Gobierno de calle: ¿O sectarismo de calle?

El sectarismo, que observo en el discurso de altos funcionarios del gobierno nacional bolivariano, en la llamada “Guerra Económica” no le hace bien al sistema político socialista, ni a la propia revolución bolivariana. Esto deberían entenderlo y trasmitirlo hacia abajo los principales dirigentes antes que tanta intransigencia termine por minar la convivencia democrática, en la patria que libertó Simón Bolívar para todos los venezolanos.

La izquierda es lo más parecido a una religión, porque cree tener las respuestas a todo lo que sucede, y sucederá en una nación, y como brujos en el mundo, esto lo escribió Jean Francois Revel. De ahí su sectarismo, es decir su intransigencia ante los opositores, una característica que la revolución bolivariana abrazó radicalmente a raíz del refrendo revocatorio del 2004, en contra el presidente Hugo Chávez, y que se ha agudizado en estos últimos días de este noviembre del 2013 en la guerra contra los traficantes e importadores del dólar, causantes de la especulación. De ahí que por muy desastrosos que sean los números de las estadísticas sobre la inflación real, hay que aceptarlos, y donde no se debe discutir, ni razonar, sino acatar, y votar sin aviso, y sin protesto.

Existe un marcado estilo de actuación condicionado por los hábitos de la época de los radicalismos de los llamados socialismos reales del siglo XX. Hoy bajo la actuación de un pronunciado sectarismo según el cual los que militamos en la izquierda, somos los buenos, y los demás venezolanos que nos adversan son unos demonios.

Me resisto a acatar los discursos despectivos como varios dirigentes del psuv pretenden lapidar a cualquier compatriota venezolano por pensar distinto a nosotros, donde existen como en nuestras filas revolucionarias, una nueva generación de jóvenes políticos merecedores de un mínimo de respeto, porque son nuestros hermanos venezolanos. Esta actitud asumida por dirigentes que se creen dueños de la verdad, siempre salen al paso con descalificaciones adhominem a los que criticamos la errática orientación económica que deja al país este año 2013, con una inflación de dos dígitos, y una presión fiscal que asfixia al ciudadano de a pie. La reacción del gobierno ante la especulación, mas no contra los “capos de la especulación” es de una intolerancia ante cualquier objeción.

Lo mismo es el sectarismo como se maneja el auge delictivo, y la violencia criminal de los fines de semana que son consecuencias de la impunidad que reina en el país, en contra del hampa criminal. Porque lo único que aquí se esta pendiente, son de las actuaciones de la oposición, que para eso es la Asamblea Nacional para llevar a cabo un debate político, para que presenten ante el país un plan de gobierno alternativo, para salir de este peo económico, no con una actitud descalificadora y represiva que ha contagiado a muchos diputados revolucionarios, que se creen que quienes discrepan de ellos, son unos diablos.

 

Esa nefasta visión ha transcendido a todo los frentes sociales, gremiales, comunales, sindicales, profesionales etc. En donde el mismo sectarismo hace de las suyas promoviendo mediocridades, exaltando candidatos a alcaldes, y concejales de dudoso talento revolucionario y, sobre todo, execrando a quienes disienten de los que mandan, y se roban los dineros públicos.

El sectarismo, así como el fascismo son, y serán siempre sectas abominables, y el gobierno bolivariano no puede seguir dominado por el sectarismo de calle, por gente demasiado estalinista para estar todavía en política en pleno siglo XXI.

La ignorancia es el insumo mayor del sectarismo, y de ahí al populismo. El desmembramiento social lo veremos en muy corto tiempo, si esto no se corrige.

El objetivo de los seres humanos es llegar a la verdad. Sabemos que en esta carrera están en pugna diferentes ideologías políticas y filosóficas. Donde no podemos mirar que un solo lado dice tener la verdad de todo. Esto no puede ser una manía, donde la pugna por el poder es entre seres vivientes e inteligentes.

En una revolución que se llama humanista y socialista, no puede existir un conglomerado de sujetos adoradores de si mismos constituyendo una secta. Que trasciende su carácter político y revolucionario. El matiz de este comentario, es llamar la atención también de la actitud equivocada de la "oposición venezolana", que no han sabido ubicar claramente sus objetivos , de ser distintos en su lucha por el poder en forma democrática , cuando admiten la legitimidad o la existencia de otras sectas en sus filas. Cuando el objetivo es la sustitución de toda otra expresión, el tratar de hegemonizar, eliminando todo sentido de pertenencia con la perversa intención de despoblar para repoblar. Es decir, destruir física y conceptualmente lo que se considera ‘nocivo’ para sus proyectos macabros. He ahí el error, cuando se va a hablar con los opositores para una:"política de estado o de un acuerdo para salir de la crisis"; no es para escuchar sino para convencer, para que los opositores se suiciden o viceversa.

Culmino con esta frase de Edgar Allan Poe: “No tengo fe en la perfección humana. El hombre es ahora más activo, no más feliz, ni más inteligente, de lo que lo fuera hace 6000 años”.



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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