Otro llamado ciudadana camarada Ministra María Eugenia Sader

¿Quién tutela sus derechos? Un drama que nadie quiere atender

Las razones por la cual me veo en la obligación de redactar este escrito, sin las consideraciones de lo que debe ser una absoluta denuncia seria, con carácter de total responsabilidad, se debe a la coincidencia de los casos exclusión a las que se han visto, una gran cantidad de personas, que padecen una afección patológicamente denominada “Problema de aprendizaje”.

Ahora bien, es muy probable que esté cometiendo el mayor error de mi existencia, desarrollando este tema, sin la debida investigación de rigor, ya que, de no tener los elementos suficientes de convicción para tal efecto, este escrito, solo sirva para que alguien con mayor conocimiento del tema, me destruya intelectualmente hablando, eso es solo una posibilidad, la otra posibilidad, se basa en mi total y absoluta resolución de abordar el tema, con el debido respeto de los experto en dicho tema, pero con la contundencia necesaria de mis decisiones tomadas, y esta es una de ellas, y “me voy jugando a Rosalinda”, y asumo las consecuencias a las que ellas conlleven.

Primero que nada debo realizar una cita muy importante y luego desarrollo el tema que trajo a estos espacios; según los expertos en la materia, se entiende como “Problema de aprendizaje”, lo siguiente:

“Los problemas de aprendizaje se hacen evidentes en los primeros años del periodo escolar pues están directamente relacionados con materias a partir de las cuales se determina el correcto rendimiento académico. Este concepto se aplica principalmente a niños en edad escolar, antes del ingreso a primero de primaria, o durante los 7 primeros años de vida. La dificultad específica en la lectura se denomina dislexia en la escritura se denomina digrafía y en la aritmética se denomina discalculia”.

Una vez explanada esta situación en los términos ya explicado en los párrafos anteriores; solicito permiso para citar el nombre de dos personas, que por esas cosas extrañas de la vida, escuche en una conversación, y como me llamado la atención, debido a que, soy mordido de culebra, me hice participe de la misma, es decir, me metí de asomado en la conversa. De esa conversa obtuve estos nombres: Sra. IRAMA NEGRON (Madre) y el niño LUIS ALBERTO RADA (Hijo)

Ustedes se preguntaran ¿Por qué él y porque ella?; pues resulta que al igual que mi persona, esta señora, está pasando por el DRAMA, de no tener respuesta en la institución gubernamental que está llevando el caso de su hijo con “PROBLEMA DE APRENDIZAJE”; y resulta que al igual que una hija mía, le están diagnosticando y haciéndole, las mismas recomendaciones que hace 10 años le diagnosticaron y le recomendaron a mi hija, es decir, los señores profesionales de esta Institución Gubernamental, que se dedica al estudios de los casos de las personas con “PROBLEMAS DE APRENDIZAJE”, solo tiene un diagnostico universal para todos los niños y niñas que se tratan en esto espacios me estoy refiriendo al Instituto Psiquiátrico “La Florida”, perteneciente al Instituto Venezolano de los Seguros sociales.

Resulta que los señores especialistas en el tema de niños, niñas, adolescentes, adultos mayores entre otros, es decir, los psicólogos y psiquiatras de estas instituciones, para todas respuestas a los representantes de estas personas, indistintamente del grupo etario al cual pertenezca, solo tienen un diagnostico y es el siguiente:

“a este niño, o a esta niña, hay que ponerlo a hacer otra cosa, porque no tiene condiciones para realizar estudios normales”

Así dijeron de mi hija hace diez años; y con realizando un enorme sacrificio por parte de la madre, se le pago estudio, en una institución que recibe recurso del estado, para que estas clases de personas puedan recibir educación especial; hoy en día (luego de aquel patético diagnostico) mi hija está cursando estudios en un Instituto Universitario, para ser docente ¿Sera este el mismo caso de LUIS ALBERTO RADA?, el problema con este caso, es que posiblemente IRAMA NEGRON, (al igual que muchos otros casos más que no salen a la luz publicas por múltiples factores) no posea la misma capacidad económica, para cubrir algunos gastos, para poner a estudiar a su hijo en una Institución semiprivada, para que LUIS llegue a realizar un sueño que posiblemente se vea frustrado tan solo por la apatía de unos profesionales teóricos, doctrinarios y pragmáticos para sus conveniencia; claro, a lo mejor no son todas ni todos, pero las casualidades, se juntan para rascarse las espaldas.

Hagan algo por dios ya esta bueno de tanta decidía, en estas instituciones tan delicadas 

cabacote@gmail.com



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Jesús Chua Espinoza


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