Steve Ellner y la democracia social radical venezolana

El enfoque de Steve Ellner en su trabajo "El modelo de la democracia social radical en Venezuela: innovaciones y limitaciones" (http://mcendesweb.cendes.ucv.ve/cendesphp/pdfs/revista79/p107.pdf.) resulta innovador, en tanto plantea como base de sustentación del chavismo a un sujeto político alternativo al proletariado concebido por el marxismo en el siglo XX, que derivó en las experiencias del “socialismo burocrático”. El concepto de “democracia social radical” supone la especificidad de una democracia roussoniana que empodera a los excluidos, al tiempo que debilita las formas institucionales de la democracia liberal. Según este profesor, los excluidos constituyen lo medular del sujeto político chavista, lo cual presenta relación con aquello que el sociólogo José Nun ha denominado la “masa marginal”, realizando una redefinición alternativa de la categoría marxista clásica del “lumpenproletariado” tal como la había concebido Marx -“las capas putrefactas de la sociedad”- en El Manifiesto Comunista de 1848.

Otro de los aspectos interesantes que toma Ellner en su trabajo remite a las diferencias entre los sectores duros y moderados en sus posiciones respecto del Estado. Este punto resulta de importancia para reconocer elementos comunes que se presentan en los distintos procesos de cambio de nuestra región. En el texto, aparecen las dificultades -similares en este punto a las de la experiencia boliviana- de ampliar el Estado en términos de la creación de formas de participación alternativas a las propias de la democracia liberal. La creación política que exigen estos procesos de empoderamiento popular reclama nuevas arquitecturas institucionales a construir.

A pesar de la importancia de este trabajo, la diferenciación que el autor establece entre el chavismo como experiencia exclusiva de empoderamiento y otros gobiernos reformistas latinoamericanos resulta un aspecto criticable de su trabajo. Los otros gobiernos latinoamericanos también han generado alternativas y ampliaciones más o menos audaces en las formas de empoderamiento, especialmente el caso boliviano, que ha sido caracterizado como “laboratorio social” por varios estudiosos. Ellner, en este sentido, podría encuadrarse en el caso de ciertos autores que conocen mucho sobre una problemática o caso específico -es el caso del autor sobre Venezuela-, pero que realizan comparaciones que pueden aparecer desajustadas.

Por otra parte, un elemento a partir del cual se puede reflexionar a partir de estas relevantes investigaciones de Ellner resulta del peligro de la no institucionalización del proceso chavista. Si bien es posible admitir que las formas inorgánicas de la acción política suelen proveer de mayor espontaneidad para acomodar las energías colectivas frente a las encrucijadas coyunturales, cuando estas formas no institucionalizadas son hegemónicas, se pueden generar dificultades para producir sedimentaciones capaces de asegurar la continuidad de estos procesos.

El autor es: Sociólogo (UBA). Becario Conicet en el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe (Iealc)

arielgoldstein@hotmail.com


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