Las comparaciones entre Bolivia y Venezuela deben ser muy útiles para los chavistas más radicales

Aporrea ha publicado un artículo escrito por Hernán Luis Torres Núñez en que se hace una comparación entre el rendimiento económico de Venezuela y el de Bolivia en los últimos años. Es una comparación muy importante por razones obvias, y me alegro que lo haya hecho. Sin embargo, está equivocado en su conclusión general de que el gobierno de Evo Morales ha sido más "pragmático" que los gobiernos chavistas en Venezuela. En realidad, el gobierno de Morales ha sido más dispuesto a rechazar la ortodoxia económica (es decir, más radical) que el de Venezuela en algunos aspectos importantes.

Un ejemplo: en 2007, Bolivia se retiró del CIADI del Banco Mundial, entidad que acaba de ordenar que Venezuela pague $ 1.6 mil millones a Exxon-Mobil, mientras que Venezuela no se retiró hasta 2012; y eso no es el ejemplo más importante.

A diferencia de Venezuela, Bolivia no recortó el gasto público cuando la economía mundial comenzaba a entrar en crisis en agosto de 2007: más bien, éste aumentó sensiblemente el gasto del gobierno durante la crisis mundial. En 2006, el gasto del gobierno de Bolivia representó el 34,6% del PIB. Aumentó al 41,9% en 2007 y al 45,1% en 2008 (véase el gráfico 4 en este documento). En consecuencia, el PIB per cápita de Bolivia siguió creciendo durante el peor período de la crisis.

En Venezuela la historia fue muy diferente. El gasto público representó el 29,8% del PIB en 2006 y se redujo a 26% en 2007, y luego se estabilizó por dos años. Después, cayó hasta el 22,9% en 2010. El gasto del gobierno no se aumentó hasta el 2011, cuando se elevó al 26.5% del PIB. Como era de esperar, con estos recortes del gasto público, Venezuela entró en una recesión muy evitable que se inició a finales de 2008 y continuó hasta mediados de 2010 (véase la figura 1 en este documento). El ex Ministro de Finanzas Jorge Giordani ha sido elogiado como "radical" por algunos chavistas que lamentaron su reemplazo este año. Sin embargo, es claro que sus políticas fiscales eran excesivamente ortodoxas y conservadoras, no radicales.

Otro contraste importante entre Venezuela y Bolivia está en la proporción de reservas mantenidas en oro. Venezuela mantiene el 70% en oro en comparación con Bolivia, que mantiene sólo el 10%. Ecuador, el país de la región que sigue a Venezuela con respecto a esta métrica, mantiene sólo el 25% de sus reservas en oro. El promedio de la región (excluyendo Venezuela) es de sólo 15%. Parece obvio Venezuela debe vender un poco de oro para resolver muchos de los problemas de liquidez que tiene el estado. Curiosamente, la prensa internacional (que nunca deja de decir que Venezuela tiene la inflación más alta de la región) nunca lo menciona, menos pregunta por qué Venezuela tiene un porcentaje tan extremadamente alto de sus reservas en oro en comparación con el resto de la región.

En 2010, el economista Mark Weisbrot escribió que en Venezuela “a largo plazo el error económico más grande ha sido de mantener un tipo de cambio fijo y sobrevalorado”. Él aboga por “una flotación dirigida, o ‘sucia’ en que el gobierno no anuncia una meta para el tipo de cambio sino interviene cuando sea necesario para preservar la estabilidad cambiaria,” argumentando que “sería más adecuada para la economía venezolana que el tipo de cambio fijo de ahora”. Esto es lo que tiene Bolivia y se ha mantenido un tipo de cambio muy estable: esencialmente sus reservas enormes amedrentan a posibles especuladores. El argumento de Torres Núñez de que "no hay controles cambiarios" en Bolivia realmente no es cierto, por la sencilla razón que Bolivia no anuncia un compromiso con un tipo de cambio fijo.

¿Es un tipo de cambio fijo más "radical" o más de "izquierda" que una "flotación sucia"? ¿Cómo puede ser cierto si el FMI a veces ha defendido los sistemas de cambios fijos, como hacía para Argentina durante la década de los 90? Generalmente, es un mito que los neoliberales siempre prefieran los mercados competitivos a la intervención del estado. Por ejemplo, los países ricos hacen cumplir las patentes y derechos de autor – es decir prohíben los mercados competitivos –  para que las grandes corporaciones puedan cobrar precios de monopolio. Algunos trabajadores muy privilegiados (médicos, por ejemplo) están igualmente protegidos contra el mercado competitivo, la competencia extranjera, en particular, por los gobiernos de los países ricos. Los gremios de los médicos venezolanos han exigido por años que el gobierno saque a los doctores extranjeros (los cubanos). Afortunadamente los gobiernos chavistas no les han hecho caso.

Si los chavistas se oponen a la reforma del sistema cambiario por razones ideológicas (y yo creo muy equivocadas) entonces yo estaría de acuerdo hasta cierto punto con Torres Núñez de que sería bueno más "pragmatismo". Sin embargo, en Bolivia tal pragmatismo ha sido acompañado por una audacia que, al parecer, Torres Núñez no ha tomado en cuenta.

El gobierno de Maduro, como el de Chávez antes que él, se enfrenta a una guerra económica y otras formas de desestabilización. La lección de Bolivia no es que el gobierno debiera esforzarse más para ganar el respeto de las élites extranjeras y nacionales. Al contrario, el ejemplo de Bolivia ofrece tácticas para luchar más efectivamente contra estas mismas élites.


Escribí este articulo en Inglés para Telesur:
http://www.telesurtv.net/english/opinion/Bolivia-Venezuela-Comparisons-Should-be-Very-Helpful-to-Radical-Chavistas-20141018-0026.html

jemersberger@aol.com

 

 



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