Por años he dicho que la oposición adolece de dos gravísimos problemas: uno, no sabe que el país cambió en un giro de 180 grados; y dos, hace muchos años que perdió el norte. Fue tan dura y tan sorpresiva la derrota de 1998, que nunca pudieron recuperarse.
Es además necesario reconocer que ya venían en la debacle, apenas sostenidos por el poder que llevaba implícito los efectos de la corrupción, donde la mayoría estaban incorporados, y los que no, se hacían de la vista gorda para no ser estigmatizados. Habían perdido el norte, incluso existían serias diferencias en torno a la conducción del poder, porque el agotamiento económico –último eslabón de la cadena, luego del moral, del social y del político- ya era un hecho.
Parte de esa oposición fue a parar al Psuv, sobretodo la adeca y es la que ahora conduce los hilos burocráticos del Estado.
La otra parte de esa oposición comenzó a transitar en un limbo del que no ha podido salir. Se toparon con un líder, no solo de un gran carisma, con una gran capacidad de convocatoria y con el don de hablar con el pueblo en su mismo idioma. Y de ñapa era un pueblo que estaba esperando por alguien que los condujeran, que los entendiera.
Otro error de la oposición es que continuaron analizando al país con categorías iguales a las de la Cuarta República. No entendieron que el simple hecho de que Chávez convocara a una Asamblea Nacional Constituyente y creara la misiones, eran elementos determinantes para comprender que se estaba gestando un país que sin abandonar el capitalismo, introducía nuevos elementos que hacían del pueblo un algo pensante y comprometido.
Suelo contar la anécdota de un “Aló Presidente” donde Chávez habló por teléfono con una viejita que dijo tener 76 años y que estaba en la Misión Robinson. Cuando Hugo le preguntó que para qué se había inscrito, ella respondió “quiero aprender a leer para saber que dice ese librito que tú siempre cargas en la mano”. Este fue el click que la oposición no copió y el primer aviso para entender que el país estaba cambiando. Por primera vez la gente entendía que en la Carta Magna se habla de ellos, sus derechos y deberes. No se podían seguir manejando como borregos. Otra anécdota que siempre recuerdo es la que en mis tiempos de reportero de últimas Noticias en el 2000, un apenas conocido Oscar Schemel me confesaba que Interlaces, con sus Focus Group, había determinado que la oposición debía subir los cerros si quería acabar con Chávez. Debió ser la segunda campanada y tampoco la oyeron. Por esos mismos días, Julio Borges me preguntó cómo estaba viendo las cosas, le conteste que 6-0 a favor de Chávez. “Algo de eso hay”, fue todo lo que atinó a comentar. Era el tercer aviso.
Es decir, ya entonces estaban equivocados y no fueron capaces de sentarse a analizar y entender que el pueblo estaba apostando a un fenómeno desconocido pero que inspiraba confianza. Necesitaban aferrase a algo y encontraron en el Arañero de Sabaneta la salvación.
Es así como desde el año 2000 hasta acá, si en algún momento han hecho análisis (que lo dudo) siempre se han saltado dos elementos fundamentales: uno es el pueblo, siempre inteligente, vejado y olvidado hasta la aparición del llanero de Barinas. Ese pueblo puede estar descontento con las acciones burocráticas del Estado, pero no es aventurero. A estas alturas, sabe que pierde más si abandona el proceso. El otro elemento es la Fuerza Armada, con una generación de nuevos cuadros militares, inteligentes y formados, con una visión completamente distinta a lo que fueron en el pasado. Quedará alguna reminiscencia de los carga neceser, pero sin duda que esta nueva generación de militares saben porque lado deben atizar la candela. No son aventureros y creen en la construcción de un nuevo Estado. No tomar en cuenta esos elementos, desde luego que lleva a la oposición por el camino equivocado.
Y esa carencia de análisis fue la que llevó a un sector de la oposición –que por cierto es la que se apoderó de toda ella- a creer que por la vía de la violencia podrían acabar con el proceso, con la falsa visión de que era Chávez quien sostenía esto e ignorando que se había formado una Dirección Colectiva que con aciertos y desaciertos podía mantener el proceso vivo. Así, la mal llamada oposición, dividida en dos, fue dando traspiés hasta que finalmente se fue de bruces. Hoy, el 43% de los venezolanos opina que en la oposición no hay liderazgo, básicamente porque no existe oposición como ente político, agrego yo. Porque como dice mi colega Clodovaldo Hernández "¿Quién en su sano juicio puede ir a buscar decencia y buenos manejos administrativos en una coalición donde pastan AD y Copei, junto a sus aventajados alumnos, Primero Justicia y Voluntad Popular, y a una pequeña colección de exchavistas de manos largas y diestras?"
Pero una cosa mucho más importante es que el 87% de los venezolanos rechaza la violencia como expresión de la política. Tampoco entendieron los terroristas que en un país donde se organizan casi dos procesos electorales por año, es difícil que la gente entienda la violencia como salida.
Y llegaron a donde tenía que llegar, para usar la expresión de Chávez, a la nada. Fue el gobernador Falcón (Lara) el primero que se deslindó del terrorismo porque estaba viendo las barbas de su vecino arder. Le siguió Cocciola (alcalde de Valencia) quien entendió que el camino no era por allí, a pesar de ser la preferencia de alguno de sus acólitos. Este mismo domingo la alcaldesa de San Diego (Carabobo) señora de Scarano, transmite públicamente su rechazo a cualquier tipo de violencia.
La guinda del helado la puso el propio Henrique Capriles, quien refirió que “con la salida (o sea la violencia), perdimos todo. El único beneficiario fue el gobierno”. Esas palabras en la boca de alguien que llamó a descargar su arrechera a los terroristas para que mataran a once venezolanos el 15 de abril del 2013 y de paso el factor principal de la oposición, evidencian la crisis.
Es decir, esta oposición es, me encanta recordar a Chávez, la nada. Pero el imperio sabe que debe acabar con este proceso por lo que tratará de pescar en río revuelto. Nuevamente aparece una oportunidad de oro para el proceso. Ojalá y sus líderes lo entiendan y comiencen a estremecer el proceso desde sus cimientos para hacer una revolución, no sea que la real oposición nazca del propio chavismo.
Como diría la filósofa Marguerite Duras “no sabemos para donde vamos, pero no es una razón para no ir”.
Caminito de hormigas…
Empresarios chavistas estarían intercediendo a favor Leopoldo López para que la condena sea leve… El chavismo de a pie me pregunta ¿dónde está la lista de los que se robaron los 25 mil millones de dólares?... Hace rato me pregunto: Si hubiese sido un jugador europeo, la FIFA habría tomado la misma decisión dura y agresiva como lo hizo con el conejo Suárez... Nadie hasta ahora ha manifestado preocupación por la serie de irregularidades que ocurren en Misión Sucre en Carabobo… Tampoco nadie dice nada por los 23 palos que cobran para dar una pensión en el IVSS… Excelente la transmisión del futbol de Tves. Vale la pena ver el espectáculo por allí. Buenos narradores y excelentes comentaristas… Vean el video “la influencia de los antepasados en nuestras vidas”. Extraordinario