El domingo 12 de noviembre, se despidió de este mundo nuestro querido amigo Alí “Protocolito” González, hombre ejemplar, incansable trabajador, buen camarada, buen hijo, buen padre de familia y buen amigo, pionero del Ceremonial y Protocolo Militar en Venezuela.
Tuve la fortuna de conocerle por allá en el año 1985, cuando siendo un imberbe Soldado del Ejército Venezolano, las circunstancias de la vida nos llevó a compartir labores de Ceremonial y Protocolo en los Actos Militares organizados para esa época por el Ministerio de la Defensa y la Comandancia General del Ejército. Fueron muchos, pero muchos Desfiles Militares, Actos de Ascensos de Oficiales, Transmisiones de Mando, Graduaciones Conjuntas de Alféreces, Actos de condecoraciones, Pase a Retiro de Oficiales y Toma de Posesión de Presidentes que compartimos en estos 27 años.
Protocolito, como cariñosamente le conocieron generaciones y generaciones de Oficiales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, impartió siempre cátedra en la disciplina protocolaria a toda esa muchachada que por esos años abrazamos el Ceremonial y Protocolo como nuestra especialidad en la organización de eventos de toda índole. Este pequeño hombre de estatura, pero gigante e inmenso en conocimientos protocolares, se convirtió en la consulta obliga para todos nosotros que compartíamos esta disciplina en diferentes Organismos Públicos a nivel nacional. Y él con la sapiencia que da la experiencia, la serenidad y el aplomo del conocimiento, compartía sus saberes y buenos consejos con todos nosotros.
La vida y el destino nos reencontraron de nuevo en el Palacio de Miraflores, cuando a solicitud del Ministro del Despacho de la Presidencia, se conformó un equipo de hombres y mujeres que junto a “Protocolito” integráramos el “Equipo de Protocolo del Palacio de Miraflores”, para atender y organizar el Ceremonial y Protocolo que el enérgico y revolucionario nuevo Presidente de la Republica Bolivariana de Venezuela requería para todos los eventos. Mayúscula responsabilidad, que asumimos con nobleza, humildad y lealtad, sobre todo él y yo, por conocer previamente a mi Comandante desde que era un joven Oficial del Ejército Venezolano. Al igual que en el pasado, “Protocolito” siguió siendo el libro de consulta obligada para todos nosotros, puesto que la diversidad de Actos y Eventos así lo requerían, vivíamos huracanados, fueron también momentos muy difíciles, puesto que vivimos y pasamos el Golpe de Estado, sabotaje petrolero y la disociación psicótica de la oposición que no entendía el cambio y la transformación histórica que comenzaba a transitar la patria de Bolívar. “Protocolito”, se convirtió también en el padre putativo para nosotros, fueron muchas veces que en el epilogo de los actos y ya en el regazo del descanso y con la satisfacción del deber cumplido, nos reuníamos para compartir, reflexionar, filosofar, criticarnos y reírnos de nosotros mismos. ¡Ay Protocolito!, como olvidar tantos recuerdos hermosos.
“Protocolito”, se que en el cielo no dejará de Organizar los Eventos encomendados por el Ser Supremo, estableciendo el Orden de Precedencia impecable como solías instituirlo por estos lares, dispondrás del Programa para el Maestro de Ceremonias y tendrás listo el Vocativo para el Orador de Orden, que sea quien sea, que le toque leerlo, esta vez dirá antes de comenzar el discurso: Gracias Protocolito! Muchísimas Gracias, por la organanización impecable de este último Acto.
Vivirás por siempre en nuestros corazones ¡PROTOCOLITO!
*Campesino y Revolucionario
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