Manda todos a volar...y diles que yo no fui

Si te vienen a contar cositas malas de mi, manda todos a volar y diles que yo no fui, Yo no no fui, yo no fui, yo te aseguro que yo no fui. Así reza la letra de una de las interpretaciones satíricas del malogrado charro mexicano Pedro Infante. Esa parece ser la predilecta de Henrique Capríles Radonsky y sus compinches, que ahora tratan de zafarse las esposas de sus muñecas con lo mismo de siempre: Yo no fui..Yo no dije eso..Reto a que encuentren donde dije eso. Yo no estaba allí. Yo lo único que firmé fue una lista de asistencia

Es la conducta de quienes no tienen personalidad, de quienes no son capaces de sostener como hombres lo que dicen como charlatanes. Es la conducta de los cobardees que se esconden tras maniobras para enviar como carne de cañón a quienes caigan en sus patrañas.

Son quienes luego de cometer sus crímenes tratan de ocultarlos con la complicidad necesaria de sus pares a través de la canalla mediática. Jamás tendrán los pantalones bien puestos, para como lo hizo el Comandante Supremo, Hugo Chávez, cuando aquel 4F de 1992, pidió un espacio en la TV, no para llorar y decir que no estaba allí: sino para llamar a sus compañeros a entregar las armas para evitar derramar más sangre y asumir ante quienes le habían seguido, ante el país y ante el mundo la responsabilidad de aquella rebelión cívico militar, que desde el punto de vista de las armas fracasó, pero que fue una victoria política contenida en aquel histórico “Por ahora”, que aun gravita en el imaginario de los revolucionarios del mundo.

Por eso nos encontramos con que el señor candidato derrotado es todo un inmaculado angelito que nunca ha llamado a la violencia. Nunca dijo a sus partidarios que salieran a la calle con sus cacerolas a drenar “Esa arrechera”. Nunca llamó a sitiar a las sedes del Consejo Nacional Electoral en todo el país. Nunca insultó al Comandante Hugo Chávez y mucho menos a Nicolás Maduro. Nunca alentó las agresiones contra Tibisay Lucena, presidente del CNE, nunca estuvo en el asalto a la embajada cubana en abril de 2002.Jamás fue detenido por un polibaruta dentro de un BMW, sin placas, en una oscura noche caraqueña por presuntos actos contra la moral pública.



Con ese yo no fui ahora pretende eludir la responsabilidad en los diez muertos que dejó la jauría que con su odio azuzó a las calles de las diferentes ciudades del país.

Tampoco existen las víctimas, porque según el derrotado candidato y sus asesores, los muertos solo existen en la mente de los chavistas en la imaginación del Ministro Ernesto Villegas, quien ha recopilado evidencias en contra los violentos y su jefe, pero resulta que ahora el criminal es Villegas.

Es que esta ultraderecha venezolana está llena de “Yo no fui”,. Por eso la solidaridad automática para la defensa y protección de unos y otros.

En defensa de los jefes del Ku Klux Klan, en Venezuela, han salido no solo sus cómplices de la MUD, encabezados por Ramón Guillermo Aveledo, sino voceros de la cúpula corrupta de la iglesia Católica, que nada tiene que ver con la iglesia que abrazan los feligreses y sacerdotes de los barrios populares que predican la palabra de Jesús de Nazareth, el primer socialista y anti imperialista en la historia de la humanidad.

El lunes 22 vimos a Luis “Yo no fui” Hugalde, defendiendo a su igual y atacando al gobierno revolucionario. Pero cuando alguien le comentó lo del golpe de Abril de 2002, de inmediato, argumentó que tenía poco que decir, porque el no estaba en el país, andaba por Europa dictando conferencias. Pero este “yo no fui” de sotana, olvida que allí están los videos, cuando el 12 de abril en pleno golpe de Estado, él aparece junto al otro fallecido “Yo no Fui” Cardenal, pavonándose, muerto de la risa: “Aquí todo el mundo sabe que yo soy adeco”.

También saltó a la palestra Urosa “Yo no fui” Sabino a defender a los inocentes saboteadores de los servicios públicos y que tienen en el perfil de sus teléfonos “Viva el cáncer” y denigrando del gobierno bolivariano, porque eso es lícito y debe cobijarse con la tolerancia.

Señores, dejen de ensuciar las sotanas de los sacerdotes honestos, abandonen la cobardía de esconderse tras un hábito para conspirar y justificar la violencia y asesinatos contra los pobres y salgan de frente con pantalones bien puestos y griten a los cuatro vientos que son de la ultra derecha, que sueñan con oficiar en las marchas del Ku Klux Klan y olvídense del Cristo Redentor, porque ustedes están bien lejos de ese mártir del imperio romano.

A nuestros camaradas que cada día tienen que soportar la insolente presencia de los fariseos negando los asesinatos cometidos contra nueve
revolucionarios, incluyendo dos “Pioneros”, niños que apenas contaban doce años, pero ya con conciencia de patria; que tengamos entereza para no acumular rabia ni odio. Que propiciemos el encuentro y la discusión ideológica, para llegar a quienes engañados por la guerra mediática dieron el voto al fascismo venezolano, para que recojan la soga lanzada a su cuello y vengan a nuestras filas de la revolución a continuar haciendo patria, en contra de la apátrida y genocida derecha venezolana.

Es mentira que en el país haya siete millones de personas con mentes criminales que odian a las mujeres, a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, por no ser de casta, a los negros, morenos y aborígenes, a los obreros, por el hedor a sudor y que prefieran en Miraflores a un Marine de la US Army, antes que a un obrero, autobusero como nuestro camarada Nicolás Maduro.

Vamos a recuperar esos votos extraviados producto de la sucia campaña mediática que engañó a millones de compatriotas, que fueron sorprendidos en medio de la confusión, que provocó el inesperado viaje de nuestro Comandante Eterno. Vamos a recuperarlos con amor, con paciencia y mucha conciencia. En cuanto a nuestros respetables y confiables representantes de la justicia, lo único que pedimos, es que vayan a fondo, no basta con encarcelar a las pistolas y escopeta que vomitaron los mortales proyectiles, hay que castigar y con mayor fuerza a las manos intelectuales que accionaron esas pistolas. A nuestra justicia le decimos no comas coba, con el Yo no fui y manda todos a volar.



Periodista*

CNP 2414

cd2620@gmail.com


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Cástor Díaz*

Periodista CNP 2414

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