Dicho y hecho; el capitalismo jamás entenderá

Pedir peras al olmo; sí, eso sería presumir que el nefasto capitalismo llegase a entender cuál es la función vital humanitaria-socialista de una revolución. La revolución es el gigantesco arrecife de coral, un océano creador de vida, de sus profundidades nace la incitante fauna que en constante sostiene la congruente existencia que nos equilibra cada segundo de siglo y cada siclo de rotativa e inagotable naciente vida.

Los arrecifes de coral junto con la selva lluviosa son de los ecosistemas más productivos que existen en cuanto a biomasa y biodiversidad, ambos se desarrollan en toda la zona tropical e intertropical de la Tierra. Generalmente Los corales están cerca de la costa donde las aguas son claras y poco profundas (menos de 50 metros), la temperatura es cálida (entre 20 y 28 ºC), la salinidad es elevada y existe una abundancia de materia nutritiva en suspensión. Los arrecifes de coral están en permanente crecimiento y los esqueletos calcáreos depositados por animales y vegetales se acumulan durante miles y hasta millones de años por lo que se le considera al arrecife de coral un ecosistema estable, muy diverso en especies, bien adaptado y con un alto nivel de simbiosis interna. La ubicación de los arrecifes esta entre el mar abierto y la costa por lo que son una barrera protectora contra el oleaje y las corrientes marinas para los ecosistemas que están detrás de él como las praderas de Thalassia, los manglares y tierra firme.

La comparación tiene y está basada de su originalidad, de su esencia; pues, la revolución significa la única prolongación de la savia humana, en tanto, el capitalismo, destila el final de los finales: la desolación, la desesperación de saberse abruptamente inhumano, conminado a la desesperanza. Viene a ser, que la revolución es el inconmensurable arrecife de coloridos corales políticos que sumergen al mundo en sus aguas de tibias temperaturas a tan solo pocos metros de la realidad, le da abundancia anteponiendo la razón de la naturaleza, la misma suya, como símbolo inaplazable que garantiza toda pequeña o minúscula existencia; dando respeto por lo humano y por todo signo de vida.

Capitalismo

Nombre masculino

  1. 1.

Sistema económico y social basado en la propiedad privada de los medios de producción, en la importancia del capital como generador de riqueza y en la asignación de los recursos a través del mecanismo del mercado. "en contraste con la economía agraria, el capitalismo está fundado sobre la posibilidad de hacer fructificar el dinero, obteniendo intereses"

  • 2.

Conjunto de capitales y capitalistas, así como su influencia y poder en la sociedad.

Hoy todos los males sociales derivan directa y exclusivamente del capitalismo; pasado a su fase última, prueba y ensayo, ha metalizado cualquier signo de sociedad, mercantilizó la naturaleza, le convirtió en el meollo de un simple negocio plus-monetario, de papel, metálico, maxi-rentable a costa de la intratabilidad de la vida y de todo humano-animal- ambiental; la humanidad paga el más incalculable alto precio solo para saciar el poder de tener lo inútilmente material, lo desechable, arruina vidas por su fraudulento modo.

La competencia es símil a la antigua Arena Romana, la fuerza animal supera la razón, el humano se degrada a su posición; y el animal puede justificar su acción, es de su natura, mas, el ser "hombre" no logra ni llega a discurrir el buen sentido de su esencia, pre y pos existencia, un simple sistema le sintoniza como nacer, crecer y morir sin significado de la sucesión de la especie. El capitalismo-neoliberal rige todo signo de su vida, arruina todo.



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Omar Ignacio Pinto


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