Estragos de los tratados de libre comercio

En vista de que en ese espectáculo bufo que la MUD acaba de montar en un tristemente célebre hotel del este de Caracas, donde se alojaron los militares golpistas, asesinos y violadores de la Plaza Altamira y a los que Leopoldo López, como parte de la logística, les suministraba también las doncellas para que estos degenerados saciaran sus bajos instintos, la oposición presentó su programa de gobierno.

   En ese mamotreto, más parecido a una lista de super-mercado que a cualquier otra cosa, estos rufianes dijeron algunas de las cosas que harían de llegar a ocupar Miraflores. Entre esas lindezas, aparte de la entrega de PDVSA a los consorcios internacionales del petróleo, la puesta de los servicios públicos en manos privadas, la liquidación de la educación pública y gratuita, etc., prometieron igualmente, como si todo lo anterior no bastara para acabar con nuestro país, suscribir un tratado de libre comercio con ese angelito, bonachón, caritativo y desinteresado, que son los Estados Unidos. Al respecto, deseamos publicar de nuevo un artículo que ya dimos a conocer con motivo de las discusiones que se suscitaron en relación con ALCA.

“Siempre que escribimos algo en relación con la política o el Proceso, Dadis, lo hacemos animados por la idea de tratar de informar, de acuerdo con nuestras modestas posibilidades, a quienes tengan la oportunidad de leernos. Especialmente, cuando lo hacemos acerca de aquellas situaciones que creemos debemos conocer para evitar lamentables equivocaciones. Sobre todo, en relación con materias que tienen que ver con lo que más nos interesa, que en este caso es la actividad política.  En este sentido, mis escritos o conversaciones intentarán tener casi siempre un carácter  pedagógico, el cual, lamentablemente, no es imitado por los medios de comunicación impresos o radioeléctricos adscritos al chavismo, que se han caracterizado casi exclusivamente por la diatriba.  Por lo cual, poco o nada ayudan a la formación de una conciencia política colectiva que ayude a la realización de la tarea más inmediata que, en términos críticos, tiene planteado  en estos momentos el actual proceso. Me refiero a la tarea de su consolidación que sin duda alguna prevalece por encima de cualesquiera otras. Uno de esos escritos, por ejemplo, es el que hoy volvemos a intentar reproducir, pero ahora a través de un medio electrónico ya que ninguno de los órganos de prensa aludidos ha querido publicar. Y ello, a pesar del alto contenido didáctico que indudablemente tiene. Ni lavan ni prestan la batea.  
   Pero antes, permíteme comentar algo dicho por Nohan Chomski. Este ilustre norteamericano aseguró hace poco que “la situación actual de México es mucho peor que la que prevalecía en los tiempos de la bárbara colonización española”.  ¿Tiene esto algo de exageración? De ninguna manera, pues hace como alrededor 3 ó 4 años (no acostumbro fechar mis escritos) escribí lo que ustedes, si tienen la paciencia y el mal gusto necesarios,  van a leer a continuación”.   

   “ Como se sabe, el país azteca tiene suscrito con los Estados Unidos y Canadá un tratado de “libre” comercio. Ahora bien, según el Derecho Internacional estos convenios tienen una proyección extraterritorial, es decir, que sus disposiciones y acuerdos prevalecen sobre la legislación interna de los países latinoamericanos que los suscriban. Para una mejor comprensión de lo dicho, veamos lo siguiente:
   
   En el mencionado tratado llamado NAFTA por sus siglas en inglés, se abolieron o eliminaron todas las reivindicaciones laborales y sociales que la legislación mexicana consagraba en beneficio de los trabajadores. Y así, conquistas tales como prestaciones  sociales, contratación colectiva, seguridad social, derecho de huelga, jubilaciones y pensiones, aguinaldos y demás beneficios que les acordaba la ley, les fueron confiscados al sector laboral. Y ello, sin contar que también dejaba abierta las puertas para que la jornada diaria de trabajo fuera incrementada sin remuneración ninguna y a discreción de los patronos.
 
   Como consecuencia de esta total indefensión en que quedaron los trabajadores mexicanos, aparecieron, como era de esperarse, las maquilas, empresas en su mayoría norteamericanas, que la única remuneración que les cancelan a sus empleados es un mísero salario que apenas les permiten una precaria subsistencia, es decir, lo mínimo indispensable para que se conserven vivos y puedan seguir produciendo ganancias para sus patronos. Es algo así, si me permiten el símil, como la paja que se le da al burro para que se mantenga vivo y seguirle dando palos al día siguiente. Pero esto no es todo, porque si un trabajador se enferma, “como suele suceder”, no se le concede el debido reposo. Todo lo contrario, lo mandan a morir a su casa y de inmediato contratan otra víctima. Lo que no les resulta nada difícil a estas empresas, toda vez que los estragos causados por el Tratado en otras áreas de la economía, han creado un enorme ejército de desocupados dispuestos a vender su fuerza de trabajo, física o intelectual, por lo que quieran pagarles.

   Y en cuanto a las mujeres, éstas no son mejor tratadas aún, Porque además de ser explotadas como sus compañeros de infortunio, no pueden salir embarazadas, ya que de ocurrir tal cosa, de inmediato son despedidas sin apelación ninguna. Pero si lo dicho pareciera extraído de un cuento de Edgar Alan Poe o de una narración inspirada en la trágica suerte de los galeotes, veamos lo que les sucede a las muchachas que por desgracia se ven obligadas a buscar trabajo en esa especie de galeras que son las maquilas. En efecto, tan pronto estas muchachas se ponen en contacto con los implacables y feroces cancerberos que son los gerentes de estas trituradoras humanas, lo primero que se les exige, como prueba de que no están encinta, es la presentación de las toallas utilizadas en el último período menstrual. Si todos estos ultrajes a la dignidad humana no es esclavitud, entonces, francamente, no sabría de qué otro modo se podrían calificar.

Y en lo económico, la pérdida de soberanía e independencia de México no es menos deplorable que lo dicho hasta ahora. Por ejemplo, si este país quisiera establecer algunos acuerdos comerciales con otros países, acuerdos altamente favorables para esa nación, no podría hacerlo si tales acuerdos colidieran o chocaran con algunas cláusulas del NAFTA. Y si de todos modos insistiera el país en suscribir esos convenios, entonces  México sería demandado por ante los tribunales de los Estados Unidos. Lo que quiere decir, que si antes el desalmado Tío Sam despojó a la nación mexicana de la mitad de su territorio, ahora, con el tratado de “libre” comercio firmado por gobierno entreguistas de la nación azteca, el inescrupuloso “socio natural”  se ha anexado el territorio completo, con seres humanos incluidos. Y eso mismo es lo que, a través del ALCA o de sus sustitutos, los T.L.C.,  la oposición pretende hacer con Venezuela. ¿Cómo lo véis, amigo escuálido?

NOTA: A los amigos sindicalistas de la Unión Nacional de Trabajadores,  les vuelvo a recordar algo que ya hemos dicho, incluso antes de que Raul Castro lo dijera en el Congreso de Partido Comunista de Cuba, recientemente celebrado en ese país. Me refiero al lema del socialismo, que no es ese que se anda diciendo por ahí sino…”dé cada quien según sus posibilidades, y a cada quien según su trabajo”. Con lo cual se quiere significar el honroso papel que el trabajo desempeña no sólo en el progreso y bienestar de los pueblos, sino también en la construcción del socialismo. Pero, además, que no es mediante la producción de lagañas, la vagancia y las peas como un país puede llegar a ser una gran potencia.

 ID+EO=I. O sea, incremento de la demanda más estancamientos de la oferta igual a inflación. ¿Sí o no, ministro Giordani? ¿Cómo van a hacer para detener el aumento explosivo de los precios originados por el pago del salario mínimo prácticamente a todo el mundo, haya cotizado o no al Seguro Social? ¿Estará preparada la economía nacional para digerir sin graves trastornos la gigantesca masa de dinero que dentro de poco se va a echar a la calle? ¿No es esta ministro Giordani rendirle culto al fetichismo del dinero, creer que el dinero tiene poderes mágicos que lo resuelve todo?  Elías El Juri, en unas declaraciones dijo que la inflación se controlaría creando nuevas empresas, otra cosa que no recuerdo e incrementando la producción. La pregunta es: y por qué no lo hicieron antes?  Estas declaraciones me recuerdan algo que solíamos decir en nuestros días de muchacho. Entonces decíamos cuando alguien trataba de haceros una mala jugada…”la picardía sale”.

alfredoschmillinsky@hotmail.com.
 


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Alfredo Schmilinsky Ochoa


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