Mensaje a la clase media

   Para nadie es un secreto que la base social que le sirve de sustentación política a la oposición es la clase media. Es este sector de la sociedad venezolana la que aporta, en los procesos electorales, el mayor caudal de votos a favor de los enemigos del actual gobierno. Ahora, si esto es así, y no hay duda que lo sea, entonces ¿cuál debe ser la estrategia que debe utilizar la gente del Proceso en su confrontación con los adversarios? La respuesta es tan obvia, tan de Perogrullo, que casi ni vale la pena mencionarlo. Sin embargo, para evitar malas interpretaciones, que siempre las pueden haber, sobretodo cuando no se aclaran bien las cosas, lo vamos a decir: la estrategia que se debe utilizar es la de tratar de disminuir, lo más que se pueda, ese apoyo a la oposición. A este objetivo debe dedicársele los mayores esfuerzos y la mayor cantidad de recursos.

   Y sin embargo, eso no se ha hecho. En este sentido, son muy pocos los esfuerzos que se han realizado para convencer a la gente de la clase media acerca del tremendo error en el que incurre al estar apoyando a un sector político cuyo programa de gobierno es totalmente contrario a sus intereses o conveniencias. Y eso, a pesar de que existen, especialmente en estos últimos tiempos, tantos hechos y situaciones que bien utilizados podrían facilitar notablemente este trabajo. Por ejemplo, desde el 2003 las tarifas eléctricas  han estado congeladas en Venezuela. Este hecho, que tiene una enorme importancia para los usuarios del servicio, pues durante la cuarta República uno de los dolores más agudos de cabeza de la población eran los constantes aumentos de estas tarifas, casi nunca se menciona. Y cuando por equivocación se hace, lo único que se dice es que de ganar la oposición las elecciones, este servicio se privatizaría. Sin embargo, se omite decir el por qué sería mala la privatización y cuáles serían sus nefastas consecuencias. A nuestro juico, además de lo dicho, es necesario informar que de privatizarse la electricidad, ésta pasaría a ser propiedad de empresarios privados, los cuales, para incrementar sus ganancias cada vez que les diera la gana, procederían a aumentarían las tarifas del servicio.

   Otro hecho que se olvida mencionar son los precios de la gasolina. Al respecto se olvida mencionar, con la insistencia que es necesario hacerlo, que el valor de este combustible ha permanecido inalterable desde el mismo momento en que Chávez asumió el gobierno. En radical contraste, por supuesto, con el gobierno de Caldera, que durante su último año al frente de la administración pública aumentó en tres ocasiones la gasolina y devaluó dos veces la moneda, ¡na guará!. Pero eso no es todo, `porque todavía hay otros argumentos que podrían ayudar al logro del objetivo mencionado. Me refiero a los espantosos estragos que las políticas neoliberales, a las que de manera tan  fanática se muestra partidaria nuestra oposición, están causando en la clase media de los Estados Unidos. 

    En efecto, en relación con la catástrofe que estas políticas neoliberales están provocando en la ex-gran nación del norte, existe en Venezolana de Televisión un documental en castellano de Michael Moor que muestra, con una conmovedora contundencia, los terribles efecto que la mencionada política neoliberal están causando en la clase media de ese país. Allí aparece, por ejemplo, un gerente de una gran empresa rogando casi –o sin el casi- para que no lo despidieran de su trabajo, que él incluso estaría dispuesto a servir de jardinero o portero con tal de no quedar desempleado. Mario Silva lo ha transmitido en dos ocasiones a través de su programa La hojilla. Pero en vista de que esa transmisión se hizo sin la necesaria promoción, como se ha debido haber hecho, muy pocas personas tuvieron la oportunidad de verlo. En varias ocasiones le he pedido al conductor del mencionado programa que lo vuelva transmitir. Pero en vista de que se encuentra disgustado conmigo por algunas observaciones crítica que le hecho, se ha negado a atender el pedido. Así de soberbios son los pequeños burgueses. No obstante, señor Izarra, sería bueno que usted, en vista de la importancia del documental, haga un programa especial con el mismo. Pero eso sí, después de una buena y escandalosa, si se quiere, promoción.

   Otro hecho que tampoco se ha sabido aprovechar publicitariamente, pese a constituir una rica fuente de enseñanzas, son las protestas de los indignados y la violenta represión de las que han sido objeto por parte de los cuerpos represivos de la ex-gran nación del norte. Por ejemplo, los activistas de “Ocupa Walt Street” han realizado numerosas y masivas manifestaciones en protestas. El objeto de las mismas ha sido expresar su indignación por la forma cómo el gobierno y demás instituciones de ese país han recargado sobre los hombros de la población el peso una crisis de la cual los únicos responsables han sido los sectores gobernantes de los Estados Unidos. Nosotros fuimos testigos, a través de Dossier, de la manera tan brutal cómo la policía reprimió esas manifestaciones. Y así pudimos observar los numerosos rostros ensangrentados que produjo la bárbara acción policial contra unos manifestantes pacíficos e indefensos que, lo único que hacían, era ejercer un derecho  consagrado en la Constitución de ese país. ¿Qué se ha debido haber hecho? Muy sencillo: elaborar con esos rostros unos afiches, incorporarles unos textos alusivos a los derechos humanos y distribuirlos, eso era todo. Sin embargo, no se ha hecho.

   Lo mismo se ha debido haber hecho en relación con las masivas protestas que, por iguales razones, se están realizando en todos los países de Europa y de la que no se salva ni siquiera la propia Alemania. Aquí la crisis del modelo neo-liberal ha sido tan fuerte, que ya se han producido varios suicidios. Y se seguirán produciendo, porque estos malditos gobernantes, incapaces de interpretar el signo de los tiempos,  pretenden buscarle solución a un problema dentro del marco de un modelo que fracasó, y que no hay manera, hagan lo que hagan, de recuperarlo. No entienden estos imbéciles, que a la historia no se le puede obligar dar marcha atrás. La historia es terca y castiga a quien se equivoque con ella.

   En vista de esto, y ante la inaplazable necesidad de informarles a los sectores medios de la población lo que está ocurriendo, hemos elaborado el siguiente texto, el cual estoy haciendo circular entre vecinos, familiares y amigos. Algo tenemos que hacer para evitar que el hampa, el narcotráfico y el terrorismo se enseñoreen en nuestro país.

   Si tú te interesaras un poquito más por conocer lo que en estos momentos está ocurriendo con las economías capitalistas del mundo, podrías enterarte de que esas economías, la de los países de Europa y los Estados Unidos, fundamentalmente, que siempre se han presentando como paradigmas de prosperidad y progreso y con una solidez a prueba de crisis y debacles, están en estos momentos literalmente en el suelo. Es decir, completamente colapsadas. Y lo que es peor aún, sin posibilidad ninguna de recuperación. También podrías darte cuenta de que como resultado de esa deplorable situación, no sólo el desempleo se propaga como la peste, sino también que los salarios se han rebajado a niveles de hambre y que los derechos laborales de los trabajadores, como el derecho a la salud, a la contratación colectiva, prestaciones sociales, jubilaciones, etc., han sido eliminados. Por lo que quienes viven de su trabajo, han quedado en el más absoluto y completo desamparo. De allí los numerosos suicidios que se han registrado en países tales como Grecia, Italia, España, etc.

   ¿A qué se debe esta catástrofe que con brutal saña golpea a los sectores medios y bajos de la población? ¿Qué  ha hecho que el temible espectro de la miseria, con su espantoso cortejo de hambre, de enfermedades, de prostitución y delincuencia, de niños desnutridos y abandonados, etc., esté visitando los hogares de esos países, hogares que hasta no hace mucho vivían si no en la abundancia por lo menos en un cómodo y envidiable nivel de vida? Si tú te pusieras a observar el aspecto de las personas que están protagonizando esas masivas manifestaciones de protesta, podrías observar que no se trata de ninguna manera de marginales. Se trata, por el contrario, de personas como tú, de gente perteneciente a una clase media que espantada ve seriamente amenazado el envidiable status social y económico del que tradicionalmente había venido disfrutando. Así que señores y señoras de la clase media venezolana, como decía el padre Barnola, a comer avispa porque el cigarrón atora. Esto se lo decimos, porque el modelo económico que ha conducido a esos países a la ruina, es el mismo que la oposición establecería en Venezuela en el supuesto negado de que algún día llegara a gobernar en Venezuela. Por eso es que no se atreven a darlo a conocer. Tu destino está en tus manos. Tú verás si quieres arriesgarlo votando en octubre por corruptos y aberrados sexuales.

   Sintoniza Dossier, que se transmite todas las noches de viernes a sábado, a las 10 de la noche por Venezolana de Televisión, y podrás ver lo que los canales comerciales no quieren que veas.

alfredoschmilinsky@hotmail.com




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Alfredo Schmilinsky Ochoa


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