Sistema Único de Salud. Integración del poder popular al sistema

Sistema Único de Salud. Integración del poder popular al sistema
José León Uzcátegui*
El sistema único de salud en Venezuela debe ser abordado desde la perspectiva del Sistema Público Único Nacional de Salud (SPUNS), y de incorporar, en el marco de la democracia participativa y protagónica que se intenta construir en nuestro país, la manera como el pueblo organizado (poder popular) participa en tal sistema.
Previamente nos parece necesario precisar conceptualmente los asuntos planteados, es decir lo que entendemos por salud, por poder popular, o por Sistema Único de Salud. En primer lugar comentaremos el concepto de salud. No solo desechar, por abstracto y ahistórico, el concepto de la OMS, esto es la salud como el “completo estado de bienestar físico, mental y social, y no solo la ausencia de enfermedad”, pero también lo que en la práctica, en nuestro país, se sigue asumiendo como salud, que se limita a la concepción individual, curativa, hospitalaria, reducida a la atención medica reparatoria, y si acaso la prevención (de enfermedades) o la rehabilitación (de enfermos). La ruptura epistemológica que se ha producido en los últimos treinta años entiende, y así lo asumimos, a la salud como el buen vivir, el vivir bien, el vivir en plenitud. Abarca educación, ambiente, trabajo, recreación, cultura, habitat. Es entender la salud no como una mercancía, sino como un derecho social, responsabilidad del estado. Es plantear la determinación social de la salud.
En el mismo sentido es un asunto preliminar definir lo que entendemos por poder popular. No se trata de la participación tutelada, o controlada, desde el estado o el partido, la pseudo-participación manipulada. Es entender el poder popular como el poder constituyente, frente al poder constituido, el poder del estado. Es la auto-organización del pueblo, autónomo respecto al estado, e independiente respecto a los partidos políticos, que asume un rol propio en todos los momentos (diseño de políticas, ejecución, evaluación, seguimiento y control-contraloría social) y a todos los niveles (local, parroquial, municipal, estadal, nacional) de la relación estado-sociedad, en la perspectiva de construir una nueva sociedad, sin relaciones de poder, sin relaciones de dominación. Es la expresión concreta de la democracia participativa y protagónica.
Desde esta perspectiva es como, en nuestra opinión, se debe plantear la creación de un Sistema Único de Salud y la “integración” del poder popular a tal sistema. Es la creación del Sistema Público Único Nacional de Salud, bajo control del Poder Popular.
Los temas involucrados en esta temática abarcan asuntos como la construcción de hegemonía, la nueva relación estado-mercado-sociedad, el poder popular al rescate de lo público, el control popular de la gestión pública en salud; temas estos que, por razones de espacio, no abordaremos en esta exposición. Remitimos al lector a otros trabajos del autor sobre estos aspectos.



La caracterización del Sistema de Salud Venezolano
Históricamente, en nuestro país, hemos asistido a grandes momentos de lo que podemos considerar el intento por crear un un sistema de salud. Es decir, si entendemos por sistema un conjunto de procesos, con una puerta de entrada y una de salida, con mecanismos de retroalimentación, en funcionamiento aceptablemente armónico, y esto lo aplicamos al sector salud visto como un sistema, podríamos remontarnos apenas a mediados del siglo pasado, cuando, en buena medida, como una necesidad de los intereses económicos de las empresas multinacionales ubicados detrás de la explotación petrolera, se crea en Venezuela el Ministerio de Salud (año 1936) como un esbozo de un posible sistema público único nacional de salud, aunque ya para ese momento la salud referida fundamentalmente a lo médico- asistencial, y con algunas acciones preventivas y de salud publica convencional (control de epidemias). Con la aparición del IVSS (año 1946), para atender a la población trabajadora, se inicia la fragmentación del sistema entre asegurados y no asegurados, que luego se profundizará con la creación de numerosos organismos de atención médica para diversos sectores de la población (maestros, militares, profesores universitarios, empleados de Ministerios, Gobernaciones, y muchos más). De la misma manera prolifera como empresa mercantil lucrativa la atención médica privada, con clínicas y establecimientos que ya para finales del siglo pasado han conformado una verdadera industria de la enfermedad y de la muerte, que nos aleja del paradigma de la salud colectiva y más aun del buen vivir y el vivir en plenitud.
Sin embargo, son indudables los logros que se han obtenido en los últimos catorce años en materia de salud en nuestro país, entendida tanto en su acepción más estrecha de atención médica reparatoria, como en lo que se refiere a la prevención, rehabilitación, y aun en promoción de la salud. De ello dan cuenta las cifras divulgadas por el gobierno nacional, y convalidadas por organismos internacionales como la OPS o las FAO, que, a grandes rasgos, reseñamos a continuación.
La situación socio-sanitaria de Venezuela
Hemos alcanzado un alto Índice de Desarrollo Humano (IDH). Desde el año 2005 Venezuela se ubica en el rango alto de IDH, gracias a la política de inclusión social, especialmente en educación, salud y por el incremento significativo en el nivel de ingreso de los hogares pobres. De 0.7793 en 1998 para el año 2007 el IDH había ascendido a 0.8263.
Gracias a la expansión del empleo 2.124208 personas salieron de la pobreza extrema entre 1999 y 2007. La pobreza, en general, ha descendido de 49,0 % en 1998 a 23,8% en el 2009. De una tasa de ocupación en 1999 de 86.5 se alcanzó 92.5 en 2007, y en ese mismo lapso los hogares en situación de pobreza pasaron de 42.0 a 28.3. La tasa de desempleo ha disminuido de 16.6 en 1999 a 7.1 en el 2008. Asimismo la tasa de empleos en el sector formal ha aumentado, disminuyendo en el sector informal, lo cual indica que los empleos generados han sido productivos.
La inversión social acumulad ascendió de 12.465 millones de dólares en 1999 a 330.582 en el 2009. La cifra de pensionados en 1998 alcanzaba 229.900 personas y para el año 2010 llegó a 1.462.443.

El ingreso mínimo legal se ha mantenido desde el año 1989 por encima de la canasta alimentaria normativa. La desigualdad del ingreso de los hogares (coeficiente de Gini) ha descendido de 0,4874 en 1997 a 0,3928 en el 2009 (un Gini próximo al valor 0 significa una distribución igualitaria del ingreso y próximo a 1 una distribución desigual).
La tasa neta de escolaridad en educación Primaria ascendió de 86.2 en 1999 a 92.3 en el 2009; en ese mismo lapso, en el nivel pre-escolar de 37.5 subió a 69.8, y en educación Secundaria de 34.7 a 60.6.Los alumnos matriculados en Educación Superior se han incrementado de 668.109 en 1998, a 1.796.507 en el 2007. En diez años se incorporaron más de un millón de jóvenes en la Educación Superior.
La tasa de mortalidad infantil en niños menores de cinco años que en 1998 estaba en 23.4 descendió a 16.4 para el año 2008; en ese mismo lapso, la de mortalidad infantil en niños menores de un año de 21.36 descendió a 13.98, y la tasa de mortalidad post-neonatal de 8.0 disminuyó a 4.2. Los pacientes que reciben terapia antirretroviral de forma gratuita pasaron de 7.170 en el 2002 a 32.302 en el 2009. La tasa de mortalidad por tuberculosis descendió de 3.35 en 1998 a 2.3 en el 2008. La tendencia del déficit nutricional global en niños menores de cinco años, disminuyó de 5.3 en 1997 a 3.7 en el 2008. El índice de prevalencia de la subnutrición disminuyó de 21 en el año 1998 a menos de 6 en el 2009. La disponibilidad energética en la dieta del venezolano (en calorías) de 2.127 en 1999 ascendió a 3.182 en el 2011 (se requieren 2720 calorías diarias para la suficiencia alimentaria plena). El porcentaje de práctica de lactancia materna exclusiva desde los 6 a los 24 meses aumentó de 7 a 27% entre 1990 y 2008. La evolución de la talla en los niños de 7años ha ascendido en 1.81 cm en los niños y 1.96 cm en las niñas, entre 1999 y 2011. Se construyeron y dotaron 4.469 centros de salud en Barrio Adentro entre el 2005 y el 2008.
El porcentaje de población con acceso a agua potable ha ascendido de 68 en 1990 a 95 en el 2009, y la recolección de aguas servidas, en ese mismo lapso, de 52 a 84.
Un balance necesario
Negar los avances y logros de la revolución bolivariana en materia social y de salud en estos últimos catorce años sería realmente absurdo. Cuantitativa y cualitativamente en todos los aspectos de la salud, en un sentido amplio, los hechos muestran la situación.
Sin embargo, visto globalmente, y en función del tema en consideración, el de la creación del Sistema Público Único Nacional de Salud, bajo control popular, debemos afirmar que al día de hoy, en Venezuela no contamos con un sistema, ni público, ni único, ni nacional, ni de salud, y agregaríamos, que no hemos logrado el marco jurídico que lo respalde, en particular no ha sido posible la aprobación de la Ley Orgánica de Salud, ni tampoco ha sido posible el urgente y necesario control popular de la gestión pública en salud. A diferencia de un sistema lo que tenemos es un grupo es un grupo o agregado de instituciones u organismos públicos; aunque son de carácter público, el sector privado de atención médica ha crecido de manera exponencial y se ha fortalecido por la contratación de seguros privados por parte de las instituciones gubernamentales (empresas del estado, ministerios, gobernaciones, alcaldías, universidades) con lo cual ha continuado el proceso de privatización del sector salud; no es único ya que está fragmentado y disperso, pasando ya de un centenar los servicios de atención medica, cada uno por su lado, encabezados por el Ministerio de Salud, el IVSS, Barrio Adentro, el IPAS-ME, y Sanidad Militar; si bien se anuncia como un sistema de salud nacional, en la práctica está regionalizado, estatizado, municipalizado, sin rectoría real por parte del Ministerio de Salud; y no es de salud, en los términos que lo hemos definido en esta exposición, sino de atención médica reparatoria, en menor medida con acciones preventivas, de rehabilitación, y algunas actividades de promoción de salud.

Hacia el Poder Popular en Salud: construyamos el Sistema Público Único Nacional de Salud (SPUNS)
Los avances limitaciones y deficiencias reseñadas, a grandes rasgos, nos plantean el qué hacer; sin duda es una tarea lenta, difícil y de largo alcance. Requiere un cambio cultural, en los sectores dirigentes, políticos e institucionales, y en el pueblo todo, pues no se trata de un cambio para un sector de la población. Sin embargo, es urgente, es necesario y es posible. En tal sentido, nos permitiremos proponer un conjunto de acciones que pueden contribuir en el sentido señalado:
1. Promover un debate nacional sobre la nueva concepción de la salud y la urgente creación del Sistema Público Único nacional de Salud, entendido como un proceso de construcción con la gente y no como una decisión o decreto desde arriba.
2. Contribuir al fortalecimiento y desarrollo del poder popular en salud y su rol en todos los niveles y momentos del proceso, estimulando la participación de las organizaciones sociales y grupos organizados, particularmente los consejos comunales y las agrupaciones sociales vinculadas a todos y cada uno de los centros públicos de atención médica.
3. Promover un debate nacional sobre el proyecto de Ley Orgánica de Salud y exigir a la Asamblea Nacional su más pronta aprobación.
4. Exigir la progresiva eliminación de los seguros privados (HCM) del sector público (que se lleva a cabo con intermediarios privados o a través de los denominados seguros autoadministrados) ya que representan el principal mecanismo de privatización y mercantilización de la salud.
5. Solicitar al Presidente Nicolás Maduro, en sus actos de gobierno de calle, que exhorte a la Asamblea Nacional para la pronta aprobación de la Ley de Salud, que contenga la creación del SPUNS, y que tome medidas inmediatas para irlo gestando, tales como que el Ministro de Salud asuma también la Presidencia del IVSS y de Barrio Adentro, así como que se apruebe la creación de la Autoridad Única de la salud a nivel comunal, parroquial, municipal, estadal y nacional con participación paritaria del Poder Popular.
6. Definir y poner en práctica de inmediato una política nacional de producción y distribución gratuita de medicamentos genéricos (con fundamento en la lista básica de la OMS), exigiendo mano dura contra la industria farmacéutica y tecno-médica, quienes con el sector médico privatizador son los principales responsables de la mercantilización de la salud.
7. Promover la salud colectiva, el Buen Vivir y el Vivir Bien como nuevo paradigma de una nueva manera de existencia en comunidad. El verdadero nuevo socialismo: el ecosocialismo, el reino de la democracia directa, participativa y protagónica.
Valencia, junio 2013


Médico-psiquiatra, Doctor en Ciencias Sociales, Docente e investigador.
USACOL-LINSOC, Universidad de Carabobo
leonuzcategui@gmail.com



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