Patriarca de la Tribu Quintero Gamboa

A dos años del fallecimiento de Pedro María Quintero Garrido

El 2 de  junio de 2011, a la edad de 94 años falleció en la ciudad de Puerto Cabello, donde había fijado su residencia, nuestro padre, Pedro María Quintero Garrido. Había nacido en Caicara del Orinoco, estado Bolívar, el 12 de abril de 1917.  Hijo del médico Pedro Quintero Arismendi y de Andrea Rosalía Garrido Olivo de Quintero. Viudo de Juana Águeda Gamboa.

Los doce hermanos Quintero Gamboa que le sobrevivimos agradecemos a todos los amigos que nos acompañaron en esos momentos de pesar.

Sabrán disculparnos por no nombrarlos  a cada uno debido a que fueron muchos los que se nos unieron y asistieron en este trance.

Seguro  estamos que las personas que lo conocieron lo recordarán por sus ocurrencias y buen humor.

También es oportuno evocarlo felizmente por su desprendimiento y dedicación para ayudar a los demás, a  pesar de tener que levantar una familia tan numerosa.

No citaremos nombres, pero nunca dudó en abrir las puertas de nuestra casa para auxiliar a quién necesitara techo, alimentación o apoyo económico. En ese sentido, hemos estado rememorando y nos quedamos cortos al decir que compartió nuestra vivienda con más de cincuenta personas.  Con nosotros vivieron: viudas con sus hijos, familiares, amigos, estudiantes, repatriados, perseguidos políticos, parejas recién casadas e indigentes.  Y por supuesto, con gran satisfacción, tanto para él como para mi mamá y mi abuela Carmen Gamboa, algunos de ellos llegaron a ser oficiales de alta jerarquía en las Fuerzas Armadas, médicas y médicos, prósperos comerciantes. 

A riesgo de represalias y prisiones en plena dictadura de Pérez Jiménez, sostenía económicamente a dos familias  que sus padres se encontraban presos por motivos políticos.

Como dirigente social  en Puerto Cabello tuvo participación activa en la fundación de la Urbanización Portuaria, en el Barrio Morillo y en el Barrio Pedro León Torres de San Esteban. Asimismo, fue fundador del asentamiento campesino de El Rincón de San Esteban.

Por lo anterior se desprende que en la praxis fue un socialista generoso, siempre apresto a socorrer a los necesitados sin esperar nada a cambio.  En la realidad su actuación en este  mundo lo premió con una inmensidad de amigos, que hasta en los últimos momentos de su vida lo visitaban y acompañaban disfrutando de sus innumerables anécdotas o para escucharlo maltratar los tangos de Gardel.



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Pedro Quintero Gamboa


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