Aunque usted no lo crea:

El personal de vigilancia, el gerencial y el contable son trabajadores al servicio de los dueños de la empresa, pero no de esta

Son muchas las contradicciones imperantes en el sistema capitalista; una de ellas es que en sus plantillas de trabajadores  figuran personas no involucradas directamente con la fabricación de las mercancías; digamos que no baten el cobre, que no ordeñan, ni siembran ni cosechan ni cocinan ni lavan,  pero sí ceden la batea para que otros lo hagan. Tal es el caso del personal de contabilidad, de seguridad, de administración y gerencia en general.

Estas labores son indudablemente de una gran importancia para los dueños de la empresa, y, como usan las oficinas de esta, parecieran que forman parte consustanciada de la fabricación, del proceso de trabajo.

No, este personal sólo forma parte exclusiva del proceso de producción capitalista, o sea, sirven para la cuantificación del financiamiento necesario para su puesta en marcha, para seleccionar y dirigir el mejor mercadeo, para estimar la factibilidad y viabilidad de una empresa; sirven para hacerle seguimiento al patrimonio accionario, para darle sumejor u óptimo empleo de cara a la consecución de máximas ganancias. O sea, para dinamizar u operar con el capital que le ha sido entregado con plena confianza, para el control y seguimiento cuantitativo y cualitativo del capital, de su distribución entre medios de producción y trabajadores productivos o especialistas, tanto profesionales como técnicos.
 
 Es un importante personal que asume las obligaciones empresariales dirigidas  a distribuirlo técnicamente de tal manera que su empleo en medios de producción y trabajadores productivos, de  los asalariados que baten el cobre, rindan al máximo, o sea sepan acrecentarlo a final de cada año económico.

Su importancia es tan relevante en el proceso de producción capitalista que buena parte de los gastos salariales, si bien no forman parte del capital variable, del capital que crea plusvalía, tiene relativamente asignada la mayor parte de la paga global.

Venimos sosteniendo[1]  que las remuneraciones a este excelente grupo de trabajadores no deben ser trasladados al costo de fabricación ni consecuencialmente al precio de venta al consumidor.

26/11/2014


[1] Véase mi obra, Praxis de El Capital.



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Manuel C. Martínez


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