Binóculo Nº 117

Esta clase media no sabe dónde está parada

En algún momento se dará el debate en torno a la clase media, o eso que Lenin llamó pequeña burguesía, traidora por naturaleza. Y además dijo que adquiría esta condición porque no estaba vinculada al proceso productivo. Es decir, a definición de Lenin, todos los que escribimos en este portal, y más, somos, ni más ni menos, clase media. Efectivamente su caracterización se debía a que este sector, pujaba para no bajar a la condición de proletarios, pero no entendió que ni de vaina sería recibida por la burguesía. Pero a noventa años de la muerte del viejo Lenin, han cambiado muchas cosas en esta complejísima sociedad mundial. Porque también tendríamos que dar un debate en torno a si eso que llaman la “clase obrera”, es el sujeto histórico, cuando su problema fundamental es una reivindicación contractual para que le den un cupo de un carro que va a vender.

En el caso de las ensambladoras, aunque en otros casos, los negocios serán otros. Tendríamos que preguntarnos cómo es que esta “clase obrera”, resuelve los problemas a tiros en un mundo de mafias; porque si como dice el Manifiesto Comunista, el ser determina la conciencia, qué conciencia le podemos pedir a una clase obrera cuyo problema es negociar el cupo de un carro, o la venta de una lavadora, o la compra de un pantalla plana, y una larga cadena de etcéteras. Incluso debemos debatir si la caracterización de Marx es correcta hoy día, porque si la “clase obrera” era tal porque estaba vinculada al proceso productivo, de cuál producción debemos hablar hoy.

Es decir, y aun tomando como base la dialéctica y a Marx como norte, una tarea fundamental es debatir en profundidad estos temas. Sin miedo y sin prejuicio.
Parte de ese debate, tiene que ser el tema Clase Media, o pequeña burguesía. Y ciertamente en la sociedad moderna, esta clase media juega un papel fundamental. Es mucho más que el puente entre el proletariado y la burguesía, como sí lo era cuando Marx o Lenin. Juega un papel clave en la dinamización de la economía y en la motorización de la actividad de un país. Ese es un debate y sin duda habrá que darlo, porque hoy en día no es la producción la característica principal de la economía.

Y es precisamente esa clase media, la que ha cometido toda clase de alteraciones en los últimos días, en busca de la salida inconstitucional de Nicolás, llevada a un nivel de disociación tal que se hizo obtusa, irreflexiva, intransigente y violenta. Una muestra de eso es un extraordinario artículo escrito por mi colega Clodovaldo Hernández y cito dos párrafos: “Si usted quiere saber cómo funciona el extraño fenómeno de la clandestinidad de los partidarios del presidente Chávez en ciertos círculos sociales y laborales, analice lo que le ha pasado al humorista Juan Manuel Laguardia. El popular Fullchola, en su muy escuchado programa de radio, entrevistó al presidente Hugo Chávez y enseguida fue arrojado a un pantano de insultos, descalificaciones y acusaciones infundadas. Laguardia, quien se dedica con gran éxito a un tipo de humor no político (y ayuda con ello, dicho sea de paso, a la golpeada salud mental de muchos ciudadanos), ni siquiera es chavista ni tampoco se pronunció a favor del candidato a la reelección. Simplemente accedió a entrevistarlo y lo trató con respeto y cordialidad. Eso fue suficiente para que una horda de opositores desquiciados lo maldijeran por cuatro generaciones”.

Porque lo que esta clase media no quiere entender, es que sin el apoyo de los pobres, es decir, de los más menesterosos, es decir, de los pata en el suelo, que por cierto es el 75% de la población venezolana, no es posible sacar un gobierno, sea el que fuere, mucho menos si no tiene a los militares de su lado. Y los militares están demasiado bien para dar un salto al vacío.

Objetivamente hablando, si usted se pasea por lo sectores populares del país y ve todo en calma, puede concluir que en el país no está pasando nada, así estén incendiando Chacao o Altamira. Si por el contrario, usted ve una marcha caminar desde Catia hasta el Centro Simón Bolívar, o desde El Valle hasta la Plaza Venezuela, que en ambos casos serían miles de personas, entonces sí hay razones para angustiarse porque no tenga dudas de que es inminente el baño de sangre. Literalmente, el baño de sangre. Nicolás no habrá podido contener a las masas y en ese caso la única forma de detenerlo es a plomo. Pero nada de eso está ocurriendo, por lo que en la estructura de un Estado cuatro muchachos tirando piedras o incendiando un autobus, siempre serán cuatro muchachos, sin ningún poder para tumbar un gobierno.

Pero más allá de eso, si alguien fue beneficiado por el gobierno de Hugo y Nicolás, fue precisamente este sector. Los pobres no tienen tarjetas de crédito, ni créditos hipotecarios, ni cuotas de carro, ni préstamos bancarios. Todo eso le pertenece a la clase media. Ha sido la clase media la gran beneficiaria de todas las políticas sociales, las de la chusma bolivariana que son los pobres de los barrios, es decir, las misiones; y las que se elaboraron para ellos: dólares de viajeros que ahora son raspa cupos, viajes vacacionales, carros del gobierno, las viviendas que se están construyendo en los mejores lugares del país y pare usted de contar. Además de ello, es esa clase media la que recibe préstamos de los bancos del Estado y estímulos para montar empresas. Nada de eso les toca a los pobres. Son algunos pocos ejemplos claros y sencillos.

Pero por alguna razón que no entiendo, esa clase media que ha sido la gran beneficiada de los dineros del Estado, quiere sacar a Maduro del poder. E ignora dos cosas fundamentales: uno, tampoco Maduro va a construir el socialismo; y dos, si llega un gobierno de la derecha, los primeros que perderán todo lo que ganaron será esa clase media. Porque deberían entender que es una receta mundial que va más allá de los intereses de esa clase media. Pondré un ejemplo solamente: los europeos se tiraron cien años para lograr un modo de vida del que gozaron por medio siglo. En cinco años, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea, le quitaron todo, hasta las ganas de vivir. Ahora, la generación de 40 años hacia abajo está abandonando ese continente. Una clase media que en menos de un cantar de gallos se proletarizó, se depauperó de tal manera que se reúnen entre todos para hacer una comida colectiva y subsistir hasta el día siguiente. Eso no es culpa del comunismo, sino de la voracidad de 50 corporaciones que son las dueñas del mundo. Mientras una trasnacional como Monsanto tenga la propiedad del 75% de los alimentos del mundo, la clase media lleva un camino acelerado a su desaparición. Entender eso es la clave. De lo contrario, también Chávez aró en el mar.

Caminito de hormigas…

El nuevo Síndico Procurador del Concejo de Valencia, es un abogado de apellido leopardi. Para más señas vive en Miami y nunca ha ejercido el derecho. ¿Cómo les parece?... A qué no saben con quién se la pasa reunido Cocciola. Con su pana Acosta Carlez, en el centro comercial Sacla que es un edificio de su propiedad ubicado en la Urbanización Carabobo… El hijo del Jefe de Recursos Humanos de Diana está preso. Era uno de los jefes del bachaqueo. Esperemos que el padre por lo menos esté destituido… Hablando de Diana, el general gerente de esa empresa, pretendió poner como Jefe de Seguridad a un Capitán del Ejército protagonista de Altamira. ¿Y ese general es el que nos vendió Maduro como revolucionario?…


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Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

 rafaelolmos101@gmail.com      @aureliano2327

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