Maduro, sino también sobre Venezuela, que está en la mira de otros países que codician sus riquezas y se quieren apoderar de su territorio y de la conciencia de los venezolanos para subyugarlos a su voluntad. Los misiles de las guerras mediáticas de cuarta generación al servicio de intereses económicos muy poderosos nacionales e internacionales, que han logrado sembrar odio a una clase sobre otra, apuntan con precisión al "pelo". La utilización de estrategias que apoyadas en una economía de mercado dependiente de los dólares provenientes de la renta petrolera, sustentada además en monopolios y oligopolios y la fragilidad existente por disminución en la productividad de bienes y servicios que se agrava por la alta demanda y elevado consumo. El acaparamiento comercial y doméstico, el contrabando de extracción, la inseguridad, el incremento de los delitos, el acecho de las bandas delictivas y criminales y más recientemente el fenómeno del paramilitarismo que ha permeado a la sociedad venezolana, son factores que afectan la estabilidad del sistema político, económico y psicosocial del país al cual apunta tan agresiva y mortal "espada".

A esta suma de variables que presionan a su alrededor, se agregan los políticos tradicionales que siendo culpables del deterioro del país, porque su paso por los gobiernos sólo dejó atraso, miseria y exclusión, ahora se quieren lavar la cara y asumir trasnochados liderazgos y en lugar de contribuir a una sana política, perjudican la dinámica de la misma. Los analistas que se han multiplicado y de manera irresponsable sólo toman en cuenta en sus estudios "minuciosos" aquellos elementos que se tornan a su favor y no a los intereses auténticos y solidarios de la Nación. Muy cerca del "pelo del caballo" amenaza una derecha conformada por políticos recién estrenados que demuestran muy poco o nada acerca del conocimiento de la historia de su país. Es más, denigran y reniegan de ella, dicen que el pasado no les interesa, cuestionan el presente, pero no ofrecen proyectos confiables que garanticen un futuro mejor. Se presentan como la panacea del siglo y con varita en mano, cuales magos de circo prometen que transformarán, lo que ellos denominan "desastre" de país, en un paraíso a corto plazo. Muchos resentidos que cumplen funciones de gobierno y no demuestran un mínimo de pertenencia a sus instituciones, nada de sentimiento patrio y nulo sentido humano, sabotean las atribuciones inherentes a su cargo y hacen que los ciudadanos e inclusive funcionarios que dependen de ellos sufran calvarios y penurias por su falta de ética y respeto por sus semejantes.

Venezuela por décadas ha significado para muchos inmigrantes su segunda Patria, lamentablemente, la ingratitud se ha hecho presa de ellos fácilmente y hoy se han plegado a las bandas de la especulación, la estafa y el maltrato a los clientes que por años han contribuido con fidelidad para engrosar sus fortunas y alcanzar posiciones que en sus propios países jamás hubiesen logrado. A esta cadena de amenazas ante la "espada de Damocles", se adhiere también las "autocriticas" de los partidarios del gobierno que emiten juicios temerarios y hasta irresponsables, constituyéndose de ésta manera en parte del problema mas no de la solución.

Como se puede apreciar el panorama no es fácil, pero no imposible de vencer porque ese pueblo que ha sufrido vejaciones, maltratos, que ha sido víctima de la manipulación perversa de intereses políticos y económicos internos y externos que son los factores reales y sustantivos que amenazan con cortar ese frágil "pelo de caballo" para que la espada se precipite, ha cambiado y ha tomado conciencia del rol que debe tener en la batalla política por defender la hegemonía de su Patria, la oportunidad de lograr un desarrollo fundamentado no sólo en la explotación de los recursos naturales del país, sino también en la transformación de esa materia prima en bienes de uso y de consumo terminados, utilizando el recurso humano autóctono. Sí algo se ha logrado en la última década es la participación de la gente en la solución de sus problemas y en la toma de decisiones para la ejecución de proyectos. Venezuela y su valiosa gente, tiene la oportunidad de superar esta situación que nos golpea muy duro y está siendo utilizada para alienar a la población. Por esto, debemos aprender de otros países, particularmente los orientales que después de haber sido devastado por guerras han puesto en práctica principios inspiradores para vencer dificultades y alcanzar su desarrollo. Según estos principios, la crisis puede llevar a dos resultados opuestos. Si nos concentramos en el peligro o nos dejamos llevar por el miedo, el resultado será negativo. Pero si la vemos como una oportunidad, sí aprendemos de las causas que originan la crisis, la adversidad se transformará en un hecho positivo". Dejemos el pesimismo, la excesiva dependencia, el individualismo expresado en ese sentimiento mezquino de pensar sólo en lo propio y lo inmediato. Confiemos en hacer de éste nuestro país, un país para todos los que en él vivimos y por él debemos vencer todos los obstáculos, pero jamás ceder ante presiones de potencias invasoras que usan medios perversos e inhumanos para lograr fines que sólo a ellas benefician y convienen. Por eso arrasan todo a su paso para mantenerse en la cima del poder y desde allí dominar el mundo.

 

Villegastere@hotmail.com



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