Las rebeliones “desde abajo”

“Para cambiar la izquierda hay

que cambiar de izquierda…”

Daniel Bensaid 

  • Las rebeliones que han caracterizado los eventos sociales en lo que va de año 2011, son expresión de respuestas populares cuya característica común a cada una de ellas, es la condición anti-sistema y anti estatus quo que las han hecho emerger.
 
  • Independientemente del carácter y sentido que ellas van teniendo, por ejemplo en países como Egipto, Libia y Túnez, sus manifestaciones originarias eran de rechazo a todo lo estatuido.
 
  • Un aspecto debe de llamar la atención de estos movimientos espontáneos: el peligro de las derivas cuando son secuestradas por intereses foráneos (caso Libia y Egipto), o cuando adolecen de consignas políticas que pueden conllevar a votos castigo (caso España).
 
  • Algunas rebeliones, expresión de grandes descontentos populares, han sido cooptadas en su contenido por fuerzas exógenas en aquellas regiones donde se iniciaron como movimientos anti sistema, o por grandes abstenciones que han favorecido a sectores retrógrados en elecciones parlamentarias.        
 
  • Cualquiera sea el caso, el déficit político sigue siendo un asunto pendiente en la mayoría de los regímenes políticos actuales a escala global.
 
  • Nada está  totalmente determinado en tiempos de elecciones, sobre todo, cuando ellas en forma más creciente comienzan a depender de los tiempos políticos.
 
  • Tiempos electorales que no se acompasen con tiempos políticos ponen siempre en riesgo no sólo la sobrevivencia de la política, sino que crean las condiciones para la antipolítica como deriva.
 
  • La corrección  de los déficits políticos, la forma eficiente y eficaz de la gestión de gobierno, la necesidad de propiciar saltos cualitativos hacia adelante y no hacia el vacio en periodos de transición, se convierte cada vez más en una exigencia para quienes pretendan gobernar como alternativa progresista.
 
  • Siempre los tiempos de la izquierda son más cortos que los de la derecha. Las razones son múltiples: las reglas del juego democrático han sido inventadas y traicionadas por la última, y en consecuencia, los tiempos para el impulso de los cambios deben de realizarse en el ámbito de la propia transición.
 
  • Transición y regresión van de la mano. Si el salto no se produce en la primera, cualquier intento estará condenado al fracaso apareciendo la segunda como negación.
  • La historia nos muestra como dato que los procesos políticos que han intentado dar un salto hacia formas societales más justas, han sucumbido en la transición.
 
  • Hasta ahora, el caso más patético lo ha constituido la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (ex URSS).
 
  • Ese intento feneció a los setenta (70) años del pretendido tránsito hacia otro eslabón de desarrollo social. 
 
  • Ya lo advertíamos. Aunque siempre hay lugar para las involuciones toda revolución va acompañada de la regresión como amenaza.
 
  • En mejores palabras, al hecho (revolucionario) lo acompasa el acecho de la deriva.
 
  • Lo anterior es lo que se juega la izquierda en los tiempos por venir. Las lecturas adecuadas de las rebeliones deben de servir de aprendizaje para los próximos procesos políticos, los cuales seguirán develándose también como definitorios de las resistencias por construir.    
 
 
 
 (*)Centro de Estudios Políticos y Sociales de América Latina (CEPSAL) Universidad de los Andes 
 
aguilarv@ula.ve 


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