Venezuela: Factores para construir el socialismo

Hemos dicho que uno de los factores fundamentales para la construcción del Socialismo es la base material de la cual se dispone, porque parece obvio que no es lo mismo proponérselo en un país con cierto desarrollo de las fuerzas productivas y con recursos disponibles transables en el mercado externo que puedan financiarlo que en uno que no disponga de tales condiciones. Si unimos lo anterior con una superestructura jurídica que ya implica colocar esos recursos en manos de toda la sociedad representada en el Estado y las instituciones públicas, nos encontramos con una realidad particular desde la cual hay que mirar la tarea de la construcción de un sistema económico distinto, cuyo tránsito inmediato hemos denominado Socialista, en consonancia con los autores clásicos de la teoría científica de la transformación social . Como lo reconoce y lo proclama el presidente Chávez, solo nos quedan dos caminos: El Capitalismo que nos lleva a la destrucción y al infierno, por una parte, y el Socialismo que nos conduce al desarrollo y al bienestar.

A lo anterior llamamos, en sentido amplio, la base material, que incluye la industria petrolera, gasífera y petroquímica, la refinación y el plástico; la actividad minera, de reducción ferrosa y la industria básica bajo control del Estado; la generación de energía y las redes de distribución; la propiedad estatal de grandes extensiones de tierra y los mecanismos legales de expropiación por causa de utilidad pública; la capacidad industrial ligera instalada; la extendida infraestructura la detentación de recursos financieros y la red de instalaciones para el funcionamiento de las unidades financieras, y, el control sobre el comercio exterior y las divisas.

El Factor Humano, social, político

Un gobierno con un propósito expreso, consciente y decidido a la transformación. Que asuma las tareas teóricas y prácticas, el análisis y la planificación de los objetivos en cada área: En lo político: lo internacional y lo nacional, y como parte de ello en lo militar; en lo social, en lo económico, en lo cultural y en lo ambiental.

En el área económica es fundamental aumentar y diversificar significativamente la producción y para ello es indispensable identificar las áreas prioritarias potenciadoras de otras.

Áreas que técnica y financieramente puedan ser abordadas con rapidez, sin demora y cuyos productos sean de alta demanda de la población satisfaciendo necesidades urgentes y masivas. Áreas que den ocupación a la capacidad industrial ligera instalada.

Áreas que incorporen a los sectores marginados y excluidos del proceso productivo y de la economía.

Las Unidades de producción

Esos sectores desempleados y subempleados socialmente condenados a la miseria, al delito y a la deshumanización, deben ser capacitados cultural y técnicamente para las tareas de la producción y preparados física y mentalmente para ello. Ese es el objetivo de las misiones. Dotar de salud, alfabetizar y educar básica y especializadamente a amplias masas. Su incorporación a las tareas productivas debe hacerse en distintas iniciativas, una de las cuales son las cooperativas, otra es la empresa privada, otra las empresas estatales existentes, y ... otra, es la creación de empresas o centros de producción en las áreas que sean definidas como prioritarias. Estos centros de producción deben ser de propiedad estatal, estadal o municipal, aunque no necesariamente en forma exclusiva, pero sí mayoritariamente de capital público para que el sector público ejerza la rectoría y garantice el cumplimiento de los objetivos económicos y sociales del desarrollo.

Necesaria Gestión Democrática

Otra característica fundamental de estas unidades de producción es su gestión democrática con estructuras estables y mecanismos de participación de diversos sectores, comenzando con los trabajadores que laboran en ellas, pero sin excluir a otros sectores que tienen tanto interés socio-económico legítimo como aquellos, aunque no laboren allí. Además, solo mediante la incorporación de estos sectores, que llamaremos socio-políticos (incluye a la comunidad y a variadas instituciones), se supera históricamente el concepto y la experiencia de cogestión capitalista que ya ha existido desde hace décadas en algunos países.

La necesaria naturaleza democrática de la gestión de estas unidades de producción marca la diferencia con el tradicional estatismo conocido en algunas experiencias socialistas y en la historia patria que conocemos de intervención del Estado capitalista en la economía, cuya finalidad ha sido la de asegurar la transferencia de capitales y riquezas al sector privado mediante múltiples mecanismos a favor de la acumulación capitalista, sin variar la nominal propiedad estatal de la renta petrolera y de otras empresas. Esta gestión debe verse en dos dimensiones, cada una de las cuales tiene y genera sus mecanismos y formas particulares de participación: 1) La dimensión estratégica que incluye la discusión de las políticas y planes generales en concordia con el plan de la nación y todos los asuntos generales de las unidades. 2) La dimensión administrativa que es el ejercicio operativo, diario del proceso productivo y la organización práctica de la producción y su evaluación.



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