La guerra de todo el pueblo: Defensa comunal ante la amenaza Imperial

Miércoles, 08/10/2025 05:29 AM

Ante la inminente amenaza de agresión militar por parte de Estados Unidos contra Venezuela, se impone la necesidad de activar una respuesta integral, popular y soberana. Esta amenaza no es nueva, pero se intensifica bajo una política imperial unilateral que ignora los principios del derecho internacional, viola acuerdos multilaterales y desprecia las reglas que los pueblos han construido para preservar la paz mundial.

 Defensa territorial desde las comunas.

La guerra que se avecina no es solo militar: es una guerra por la dignidad, por la soberanía y por el derecho de los pueblos a decidir su destino. En este contexto, se plantea la urgente construcción de armerías comunales, espacios donde reposen y se mantengan las armas que utilizarán los milicianos para defender su territorio. Estas armerías no son depósitos bélicos, sino centros de formación, resguardo y organización popular.

Se propone la creación de un componente de resguardo mixto, conformado por:

  • Un miembro del Ejército con mando de tropa.

  • Un integrante de la Guardia Nacional.

  • Dos milicianos comunales con alta preparación táctica.

Este equipo tendrá la responsabilidad de ejecutar un plan de acción semanal, que incluya:

  • Mantenimiento del parque de armas.

  • Estudios militares sobre tácticas de defensa territorial.

  • Formación en estrategias de guerra de guerrillas, con apoyo de antiguos combatientes con experiencia en lucha irregular.

Marco legal y legitimidad popular.

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y las leyes recientemente aprobadas otorgan al Presidente facultades para tomar medidas excepcionales en defensa de la soberanía nacional. Estas acciones no solo son legales: son legítimas, porque nacen del mandato popular y de la necesidad de preservar la vida, la paz y el territorio.

La guerra de todo el pueblo no es una consigna: es una estrategia de resistencia que articula lo militar, lo comunal y lo simbólico. Es el derecho a defender lo nuestro con nuestras propias manos, nuestras propias ideas y nuestras propias armas.

Esperanza continental: hacia un ejército latinoamericano.

Frente a esta locura imperial, la unidad latinoamericana se convierte en esperanza y escudo. Si los pueblos de América Latina se unen, pueden conformar un bloque de contención capaz de frenar la agresión y construir una nueva arquitectura de defensa regional.

La posibilidad de un Ejército Latinoamericano de Paz y Soberanía, integrado por los países que comparten historia, lucha y sueños, no es una utopía: es una necesidad. Porque si tocan a Venezuela, tocan a toda América Latina.

 

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