La Paradoja de Lucas

La Paradoja de Lucas

Según datos del Fondo Monetario Internacional, el Banco de Pagos Internacionales y el Banco Mundial, los empresarios latinoamericanos tienen depósitos líquidos en bancos de Estados Unidos y Europa por 310 mil millones de dólares, suma en constante crecimiento en los últimos años. Pero esos mismos bancos solamente nos prestan 230 mil millones de dólares, es decir que con ellos cubren sólo dos terceras partes de los depósitos latinoamericanos. Los organismos multilaterales proveen 600 mil millones de dólares a nuestros países.

En la nota del día de ayer destacamos el ejemplo que dio el presidente argentino Néstor Kirchner al declarar la moratoria de la deuda externa, pues la deuda externa que alcanzaba a los 157 mil millones de dólares en 1980, hasta el 2003 había reembolsado un billón 99 mil millones de dólares por pago de intereses y amortización, es decir, siete veces la deuda original. ¡Y sin embargo la deuda de la región se mantiene ahora en 830 mil millones de dólares!

Como de costumbre, los agentes de las corporaciones pronosticaron una ola de represalias financieras y comerciales que sepultarían la economía argentina. Sin embargo han pasado más de tres años y no sólo no hay represalias ni caos, sino que la Argentina ha crecido el 8 por ciento, demostrando "que es perfectamente posible para un gobierno decidir el no pago de la deuda externa, o al menos una parte, y mejorar la condición económica y el nivel de vida de su pueblo", según Eric Toussaint, animador del Foro Social Mundial que busca la anulación de la deuda externa de América Latina.

En este escenario hay que situar el peligro de integrar el ALCA, que sólo significaría una mayor hemorragia silenciosa de capitales, rentas y recursos fuera de la región. Es necesario alentar procesos de integración entre los países latinoamericanos, establecer mercados comunes y sobre todo políticas proteccionistas para cortar esta suerte de vampirismo financiero que nos dejará exhaustos.

Un último apunte: la teoría neoclásica subraya la tendencia de movilización de los capitales de los mercados desarrollados hacia los menos desarrollados, por cuanto en éstos no hay capitales y la productividad es mayor. Sin embargo, los datos que difundió el FMI refutan esa teoría, pues muestran que los países emergentes de Asia han sido exportadores de capital desde 1998; las naciones de Europa oriental desde el año 2000 y ha sido exportadora neta desde 2003.

Este fenómeno al cual América Latina se adscribe a partir del 2003, ha recibido el nombre de Paradoja de Lucas, como referencia a un artículo publicado en 1990 por Robert Lucas en la American Economic Review, donde el especialista se pregunta por qué el capital no fluye de los países ricos a los pobres. Está por demás claro que esos flujos provienen del pago de intereses por la deuda y la repatriación de utilidades de las trasnacionales a sus oficinas matrices.


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