No más quistes del continuismo

En 1889 se realiza en el país por primera vez la elección directa de gobernadores y alcaldes, como política de descentralización neoliberal para ir desintegrando el estado nacional a favor de los intereses económicos de las grandes corporaciones. Con la toma de posesión en 1990, se inicia un proceso de transferencia de competencias y servicios desde el poder central a las regiones, que en lugar de fortalecer a las comunidades populares, facilitó los procesos de privatización de áreas estratégicas nacionales como el caso de Las Salinas, de Sucre, entre otros.

Ante una nueva elección de gobernadores, vale un repaso sobre lo que ha ocurrido en las diferentes gobernaciones. En reciente coro, la élite gobernante regional desde Capriles R hasta Pérez Vivas, entre otros, carentes de un programa coherente de gobierno, reducen su campaña a la descalificación del gobierno central, imputándole la responsabilidad de todos los problemas sociales existentes en sus territorios. Pero cabe preguntarse ¿Han disminuido como resultado de su gestión; niveles de pobreza, desempleo, inseguridad y otros males que les afectan? ¿De que manera en el ejercicio de su gobernabilidad el pueblo ha participado en la distribución, ejecución y control de sus recursos?

Con un recuento objetivo de estas gestiones, mucha gente estará dudando votar por el enquistado Salas o el mediático Radonski, quien llega al final de su mandato sin un plan Agroalimentario para esa privilegiada región Mirandina y lo que es más grave, campesinos que viven a dos horas de Caracas, si no es por las políticas del gobierno socialista, serian aun en su mayoría analfabetas y sus cosechas arruinadas por la plaga, sin medios para evitarlo.

Su populismo los conduce a construir un equipo para su beneficio personal y político. Con organizaciones "comunitarias" impuestas desde arriba, donde se aplica el puntualismo y espectáculo como solución, pretenden seguir manipulando a las comunidades. Estos candidatos desarticulados, y en dirección contraria al programa de la patria, mantendrán los vicios de la cultura puntofijista. Sus decisiones de carácter vertical clientelista y pragmático, tienen como único objetivo lograr el apoyo electoral de los ciudadanos para garantizar la hegemonía de intereses privados oligárquicos.

Armados con la propuesta socialista para la gestión 2013-2019, los candidatos de la patria, en discusión con las organizaciones comunitarias, construirán proyectos de corresponsabilidad para la solución de sus problemas. La consolidación del poder popular desgarrará los quistes del continuismo atrincherado en feudos regionales.

vargasmchela@gmail.com


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