Existe una pérdida de recursos humanos valiosos, de especialistas con muchos años de experiencia, de docentes de pre y postgrados que se han ido al exterior y al sistema privado de salud, por lo cual la atención está sumamente afectada en el Sistema Público de Salud. La salud y la vida de los pacientes están en riesgo. Estos expertos no pueden ser sustituidos por médicos generales, ni por especialistas recién graduados, como se ha pretendido. No en vano dice Walter Martínez que “la experiencia es intransferible”.

Para prevenir el éxodo de médicos y médicas y tratar de reinsertar en el Sistema a algunos que se han ido, lo primero que hay que hacer es respetar y valorizar desde el punto de vista moral a estos profesionales venezolanos, dar reconocimiento social a su labor. Nosotros realizamos nuestro trabajo sin recibir ni una palabra de estímulo ni de reconocimiento de parte de las autoridades.

Luego, es imprescindible mejorar la tabla salarial de los médicos y médicas activos. Esta tabla tiene doce escalafones para todas las denominaciones de cargos. La inmensa mayoría de los galenos tiene 6 horas de contratación. Los que están en el escalafón I tienen dos o tres años de experiencia, mientras que los que están en el escalafón XII tienen 24 ó más años de servicio. Los que están en el escalafón XII generalmente son los profesores que han formado a los que están en los escalafones inferiores.

Aunque parezca increíble la diferencia del sueldo de los que están en el escalafón XII es mínima en relación con los que están en el escalafón I (menos de Bs. 300). Esto es deprimente, frustrante, injusto e inaceptable.

Consideramos que debe haber un aumento significativo cada vez mayor al pasar de un escalafón a otro superior, de modo que los que están en el escalafón I perciban tres salarios mínimos, mientras que los que están en el escalafón XII deberían ganar ocho salarios mínimos, equilibrando estas cantidades extremas entre los escalafones intermedios.

Luego, tenemos la situación realmente patética de los jubilados y jubiladas. Su remuneración es muy baja, no alcanza para la subsistencia. El MPPS sólo les paga el 80% del salario básico, aunque hayan cumplido 25, 30 o 40 años de servicio. Tampoco reciben los cesta-tickets o un bono de alimentación equivalente, ni tampoco un bono para medicamentos, que se ha solicitado infinidad de veces. Son maltratados e irrespetados.

En cambio, otros empleados de la administración pública sí reciben estos y otros beneficios.

El problema de los jubilados es un impedimento grave para que los médicos y médicas se queden en el Sistema Público de Salud ya que tienen que buscar otros horizontes a tiempo para garantizar una vejez digna e independiente.

Proponemos que a los jubilados se les pague el 100% de su salario integral, más un bono de alimentación y otro para medicamentos.

Las autoridades aducen que eso tiene que discutirse en una contratación colectiva, asunto que no se ha hecho en cerca de diez años. Consideramos que esto puede aprobarse mediante decreto, ya que otros aspectos más complejos se han hecho bajo esta modalidad.

Otro aspecto importante es el entorno laboral negativo: los hospitales, ambulatorios y demás centros públicos de salud no reciben el presupuesto necesario para su buen funcionamiento. Hay importantes deficiencias en insumos, equipos médico-quirúrgicos, medicamentos, infraestructura. Si no hay condiciones óptimas o por lo menos aceptables con qué trabajar es más factible fracasar en los diagnósticos y tratamientos y caer en mala praxis. Es preferible no arriesgarse y retirarse a tiempo.

Además, por si esto fuera poco, hay una situación de mucha inseguridad en los hospitales y demás centros de salud.

Las puertas del MPPS están cerradas para la participación, los trabajadores y trabajadoras de la salud estamos excluidos en la búsqueda de soluciones a los problemas. El Ministerio tiene que encarar y atender múltiples facetas del área de la salud. No hay ninguna persona que esté preparada para dar respuesta a tantos y tan diferentes aspectos de la salud. Por eso sería de mucha ayuda la creación de grupos de asesores que incluyan a expertos en las diferentes áreas involucradas y ayudar en la construcción del Sistema Público Nacional de Salud (SPNS).

Igualmente, nosotros debemos corregir nuestras fallas. Tenemos que mejorar en todos los aspectos y dar una atención integral tomando en cuenta los aspectos biológicos y psicosociales del paciente. La comunicación es fundamental para establecer una relación significativa que trascienda el modelo profesional hacia una interacción más profunda.

En las clínicas se deben cobrar honorarios razonables y asequibles a las mayorías.

Tenemos que despolitizar la Medicina. Obviamente que todos somos políticos, pero la política debe ser practicada en otros escenarios, en el terreno político e ideológico, pero fuera del campo de la medicina, fuera de los consultorios y de los ambientes hospitalarios, preservando la Medicina Nacional fuera de la lucha política y sobre todo no debemos abordar a nuestros pacientes desde el punto de vista político.

Es necesario crear un gran movimiento unitario de todos los trabajadores y trabajadoras de la salud en torno a objetivos claros y bien establecidos como la construcción del SPNS, lograr nuestras reivindicaciones y sobre todo mejorar la salud del pueblo y retomar el avance de la Medicina Nacional, enalteciéndola cada vez más.

Nuestra profesión es maravillosa, nada es comparable con la satisfacción que da el ejercicio de la medicina cuando se da una atención de calidad con calidez, recibiendo el afecto y la confianza de los pacientes.

La íntima satisfacción personal de la labor cumplida es aún más gratificante.

(*) Pediatra, Médica de Adolescentes, ex –coordinadora del Programa de Salud de Niños, Niñas y Adolescentes de la Secretaría de Salud de la Alcaldía Metropolitana de Caracas, ex – Jefe de Servicio de Pediatría del Hospital General del Oeste (HGO), Docente ad honorem del postgrado universitario de Pediatría del HGO, pionera en la atención integral de adolescentes en Venezuela. Cuarenta años de servicio en el Sistema Público de Salud.