Hacia un desarrollo endógeno radical

Viernes, 05/12/2025 04:29 PM

− ¿Podrías decirme, qué camino he de tomar para salir de aquí? −preguntó Alicia.
−Depende mucho del sitio adónde quieras ir −contestó el Gato.
−Me da casi igual dónde −dijo Alicia.
−Entonces no importa qué camino sigas −dijo el Gato."

Lewis Carroll, Alicia en el País de las Maravillas

Resumen

Al contrario de Alicia, en este ensayo planteamos que es necesario que sepamos con claridad adónde queremos ir y eso pasa por entender el camino contrario; el adónde no debemos ir, es decir, entender la insustentabilidad para después dedicarnos a hallar el equilibrio que debe haber entre crecimiento económico, preservación ambiental y la igualdad como la ley de leyes, tal cual lo planteaba el Libertador Simón Bolívar.

Introducción

Antes de ir directamente a una definición conceptual de lo que se entiende como Desarrollo Endógeno y la concomitancia que este tiene con el ciclo de nutrientes y la economía circular, conviene ensayar algunos rodeos filosóficos que nos coloquen a gravitar en la génesis del concepto mismo.

Y digo que es necesaria la reflexión filosofica, en el sentido que Hegel le daba cuando se refería al "esfuerzo del concepto", para que el mismo nos ayude a comprender la realidad y específicamente el momento actual, porque el tema del desarrollo está íntimamente relacionado con la división social del trabajo la cual es una de las contradicciones fundamentales del metabolismo del sistema capitalista que predomina hoy en todo el mundo, que determina los tiempos que vivimos, de mucho control cognitivo por las grandes corporaciones de la comunicación, que anulan nuestro jucio crítico, intoxican el lenguaje y el pensamiento como lo señala el periodista español Vicente Romano, debido a lo cual, nos inhabilitan para reconocer que nos hallamos inmersos en un modelo de vivir insustentable, productor de miseria, empobrecimiento, enajenación, donde se violenta y se destruye la cadena natural del ciclo de nutrientes y por ende, el saldo es el agotamiento ecológico del planeta.

Esta es una civilización extractivista generadora de una mentalidad rentista y que socava la institucionalidad democrática, que degrada y se engulle el tiempo de la humanidad en función de la valorización del capital, porque su metabolismo le exige expandirse constantemente, sino, colapsa sobre su insatisfecha voracidad. Por consiguiente, borra toda vinculación con la humanidad que no incluya la acumulación de capital y crecimiento anárquicamente continuo.

De tal manera. Vivimos en un mundo de terribles desigualdades, mientras los paises del sur global son sometidos a tener que exportar su patrimonio natural para satisfacer la importación de la industria manufacturera de los monopolios de los centros desarrollados capitalistas del norte global.

Vivimos en un mundo de incertidumbres, para decirlo con las palabras del filósofo y teólogo belga François Houtart. No obstante y en contraposición, necesitamos producir nuevos sentidos civilizatorios y abandonar éste donde sólo somos una pieza de un gran engranaje. Por tal razón, recuperar la filosofía pero a partir de la desobediencia epistémica tal cual nos aconseja Walter Mignolo vendría en nuestro auxilio para liberarnos cognitivamente, porque al fin y al cabo, la crísis civilizatoria actual es una crísis del conocimiento, una crísis de la razón moderna. Por consiguiente, el llamado es a producir nuevas interpretaciones que nos vayan señalizando las posibilidades de construir los trazos de nuevos horizontes culturales, y que genere nuevas praxeologías que orienten la construcción de una sociedad basada en el valor de uso.

De cuál desarrollo hablamos

Por consiguiente, cuando se aborda la problemática del desarrollo, lo primero que debemos decir es, que no es una temática tan simple, ni tan lineal en tanto que las antiguas certezas de la modernidad, entre ellas, la poderosa metodología cartesiana la cual todo lo fragmenta, ya no dan cuenta de la compleja realidad contemporanea.

Así las cosas, el concepto de desarrollo que aqui examinamos, se refiere a un fenómeno con base de complejidad creciente, que produce constantemente cambio y perfección. En ese sentido, en el proceso de la investigación el desarrollo se va manifestando, esencialmente, como un acontecimiento que se desliza en la flecha del tiempo, o lo que es igual; el concepto de desarrollo que manejamos se desenvuelve en un tiempo histórico irreversible.

Debido a que el tiempo en los seres humanos es, desafortunadamente, muy limitado, si lo comparamos con el tiempo geológico de la tierra que se da en una escala mas grande, tomando también en cuenta, que el planeta mismo tiene límites de crecimiento y reproducción, es decir, para comprender el problema del desarrollo, estamos obligados a considerarlo en el contexto que nos ha sido dado vivir.

En tal sentido, nuestro punto de partida para comprender el tema del desarrollo es preguntarnos: ¿Cómo ha de ser y de cuánto desarrollo hablamos, para que sin dañar la naturaleza, sirva a la humanidad hoy y le dejemos a las generaciones futuras un planeta con buena salud? Entonces, ¿Qué relación guarda la emancipación del trabajo conel desarrollo endógeno ¿Qué significado tiene la fabricación de herramientas con el desarrollo endógeno? ¿Cómo se vincula el pensamiento complejo o las funciones superior del pensamiento con el desarrollo endógeno radical?

Habiendo captado entonces que no cualquier desarrollo es directamente proporcional al bienestar de una sociedad históricamente concreta y entendiendo que los cambios historicos que se producen en la sociedad y en la vida material conllevan, otros cambios en la naturaleza humana. Y teniendo claro que no cualquier enfoque psicológico compagina dialécticamente con el desarrollo que se requiere para ayudar en la emancipación social - aqui debemos incluir el mismo desarrollo endógeno para su evaluación - por lo tanto, se torna entonces necesario hacer una revisión de esa amplia constelación de teorías que nos hablan de desarrollo, asimismo evaluar la pertinencia de las corrientes psicológicas, para luego asumir, desde el sur epistemológico como lo propone Boaventura de Sousa Santos, una decision posabisal, respecto a cuál es el modelo de desarrollo que debemos asumir los venezolanos para superar el riesgo ecológico, erradicar la pobreza extrema y eliminar las causas que generan la desigualdad social.

Sin embargo, al contrario de Alicia, es necesario que sepamos con claridad adónde queremos ir y eso pasa por entender el camino contrario; el adónde no debemos ir , es decir, entender la insustentabilidad para después dedicarnos a hallar el equilibrio que debe haber entre crecimiento económico, preservación ambiental y la igualdad como la ley de leyes, tal cual lo planteaba el Libertador Simón Bolívar.

A estas alturas debemos preguntarnos ¿Acaso la degradación ambiental no es el resultado de un paradigma societario nacido en el seno de la modernidad, como lo es el capitalismo, el cual todo lo convierte en mercancía, en la que todos los valores humanos lo supedita a la búsqueda de ganancia, porque su metabolismo le exige engullirse toda la geografia terrestre sin que le importe exceder los ciclos de reproducción vital del planeta? ¿Por casualidad, no es esta misma civilización la que se traga todo el tiempo de vida de la humanidad a través del trabajo enajenado para extraerle la mayor cantidad de plusvalía a la vida humana?. Pero al lado de estas preguntas hay otras dos: ¿Cómo negar que la versión de socialismo burocrático de estado que fue instalado en la otrora URSS y la Europa Oriental, no fue también un fracaso en la medida que estos hicieron todo lo contrario a lo planteado en la teoría científica sobre el socialismo? ¿No será más bien que ésta version burocrática de socialismo, que pretendió ser un paradigma societario alternativo al capitalismo, terminó heredando los mismos defectos que aquel, por estar ambos enraizado en los canones de la modernidad? Y como estas preguntas están relacionadas con dos modelos de desarrollo fracasados, entonces, llegamos al momento en que debemos preguntarnos, ¿Cuál es el modelo de desarrollo que necesitamos los venezolanos para construir una sociedad donde el libre desarrollo de cada uno sea el libre desarrollo de todos?

Las Zona de Desarrollo Próximo como ambiente psicológico para desarrollo endógeno radical

En Venezuela, contamos con la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela ( CRVB), votada democráticamente por el pueblo venezolano, en 1999, que establece en su artículo 20: Toda persona tiene derecho al libre desenvolvimiento de su personalidad, sin más limitaciones que las que derivan del derecho de las demás y del orden público y social. Asimismo declara : <> (art.299). Por consiguiente, en este trabajo, planteamos que con base al espíritu de estos artículos, es que se debe levantar todo el edificio del desarrollo endógeno que el pueblo venezolano necesita para construir el buen vivir.

En este sentido, entre todas las principales corrientes teóricas de la psicologia, la tesis que aqui exponemos, nos inclinamos por la teoría psicológica vigotskiana, por considerar, es la más pertinente para sustentar e impulsar el desarrollo endógeno en Venezuela. Por ser la que más metodológicamente nos va acercando a comprensión de la realidad social que queremos transformar, la que mas claramente reivindica los principios de cooperación, solidaridad y fraternidad en la producción de saberes y conocimientos diririgidos a buscarle solución a los problemas del colectivo nacional. La teoría vigotskiana nos ayuda a comprender que la sociedad venezolana sólo puede entenderse como la historia de la sociedad. Es decir, en la evolución de la sociedad venezolana se halla la clave para comprender la sociedad venezolana de hoy, y en tal sentido, se desprende la agenda que debemos realizar.

Al interrumpir la descoexión sistémica con el capitalismo que se comenzaba a llevar a cabo en el gobierno de Chávez y en consecuencia regresar a someterse a las lógicas del capital, la sociedad venezolana quedó otra vez expuesta a los efectos de la crisis general que sacude al sistema internacional del capital, desplazándose la misma con todas sus contradicciones a todos los rincones de la sociedad venezolana. El desequilibrio sistémico por el cual atraviesa la nación venezolana hoy no obedece sólo a que los trabajadores reciben un salario de hambre, tampoco tiene que ver exclusivamente con la destrucción del aparato productivo, ni que la principal industria, PDVSA, haya disminuido su capacidad industrial o que la salud, la educación y la agricultura no funcionen eficazmente, estos son los efectos de algo mas grande.

Las perturbaciones que vive la sociedad venezolana hunde sus raices en la misma crisis estructural del modo de reproducción metabólica social del capital que raya en los limites del borde establecido y se coloca en el umbral de una nueva realidad. Este sistema político económico por su caducidad y agotamiento no puede hacer otra cosa sino frenar el desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad venezolana y taponea el despliegue de la formación de una espiritualidad donde predomine la cooperación, la fraternidad y la solidaridad, impidiendo el surgimiento de un nuevo modelo social que corresponda al desarrollo endógeno sustentable, a la democracia comunal.
 

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