Para Trump, los inmigrantes venezolanos en EE UU, son tan basura como los somalíes… "No los quiero en nuestro país…"

Lunes, 08/12/2025 11:22 AM

¡Qué chasco! Siguen llegando vuelos de repatriación de venezolanos desde EE UU, aun cuando Trump ordenó el cierre de nuestro espacio aéreo. Hay multitud de nuestros compatriotas, niños y ancianos, muy preocupados allá en el Norte, unos detenidos en cárceles para delincuentes, otros en albergues horribles, a la espera de ser deportados. Trump aseguró que no quiere inmigrantes somalíes en Estados Unidos y señaló ante los periodistas, pero él en realidad no distingue entre somalíes, mejicanos, salvadoreños, haitianos o venezolanos... La premio nobel María Corina Machado, ha dicho que ABSOLUTAMENTE, los EE UU no puede tener en su país a tamaña calaña de delincuentes, admitiendo de hecho que todos son del Tren de Aragua y cumplen órdenes del dictador Maduro, del cartel de los soles.

Ante este cuadro, qué pasó con aquella "aguerrida oposición" (muy virulenta y agresiva) que tomaba plazas y calles, que hacía caravanas y marchas, que en cada posición revolucionaria del gobierno salía a partir lanzas contra el chavismo, se concentraba en los lugares emblemáticos de la burguesía, los McDonald`s, las licorerías de altura, las boutiques, los colegios católicos, en Caracas se concentraban furiosamente en la UCAB o la Universidad Metropolitana.

¿Qué fue de aquella oposición que se divertía quemando negros y perros, y talaba bellos y frondosos árboles para levantar barricadas y formar espantosas guarimbas?

Extinguida totalmente, ¿y de quién fue la culpa?

Una oposición que ahora no dice ni pío sobre Trump, si lo ama o si lo odia. No dice nada sobre el asedio a Venezuela desde el Caribe. No dice nada de los migrantes venezolanos que son expulsados de EE UU y llamados basuras por los propios gringos. Una oposición que ni huye hacia adelante ni hacia atrás, que ni reza en Altamira, ni sale a pasear en andas a la Virgen María o a la Virgen de la Coromoto. Que hasta ni va a misa, ni cree ya en Baltazar Porras.

Y el mundo afuera no se explica tan desastrosa ruina moral, tanto despelote y derrumbe, tanto silencio y acabose mortal. Los propios gringos y españoles dicen que "la oposición llega a este punto exhausta después de tantos amagos de cambio, fisurada, despaturrada, sin alma y sin rumbo". Ya nadie les cree aquello que repetían todos los días "el régimen está contra las cuerdas", "los jefes del chavismo están huyendo a Cuba", "piden cacao a EE UU. Otros hablan de "el control de las expectativas ha sido, de hecho, la gran maldición de la oposición venezolana".

En todo confiaban en los gringos y acabaron eunucándose (perdiendo totalmente las gónadas), o esnucándose. Con ayuda de los gringos intentaron la huelga general de diciembre de 2001, el golpe del 2002, el paro petrolero de 2002, recibieron palo cochinero con lo del referéndum revocatorio, y en cada una de las elecciones regionales; luego que los gringos asesinaron a Chávez creyeron que el resto sería fácil y montaron las pertinaces guarimbas. Vino la pantomima del bellaco Juan Guaidó a quien coronaron presidente en una plaza del Este. Siempre han creído que con ayuda de los gringos acabarían comiéndosela, y ahora los gringos dicen tenerles asco y entonces los opositores venezolanos repentinamente comenzaron a perder toda autoestima, no saben qué son, por qué luchaban, a qué amaban, hacia dónde ir, qué valores buscan o sostienen… ¿Y ahora para dónde cogemos?

Dicen por allá los expertos: "Cada episodio se vivió como un umbral. Y casi siempre terminó igual: la oposición subestimó la estructura de poder chavista, su disciplina interna, sus redes de intereses y su capacidad de movilizar a los suyos, incluso en los peores momentos". Nunca tuvieron con qué, nunca fueron auténticos, nunca fueron reales, siempre fueron sumisos y supeditados a los mandos gringos, y hoy recogen su desprecio, su asco, su burla y ludibrio…

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