¿Por qué no se cumplen los planes ni se resuelven los problemas? (II)

Dijimos, en nuestro artículo anterior, que muchos planes no se cumplen y algunos problemas no se resuelven, porque hay la creencia muy arraigada, sobre todo entre los funcionarios públicos y en la opinión pública en general, que ello obedece a la falta de recursos financieros y ello es totalmente falso. Muchos planes  pueden cumplirse y muchos problemas pueden resolverse, como veremos ahora y en los próximos artículos, si contamos adicional, sustitutiva o complementariamente, con otros “recursos escasos” y no sólo con el dinero, como nos han querido hacer ver algunos “distinguidos” economistas, intelectuales y otros profesionales “tradicionales”.

Con esta visión sesgada y parcelada de la realidad, ellos – los economicistas – demuestran su incompetencia e ignorancia o bien, la falta de habilidad y experticia sobre estos temas; como también, puede develar su mala intención o el propósito de convencernos que hay que seguir adorando al nuevo Dios monetario, que no es nada más que energía nominal monetarizada convertida en papel o en moneda de algún metal distinto al oro ¿No os habéis dado cuenta – y disculpad la digresión castellana – que  un billete de 100 dólares vale tanto, en términos objetivos, que un billete de 10 bolívares? ¡Quemad ambos y medid su contenido calórico y veréis que es casi el mismo! La ilusión monetaria, como mercancía, esconde tras de sí una realidad más profunda: la explotación y la apropiación, de unos seres humanos, de la energía creadora de otros.

Estamos convencidos que muchos planes y problemas pudieran haberse resuelto, desde hace largos años, si entendiéramos que más que el dinero, que nadie le está quitando su importancia como medio de cambio, pudiéramos haber concentrado nuestra atención en:

a)  Administrar mejor el recurso temporal ¿Cuánto tiempo perdemos jugando con la burocracia estatal que es especialista en inventar cualquier traba para poder justificar su puesto o  tener un pretexto para pedir una “colaboración”? ¿Cuántas veces nos agarra por sorpresa lo que pudimos planificar con tiempo? ¿Cuánto tiempo dedican en sus agendas los líderes gubernamentales a los asuntos importantes relacionados con el plan y los problemas prioritarios? ¿Qué hacemos realmente con el escaso tiempo disponible, que es uno de los recursos más escasos con los que cuenta el gobernante? “Somos tiempo que se agota” escribió un poeta zuliano, César David Rincón. “El tiempo perdido, hasta los santos lo lloran” es un dicho muy popular. Pero, casi todos, hacemos con el tiempo lo que nos da la gana. Incluyendo los líderes que nos dirigen que, muchas veces, dedican más tiempo a proyectarse y garantizar mantenerse en el “poder” que ayudar a resolver los ingentes y acuciosos problemas que nos afectan. Derrochamos el tiempo tanto como el dinero. Al final del período se usa como pretexto, para continuar en los cargos, que es que se necesita más tiempo, cuando realmente lo que se ha hecho es perder el tiempo. Cada acción en un plan debe tener un tiempo de cumplimiento y este debe respetarse. Así como se trata de respetar los recursos económicos asignados a una determinada acción, operación, proyecto o programa. Si alguien no cumple los plazos establecidos debe reprendérsele tanto como quien usa los recursos destinados a una partida presupuestaria para otro destino. Nadie pide autorización para malbaratar el tiempo. No podemos aumentar el tiempo y ahora menos que por razones geomagnéticas “el tiempo pasa volando”, lo único que podemos hacer es administrar nuestro tiempo.

b) Mejorar la capacidad organizativa y modernizar, de verdad, las estructuras anquilosadas y dinosáuricas de nuestras atrasadas y pesadas organizaciones estatales, especialmente, las del nivel central ¿Por qué no hemos sabido aprovechar el poder acumulado en la Asamblea Nacional y en el poder Ejecutivo para reformar o revolucionar los cimientos del Estado que crean alto índice de viscosidad burocrática y hace lenta e ineficiente la gestión pública? ¿Cómo hacer para cambiar estructuras mentales, creencias y hábitos inoperantes, no sólo de funcionarios públicos sino incluso de algunos líderes comunitarios que obstaculizan el trabajo de los Consejos Comunales?

c) Elevar nuestra capacidad cognitiva y desarrollar el potencial creativo, en especial, la capacidad gerencial y de gobierno o de conducción de procesos complejos, dinámicos, cambiantes y plenos de incertidumbres como los que enfrentamos hoy ¿Por qué no terminan de cuajar las innumerables iniciativas de capacitación y formación de líderes comunitarios y gerentes públicos? ¿Por qué no hemos podido conseguir un sostenido apoyo y respaldo a la iniciativa de tener, en Venezuela, una verdadera Escuela de Gobierno como la Escuela Latinoamericana y Caribeña de Ciencias y Técnicas de Gobierno (ESCOLAG)? Por supuesto, debemos estar también preparados para los ámbitos temáticos a enfrentar. La buena formación político-ideológica debe ir acompañada de una excelente formación técnica en el área correspondiente. El Che decía que la calidad no puede estar reñida con la Revolución, por el contrario, el Socialismo debe superar con creces al Capitalismo. De ahí que debemos tener la capacidad, por ejemplo, de instalar y poner en funcionamiento una tecnología más amigable con el ambiente, que reduzca y elimine las emociones de anhídrido carbónico. 

d) Evitar gastar más allá de lo necesario, aunque nos sobren recursos. No hay duda que, en el caso venezolano, hemos tenido recursos económicos que muchos otros países desearían tener; sobre todo ahora, que hemos reafirmado nuestra soberanía e independencia, lo que nos ha permitido, no sólo obtener mayores recursos producto del incremento del precio del petróleo sino mayores ingresos fiscales producto del incremento sustancial de las regalías y del impuesto sobre la renta a las empresas petroleras extranjeras. Y, a veces, es doloroso decirlo y hasta nos avergüenza, hemos sido manirrotos, descarados y botarates, con los ingresos provenientes de la renta petrolera. “Lo que no es nuestro hagámoslo fiesta”,  pareciese ser la consigna en muchos casos - PDVSA y PEQUIVEN, en los que he tenido la suerte de trabajar, son dos ejemplos patéticos de lo que digo, porque he tenido los pelos en mis manos – Debemos, por ejemplo, desarrollar una medicina alternativa y métodos y formas de medicina preventiva que evite los desafueros y las locuras e irracionalidades de la medicina curativa. La idea no es construir, equipar y mantener, todos los días, hospitales, CDI, SRI a Consultorios Populares. La idea es que estos vayan disminuyendo en la medida que la propia población se cura a sí misma evitando enfermarse y teniendo la formación necesaria para curarse por su propia cuenta, sin tener que estarle “mendigando” ayudas a nadie. No podemos caer en el “populismo” capitalista de creer que entre más demos, como dádivas al pueblo, so pretexto de una deuda social que en efecto se tiene con la población, estaremos cumpliendo con nuestra tarea social. Recordemos aquel adagio muy conocido: “no demos pescado, enseñémosles a pescar”. Por supuesto, quien se esté muriendo de hambre hay que ayudarle mientras aprende como ganarse la vida. Aquí vemos una paradoja: muchos planes que se han cumplido y problemas que se han resuelto, son contrarios, a veces, a lo que deben ser nuestros objetivos de soberanía e independencia personal y colectiva.

e) Elaborar, aprobar y aplicar leyes que favorezcan verdaderamente el cumplimiento de los planes y la resolución creativa de problemas. Aquí debemos reconocer que se ha avanzado en esta dirección, a la vez, estamos obligados a acelerar la aprobación y aplicación de otras leyes, normas, reglamentos y procedimientos que son imprescindibles, para garantizar el cumplimiento de los planes y la resolución de muchos problemas, que no se han resuelto o sólo se han solucionado parcialmente. 

f)  Apoyar en la práctica y no sólo en el discurso, los “poderes creadores del pueblo”, es decir, al “Poder Popular” o “Poder Comunal”. Pudiéramos preguntarnos, por ejemplo: ¿Cuántos problemas no se hubieran resuelto en las universidades si la comunidad universitaria (profesores, investigadores, obreros, empleados y estudiantes e incluso proveedores y comunidades del entorno) se hubiera decidido a actuar como lo hicimos en los años 80 en LUZ, a través de las Actividades Autodesarrollo, durante el rectorado de la eterna Rectora Imelda Rincón? No tendríamos, por ejemplo, esas miles de hectáreas descuidadas de espacios que no parecen un campus universitario.

g)  Finalmente, aunque hay muchas otras consideraciones, me voy a detener en un “nudo crítico” o “causa clave” propio de la mayoría de los gobiernos en América Latina y el mundo que nos impide cumplir los planes y resolver los problemas prioritarios: No hemos utilizado, hasta ahora, adecuados métodos de Gobierno, de Planificación y Resolución Creativa de Problemas. Hemos seleccionado problemas que no son prioritarios o si lo hemos hecho, al comienzo de la gestión, estos han ido cambiando en el tiempo o nos hemos distraído en enfrentar problemas del día a día y la coyuntura, creyendo que así satisfacemos las necesidades de nuestro pueblo. Hemos estado influidos por conceptos, teorías y métodos, muchas veces, inadecuados y atrasados, generalmente importados, que responden a otras realidades y necesidades: Calidad Total (japonesa), Planificación Corporativa (norteamericana), Planificación bajo presión (inglesa), Planificación Prospectiva (francesa), Método ZOPP (alemán), Marco Lógico (español), etc. Dejando de lado los aportes que han realizado innumerables pensadores y científicos sociales latinoamericanos como: Carlos Matus (Chile), Luis Gómez de la Vega (Venezuela), Waldemar de Gregori (Brasil), o Fals Borda (Colombia), entre otros. Ojalá, el Presidente Chávez acepte las recomendaciones e ideas claves que, probablemente, ha leído en los libros del Dr. Carlos Matus Romo, a quien ha citado varias veces en distintas oportunidades en las que nos ha convidado a estudiar sus libros. Por cierto que el Dr. Matus, en una expresión contundente sobre los resultados y la calidad de un gobierno aseguraba sin titubeos: “Ningún gobierno es mejor que la identificación, selección y procesamiento que hace de sus problemas”.  Haciéndonos un llamado a priorizarlos y analizarlos con mucho rigor.

Ahora que les ha toca presentar, a los candidatos Presidenciales, el Programa de Gobierno y estos deben ser convertidos en Plan de la Nación, con la aprobación de la Asamblea Nacional, es oportuno preguntarse: ¿Cómo abordaremos los problemas prioritarios del país? ¿Qué métodos utilizaremos? ¿Qué objetivos definiremos y cómo se les creará viabilidad para lograrlos? En este sentido, somos de la opinión, en base a nuestra experiencia que El Enfoque Estratégico Situacional (Matus), la Gubernética Comunal (De Gregori), la Prospectoría Integral (Gómez de la Vega) y la Investigación-Acción (Borda) son buenas opciones que pueden complementarse para ayudar a identificar, priorizar y procesar problemas y necesidades sentidas;  identificar “nudos críticos” o causas claves; establecer indicadores de éxito; diseñar operaciones de alto impacto que sean viables o a las que se les pueda construir viabilidad; analizar actores claves o influyentes de alto vector de peso; promover y garantizar la participación entusiasta y comprometida de las comunidades a fin de empoderarlos en el proceso de elaboración, ejecución, seguimiento y control del plan; considerar planes alternos en distintos escenarios; prever y diseñar planes de contingencia con suficiente anticipación; diseñar acertadas estrategias; elaborar adecuadas agendas y oficializar un buen Sistema de Petición y Rendición de Cuentas por Resultados y un Sistema de Control de Gestión Pública que permita, no sólo mantenerse en el poder sino además, ayudar a resolver las necesidades y los problemas más urgentes de la vida cotidiana de la gente, así como de los graves problemas que aquejan a la humanidad, al planeta y a los latinoamericanos y caribeños, en particular: cambio climático, paz mundial, pobreza y miseria, soberanía e independencia, injusta distribución de la riqueza, carrera armamentista, entre otros. Con el orgullo de estar utilizando métodos y técnicas nuestros, es decir, pensados y aplicados en América Latina y el Caribe. Criollitos, pues.

No debemos esperar, el 08 de Octubre para hacerlo, desde ahora es posible mejorar los resultados y el impacto favorable del GOBIERNO REVOLUCIONARIO, si comprendemos y aplicamos nuevos y más potentes y adecuados métodos para GOBERNAR con CALIDAD y EFICIENCIA; para PLANIFICAR apropiadamente y  para RESOLVER PROBLEMAS de manera CREATIVA (así con mayúsculas).

No dejemos para mañana, lo que podemos hacer hoy. Mañana puede ser tarde. Estamos obligados a no fallar. Hoy, nos estamos jugando el destino de la Patria buena, como nos lo ha recordado el Presidente Chávez en el acto de inscripción de su candidatura Presidencial, ante el Consejo Nacional Electoral. Y esto no es cualquier cosa. Es un juego serio. Incluso, está en juego el destino de la sobrevivencia humana, por dramático que parezca. Por eso, debemos diseñar planes viables y garantizar su cumplimiento y también, estamos obligados, a ayudar a resolver los más apremiantes e importantes problemas del pueblo latinoamericano y caribeño. Que así sea. Dios está con nosotros.

www.aporrea.org/actualidad/a144321.html



Esta nota ha sido leída aproximadamente 8023 veces.



Hugo Moyer Agostini

Ing. Químico (1975). Postgraduado en Macroeconomía, Planificación y Creatividad Aplicada Total. Profesor Titular jubilado de LUZ (1997). Presidente Honorario de la Escuela Latinoamericana y Caribeña de Ciencias y Técnicas de Gobierno (ESCOLAG). Ha sido el primer Director del Instituto Zuliano de Estudios Políticos, Económicos y Sociales (IZEPES) y del Centro Latinoamericano de Altos Estudios de Gobierno (CELAEG) Ha sido asesor de Rectores de varias universidades, Alcaldes y Gobernadores, así como de la Presidencia de PDVSA y PEQUIVEN. Vive para la POLÏTICA y se resiste a vivir de la política.

 escolagzulia@gmail.com

Visite el perfil de Hugo Moyer Agostini para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: