Mí Comandante: Esta inquietud de Tú alma, esta precocidad de todos los sentimientos, esta eflorescencia anticipada de la vida; la lectura de los Héroes, que despertaban no aprendidos cantos en Tú fantasía; las páginas de la historia que Te arrastraban a conversar con los Héroes de otros tiempos, y a verlos pasar Evocados por Tús ideas; el amor prematuro que Te sonreía ya en la niñez, como uno de esos Árboles floridos antes de la primavera. Tús paseos solitarios por la Llanura para ver primero que los demás mortales el sol, saliendo por el horizonte, y para seguir con la vista errante el vuelo de las nubes y de las águilas, y recoger en Tú oído el rumor de las palmeras y de los ríos; todo esto eran señales de esa enfermedad febril que se llama Genio; de esa sed Infinita por un ideal nunca alcanzado: de ese dolor que sienten los idealistas, dolor de todos los momentos, dolor sin tregua, perseguidor Implacable hasta en el reposo del sueño, engendrado por la desproporción inmensa que hay entre la Idea Soñada y la Idea Realizada, entre la Hermosura concebida por la Mente en su pureza y la Hermosura amortiguada en las Palabras y en las formas. Tú gloria, pero también tu torcedor y Tú tormento.
Mí Comandante, independiente por carácter, original por su genio, educado en el libre seno de la madre naturaleza, iba a encontrarse en bien temprana edad, formándose en la Casa de los Sueños Azules,en una de esas sociedades que Templan las Enérgicas Nativas Fuerzas de la Libertad con el Rigor de las Costumbres. En donde quiera que la Libertad es grande, la costumbre es Imperiosa. Donde falta el freno de la ley escrita, pone el tácito asentimiento de todos, el freno de sus leyes convencionales. En ninguna parte el individuo es más Libre, su Hogar más seguro, su conciencia más Respetada, su palabra y su idea más independiente que en esta TúCasa de los Sueños Azules, eterno objeto de nuestra Admiración y Amor.
El Descuido nuestro, la Facilidad con que suprimimos todo Ceremonial, la Ligereza con que salvamos todas las Distancias, la Familiaridad de nuestra Conversación y de nuestras Maneras no se conocen sino aquí, en Tú amada Venezuela.
Acaso las altas Ideas sociales y las progresivas Reformas políticas Te hubiera separadodel Abismo, dando alimento a Tú deseo infinito de Amor. Acaso la pasión de la Libertad hubiera llenado más positivamente Tú alma que la pasión de lo ideal. Acaso a las glorias de la Oratoria hubiera reunido las glorias de la Elocuencia.
El pueblo, en su angustia, trataba de unirlo todo, de mezclarlo todo, religión y filosofía, democracia y burguesía, autoridad antigua y constituciones modernas, en el pandemónium del eclecticismo y del doctrinarismo. El espíritu sin fe, se quejaba al cielo de su esterilidad, y se retorcía entre los anillos de la serpiente que se llama duda. De un extremo al otro de la Patria corría una demencia incomprensible, sembrando una tempestad de guerras, que sólo servía para aumentar las tinieblas: demencia ya sombría, ya relampagueante; de un lado los cañones castigando a los pueblos y estableciendo despóticamente el Contrato Social.
La verdad es que, después de haberlo oído en su oratoria, después de haber destrozado nuestro corazón con sus dolores,nuestra inteligencia con sus dudas, nuestra fe con sus negaciones, deducí las enseñanzas moral de que en la realidad grosera, manchada, discorde, no está la vida ni la verdad, sino allá en las cumbres eternamente serenas de esencias Inmortales. Y así como después de las sombras de la noche, el mundo recibe más alegre, más renovado, más cantor, la visita del sol que devuelve sus colores a las plantas, su voz a las aves; después de haber pasado en espíritu por estas hondas cavernas del pensamiento, véis asomar la faz de Chávez, que devuelve la facultad creadora, la fe vigorosa con su luz invisible, pero penetrante, a nuestra alma.
¡GringosGoHome!¡Pa’fueratússuciaspezuñasasesinasdelaAméricadeBolívar,deMartí,deFidelydeChávez!
¡HastalaVictoriaSiempre,ComandanteChávez!
¡IndependenciayPatriaSocialista!
¡ViviremosyVenceremos!
