10 de noviembre de 2025.- El Gobierno de Tailandia anunció la suspensión inmediata de la declaración conjunta firmada recientemente con Camboya, la cual buscaba la desescalada y normalización de sus relaciones bilaterales. La drástica decisión fue comunicada por el primer ministro y ministro del Interior, Anutin Charnvirakul, como respuesta a la explosión de una mina terrestre en la zona fronteriza, que dejó un saldo de dos soldados tailandeses heridos, uno de ellos con la pérdida de una pierna. Este incidente reaviva la histórica disputa territorial y pone en pausa los frágiles avances logrados a finales de octubre en la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).
La detonación ocurrió la mañana del lunes, según reportes del servicio de relaciones públicas de la Segunda Región Militar del Ejército tailandés, confirmando la gravedad del suceso. Uno de los militares sufrió una conmoción cerebral grave, mientras que el otro perdió una extremidad, lo que fue el catalizador para que Bangkok tomara medidas inmediatas. La acción unilateral de Tailandia subraya la volatilidad de la situación fronteriza y la desconfianza que persiste a pesar de los esfuerzos diplomáticos por alcanzar una paz duradera.
«Todo lo que estamos haciendo (en cumplimiento de la declaración) debe suspenderse de inmediato. He dado instrucciones al Ministerio de Defensa y al Ministerio de Exteriores para que actúen solo de acuerdo con los intereses de Tailandia», declaró el primer ministro Charnvirakun en una rueda de prensa en el Cuartel General de la Policía. Esta firme postura evidencia la prioridad que el gobierno tailandés otorga a la seguridad nacional y la protección de sus fuerzas armadas ante lo que considera una continua amenaza.
La declaración suspendida se había formalizado en la cumbre de la ASEAN en Kuala Lumpur y fue incluso catalogada por el presidente estadounidense, Donald Trump, como un «acuerdo de paz», al haber participado como mediador. Dicho pacto incluía puntos cruciales como la retirada de equipo militar pesado de la frontera, el desminado de las zonas de conflicto y la liberación de prisioneros militares camboyanos. Sin embargo, este nuevo incidente con minas terrestres demostró, según Charnvirakun, la persistente hostilidad del país vecino.
Este revés en el proceso de paz implica que acciones clave contempladas en el acuerdo, como la devolución de personal militar camboyano capturado, han quedado paralizadas por orden del gobierno tailandés. La tensión en la frontera, que en julio de este año culminó en una guerra fronteriza de cuatro días con uso de artillería pesada, vuelve a estar en el centro de la atención regional. La suspensión temporal es vista por analistas como una señal de que las raíces del conflicto territorial no se han abordado a profundidad.
El primer ministro tailandés, Anuthin Charnvirakun, fue enfático al remarcar que, «mientras esta amenaza persista, no podremos adoptar medidas más allá de las que ya se han tomado. Por lo tanto, todas las acciones adicionales deben suspenderse». Con este anuncio, se espera que los Ministerios de Defensa y Asuntos Exteriores de Tailandia brinden en las próximas horas más detalles sobre la postura oficial de Bangkok y las próximas acciones a tomar en respuesta a la explosión, manteniendo a la comunidad internacional en alerta sobre el futuro de las relaciones entre ambos países.