Este lunes, el presidente de la República, Nicolás Maduro, envió una misiva a más de 190 regiones de América Latina, el Caribe y a los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con el fin de alertar sobre la escalada de agresiones perpetradas por el gobierno de Estados Unidos contra Venezuela. Según el Ejecutivo, estas acciones comprometen la estabilidad política y económica, tanto regional como global.
En el documento, leído por el canciller Yván Gil, el mandatario venezolano denunció que desde el pasado mes de agosto la nación norteamericana mantiene un despliegue militar sin precedentes cerca de las costas venezolanas. Bajo el argumento de la "lucha contra el narcotráfico". Igualmente, el Gobierno venezolano asegura que se han ejecutado ataques sistemáticos a embarcaciones y provocado la ejecución extrajudicial de al menos 104 personas.
Violación del Derecho Internacional
El texto señala que estos actos constituyen una amenaza directa del uso de la fuerza —prohibida en la Carta de la ONU— y vulneran acuerdos regionales históricos, tales como la declaración de Zona de Paz de la CELAC (2014) y el Tratado de Tlatelolco, que establece a la región como una zona libre de armas nucleares.
Durante la lectura, el canciller Gil ratificó que Venezuela no ha realizado acción alguna que justifique tal intimidación. Afirmó que no se trata de incidentes aislados, "sino de una práctica sistemática del uso letal de la fuerza que está fuera de todo marco legal internacional e incluso del propio marco constitucional de los EE. UU.".
Asimismo, la misiva hizo mención al secuestro y robo de dos buques por parte de autoridades estadounidenses y aludió a declaraciones del presidente Donald Trump sobre un bloqueo naval absoluto. El Gobierno venezolano calificó estas acciones como "actos de piratería" de acuerdo al derecho internacional.
La carta advierte que "si se tolera el uso unilateral de la fuerza, la piratería y el saqueo de recursos de Estados soberanos, el mundo se encamina hacia un escenario de confrontación global de proporciones impredecibles".
Ante esta situación, Venezuela insta a las naciones a condenar de forma conjunta estas agresiones y a exigir el cese inmediato del despliegue militar y el bloqueo para activar los mecanismos del sistema multipolar para investigar, sancionar y prevenir la repetición de estos hechos.
Finalmente, el Estado reafirmó su vocación de paz, aunque advirtió que el país está preparado para defender su soberanía e integridad territorial conforme a las leyes internacionales.