El EPA ante el golpe a Lugo

Está demostrado que todo gobierno que alce banderas antiimperialistas o rete las directrices, por ejemplo en América Latina, emanadas de la Casa Blanca, desde donde opera muchas veces sin pensarlo el Presidente estadounidense, corre el inminente riesgo de caer a través de múltiples métodos políticos que van desde la violencia hasta la aparente “constitucionalidad” de un golpe político de fuerza.

 Nosotros, como organización política El Pueblo Avanza (EPA), hemos dicho en varias oportunidades que cualquier proceso de democracia participativa o revolucionario, que se dedique a pregonar ideas que choquen y cuestionen los fundamentos del capitalismo, tiene, entre tantas oposiciones, dos enemigos políticos esenciales: un parlamento donde la derecha y el centro sean mayoría y una Constitución que para modificarla requiera las dos terceras partes de los votos del poder legislativo.

 No podemos ni debemos pensar por el pueblo paraguayo. Este tiene la primera y plena potestad para tomar decisiones sobre su destino. Igualmente, decimos que no creemos en que el Presidente Fernando Lugo sea socialista o profese el marxismo como doctrina de transformación para la nación paraguaya. Lo consideramos un gobernante democrático que desea el bien para su pueblo. Ya eso es algo positivo. Pero la historia, lo repetimos cada vez que sea necesario, no depende de las buenas voluntades o intenciones de un gobernante. Precisamente, por no corresponder el pensamiento del Presidente Lugo a los intereses fundamentales de la oligarquía paraguaya y de los monopolios imperialistas foráneos, es que la oligarquía y el imperialismo gozan de mecanismos para producir golpes de timón por la vía de la destitución parlamentaria en el caso de Paraguay.

 Nosotros, también lo hemos dicho y lo hemos escrito, una revolución o un proceso revolucionario nunca debe estar sujeto a una Constitución sino que ésta es la que debe sujetarse a los intereses y las necesidades de cambios de una Revolución. Por supuesto, que en Paraguay no existe el imperio de la Revolución, lo cual somete al gobierno de Fernando Lugo a los vaivenes constitucionales y, especialmente, a una cámara del Senado donde está en franca minoría. Pero para nadie es un secreto que lo que está aconteciendo en Paraguay es un adelanto de lo que el imperialismo y sus gobiernos epígonos intentan crear para derrocar a los gobernantes como los camaradas Chávez, Evo, Correa y Ortega o, por lo menos, desmantelar el ALBA, porque a través de ésta se ejerce la solidaridad internacional como fuente de inspiración para la integración de América Latina y el Caribe. El imperialismo sabe que eso es fatal para sus políticas de expansionismo y de rapiña.

 El Pueblo Avanza (EPA), se solidariza con el Presidente Fernando Lugo. Llamamos a ejercer solidaridad con el pueblo paraguayo y a rechazar el golpe que los imperialistas, la oligarquía y los partidos políticos de la derecha pretenden consolidar en Paraguay. Y, además, llamamos a cerrar filas en la unidad de fuerzas políticas, gremiales y sociales para defender al proceso bolivariano y al camarada Chávez contra la venidera arremetida que buscará derrumbarlo para que vuelva la democracia representativa o el bonapartismo a asentarse en el poder político para llevar a cabo las directrices que emanan de la Casa Blanca.

 Izar las banderas del antiimperialismo en este tiempo debe implicar, igualmente, izar las banderas del socialismo, porque el nacionalismo es actualmente una corriente política profundamente reaccionaria.



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El Pueblo Avanza (EPA)


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