En mis tiempos de reportero del diario Economía Hoy, para esa fecha me tocó analizar el documento que todos los años, casi a finales, emitía la Conferencia Episcopal Venezolana. El país entero estaba pendiente de ese análisis de la situación política, económica y social, que a decir verdad, parecía un desiderátum hecho con prístina precisión y hasta con estilo morsal que en lo personal me gustaba. Era la Cuarta República y las verdades allí plasmadas, removían las entrañas no solo de los presidentes de turno, sino de los partidos, cuyos dirigentes acusaban el castigo sin poder devolver la pelota, so pena de ser excolmulgados, que en palabras castellanas quería decir fuera de los medios de comunicación y de cualquier reunión de la alta alcurnia a donde la Curía tuviera metida sus narices.
El tío Miguel decía que el sacerdocio era la más agresiva desvirtuación del cristianismo. "Fueron la punta de lanza –me explicó- para engañar al prójimo. Si usted ama a Jesús el Cristo, entonces no debe querer a los curas, porque ellos son la negación de él. De hecho, en algún momento la historia demostrará que ellos planificaron su crucifixión".
Digo esto porque entre ese documento que me tocó analizar para hacer un trabajo para el periódico, y el que acabo de leer y que explicara monseñor Diego Padrón, hay kilómetros de distancia, de honestidad… y de lucidez. Hay sí, una carga de odio, de rencor político, de carencia de objetividad y de ausencia de franqueza. Nada que ver con la brillantez de los documentos durante la Cuarta. Basta ver que no se escribió una sola línea en donde se condene el asesinato de 63 venezolanos en las guarimba del 15 de abril del 2013 y la de febrero y marzo del 2014. Ya eso le niega valor al documento. Priva más el rencor –nada bendito para representantes de Dios- que la convocatoria a respetar las instituciones democráticas y el juego político en el marco del debate. No, es más adecuado acusar, y pretender que delincuentes sean liberados para que haya debate político. "Dios te salve gallina/ llena eres pluma"…
Leyendo el documento, recordé a Monseñor Jorge Urosa, porque el domingo de despedida decembrina, fue entrevistado por el ominoso Carlos Croes, el más pérfido de los personajes del lusinchismo. Y recordé la anécdota de mi primera comunión, cuando por allá en mil novecientos quién sabe, en una clase de catecismo, le escuché al padre decir que era un pecado manosearse los genitales, y que el niño que lo hiciera, se le llenaba la mano de pelos. Fue la primera vez que escuche esa expresión. O sea que hacerse la paja tenía ese estigma. Fue obviamente el principio de la desconfianza hacia los curas que luego se extendió a la iglesia, hasta que muchos años después, soy un convencido de que esta institución es, sin duda, la responsable de todas nuestras desgracias. Entre otras cosas, porque ya me la hacía y probablemente sea el ser más lampiño del país. Nunca me salieron pelos en las manos ¿Cómo sería Monseñor de niño masturbándose, viendo por una ventana a alguna chica que se estuviera bañando, allá en la Valencia de sus tiempos? ¿O me va a decir que nunca se la hizo? Y dejando en cuenta que Urosa, no solo es racista, sino un defensor de las posiciones de derecha, así su jefe mayor, Francisco, pretenda hacer lo contrario con la iglesia, tan en decadencia en estos tiempos.
Extraño mucho la puntería del tío Miguel para precisar las cosas. Cuando menos lo esperaba, soltaba una reflexión que parecía no dicha por él, o no parida por él, sino por alguien que le soplaba. Era una mezcla de olfato, precisión y pedagogía, a pesar de no ser un letrado. "Marx no dijo de gratis –me explicó un día- que la religión es opio de los pueblos. Históricamente se han organizado para desgraciar a los más desposeídos. Siempre ha servido y servirá a los intereses de los poderosos. Y algo más importantes: te hacen creer que ellos creen en algo. Nunca olvide sobrino, la única verdad es que todo puede ser mentira". ¿Cómo se olvida uno de Miguel y de la brillantez de sus palabras?
Por eso Urosa siempre me ha parecido una especie de apocalipsis, con voz de Blanca Nieves. Es una voz casi de súplica, una voz de voto tierrita y no juego más, una voz de no me tiren mandarinas porque yo quiero mango.
No hubo en monseñor una reflexión de la política concebida hoy día, o de las mafias políticas a las que él perteneció. Ni siquiera fue un crítico de la Cuarta, supongo que para no afectar al nefasto de Croes. No, monseñor fue exclusivamente a escupir hiel, pero con voz de Blanca Nieves, a peroratear un discurso de la ecuanimidad al más puro estilo de Rasputín.
Y qué casualidad que monseñor fue entrevistado el mismo día que José Vicente entrevista al Presidente Maduro. Pero como la casualidad no existe, estoy seguro que nomás anunciar que ese domingo Rangel tendría Nicolás, el pérfido de Croes le buscó un contrapeso. El Croes que ha logrado engañar a los mismos camaradas con esa cara de Curly, aquel idiota de Los Tres Chiflados.
Pero un ningún momento vimos a monseñor cuestionar el comportamiento terrorista de quienes asesinaron a 63 personas en menos de año. Ni criticar una dura guarimba económica que desde hace mucho tiempo nos tiene en zozobra, ni hacer un llamado para que el sistema financiero deje de planificar destrozos en la dinámica económica del país. Nada de eso. Monseñor, con su cara de yo no fui, fue muy preciso en elaborar ese tipo de discurso que parece que no moja pero empapa, de esas palabras que se van directo al Hipotálamo y allí se pegan para que nuestro cerebro lo recuerde todos los días. No es un vaticinador de armagedones, sino un constructor de los mismos. Y él es el jefe de la iglesia, imaginen nada más de qué institución se trata. Una que en lugar de construir, destruye. "…si te agarra el caldero/ te deja sin ninguna".
Caminito de hormigas…
En las reuniones de la oposición, hay la certeza de que Ameliach es el tercer hombre del gobierno. Por ello aseguran que es necesario convertir en un polvorín a Carabobo. Hay instrucciones precisas de incendiar la región, luego de reuniones realizadas en tres sitios claves… Hablando de los intentos de guarimbas, esta vez se decidió asignar responsabilidades directas y nombrar jefes de grupos y tareas específicas, de las más violentas… Por cierto, mis fuentes me indican que están pagando 10 mil bolos brinco rabioso a todo aquel que en el día de hoy incendie cualquier supermercado que abra sus puertas… Vergonzosa la rebatiña que se hizo con las cestas de navidad en algunas instituciones del Estado. Fueron tan evidentes los negocios que llegaron productos podridos, o no llegaron… Y en la ecológica revolución que vivimos, en las fiestas de diciembre de algunos organismos, las mesas estaban adornadas con Cocacola, uno de los principales financistas en contra de la revolución. ¡Que de cosas!... No lo crean. Más del 60% de los estudiantes de la ULA, son colombianos, y pagan 400 mil por un cupo. La delincuencia universitaria en marcha… Recomiendo la película "la sombra del caudillo", sobre un hecho real. Es una maravilla.