La ausencia del presidente Chávez nos duele a todos, inclusive a la oposición venezolana que clama a viva voz por su juramentación. Pero conociendo a los miembros de esa jauría, dudo que sus deseos por el retorno del Comandante sean inocentes o desinteresados. La verdad es que no lo son.
El Presidente siempre se ha caracterizado por ser un estratega fenomenal, lo demostró desde el 04 de Febrero de 1992 y su famosa frase “Por Ahora”. De allí en adelante ha ideado un plan extraordinario para ganarse el corazón del pueblo y mantenerse desde 1999 a las riendas del país para implementar el Socialismo tan necesario aquí como en el resto del mundo. Esa misma capacidad estratégica se está implantando en la actualidad, ante estos momentos de tanta dificultad causados por la enfermedad que lo aqueja.
Sabiendo que este percance de salud lo puede dejar imposibilitado para ejercer la presidencia que revalidó el 07 de Octubre pasado, el Presidente Chávez ha decidió voluntariamente apartarse de los focos y desaparecer casi por completo. Y digo voluntariamente porque ésta ha sido su decisión, apoyado por su grupo de trabajo y familiares. Pero ¿por qué? La respuesta es dolorosamente simple: él necesita que nos acostumbremos a su ausencia. Actualmente no se sabe si podrá volver, pero no podemos darnos el lujo de permitir que la revolución se venga abajo si de hecho nuestro líder no retorna. La intención de su desvanecimiento aparente es que la figura de Nicolás Maduro se asiente y cale en el corazón de la gente y así, de haber elecciones presidenciales nuevamente, pueda ganar sin problemas. Además, cada día que pasa, la imagen de Chávez es más idolatrada, casi volviéndose un icono religioso, y estos personajes suelen estar alejados, retirados o hasta ser invisibles. Nadie nunca ha visto a Dios y muchos creen en su existencia y lo veneran infinitamente.
Por ello vuelvo a mi primera premisa. La oposición está consciente de todo lo previamente planteado; sus sociólogos, psicólogos, encuestadores, guías y hasta promotores económicos nacionales e internacionales lo saben y por ello protestan y gritan a los cuatro vientos que quieren que el Presidente se juramente o que renuncie definitivamente. Saben que de prolongarse más esta situación, Maduro se consolidará como candidato de la Revolución y Chávez seguirá incrementando su popularidad aún no estando presente.
Vuelvo y repito, Chávez es un estratega fenomenal y nos lo está demostrando una vez más. ¡QUE VIVA CHÁVEZ!
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