El lema "Hacer a América Grande de Nuevo" no es únicamente un compromiso electoral; es la base ideológica y la justificación táctica que permite a Donald Trump implementar con vigor la versión actualizada de la Teoría del Loco o la Doctrina de la Imprevisibilidad.
La conexión entre ambos conceptos se puede ver como un fin (MAGA) y un procedimiento (Teoría del Loco).
En este sentido, MAGA establece que Estados Unidos enfrenta un deterioro ("dejó de ser grande") a causa de políticas de globalización, tratados de libre comercio, flujos migratorios y acuerdos internacionales (como la OTAN).
Al atribuir la culpa del "declive" estadounidense al orden liberal y multilateral surgido tras la Segunda Guerra Mundial, MAGA justifica la ruptura con las convenciones diplomáticas y económicas tradicionales. Lo que para la élite convencional puede parecer "irracional" o "loco" (como imponer aranceles a naciones aliadas como México o amenazar con abandonar la OTAN) se convierte en la única respuesta "racional" y necesaria para alcanzar el gran propósito de "Hacer a América Grande de Nuevo".
Por lo tanto, el lema sugiere que únicamente a través de una política de "América Primero" y una desconexión de las cadenas de valor globales (proteccionismo, conflictos comerciales) se puede restaurar la grandeza. La imprevisibilidad y las amenazas severas (Teoría del Loco) se transforman en instrumentos para conseguir concesiones rápidas de aliados y oponentes, forzándolos a ceder ante las exigencias de EE. UU. antes de que el "loco" desestabilice completamente el proceso de negociación.
De allí que la imprevisibilidad se eleva a la categoría de doctrina (la "dinamita Trump") para romper los equilibrios de poder existentes y renegociar desde posiciones de ventaja, buscando el mayor beneficio posible.
Formas de manifestación:
-Elemento MAGA (fin). . . La táctica de la Teoría del Loco se convierte en método.
-El lema "América Primero" garantiza beneficios a través de amenazas severas (aranceles a México, Brasil, Colombia, amenazas de salir de la OTAN y hasta de la ONU o cualquier organismo internacional que no lo favorezca en sus decisiones).
-El proteccionismo, una política que apunta a recuperar la industria que se trasladó a otros países, y para ello utiliza alteraciones de opinión y comentarios agresivos que generan incertidumbre comercial para acelerar la reubicación productiva.
-El ataque a la "corrección política" implica una conducta emocional y un espectáculo mediático (que, aunque pueda parecer espontáneo, mantiene a enemigos y aliados en una tensión constante).
Así, al observar estas dinámicas, notamos que la implementación de esta estrategia integrada ha tenido un efecto devastador en el orden global, minando los cimientos de la gobernanza mundial establecida. ¿Cómo podemos entender esta situación? Pues de la siguiente manera:
Ha habido una disminución en el multilateralismo y en la confianza entre aliados. Como resultado, la consecuencia más significativa es la pérdida de la credibilidad de Estados Unidos como garante de la estabilidad a nivel global. La continua imprevisibilidad ha llevado, en lugar de intimidar, a aliados importantes (como la Unión Europea y Corea del Sur) a embarcarse en una senda de "autonomía operativa". Estas naciones ya no confían plenamente en las garantías de seguridad ni en las promesas de acuerdos duraderos de Washington, lo que les impulsa a forjar nuevas alianzas y a incrementar su inversión en defensa y autosuficiencia.
La administración de Trump ha provocado una inestabilidad comercial y una erosión de la OMC, debido a la utilización de tarifas como herramienta política y la negativa a aceptar las reglas de la Organización Mundial del Comercio, lo cual ha generado una incertidumbre profunda en el comercio global. Esto promueve el proteccionismo internacional y pone en riesgo la fragmentación de la economía del mundo en bloques comerciales cerrados, lo que representa un retroceso para la globalización.
Este gobierno republicano ha ensayado situaciones riesgosas de escalada en conflictos. Cuando un líder es visto como realmente inestable y dispuesto a asumir costos desmedidos, el riesgo de que los adversarios cometan errores de cálculo aumenta considerablemente. La aplicación de un enfoque "irracional" en áreas de conflicto (como en el Medio Oriente o en las tensiones con China) podría hacer que la otra parte decida mantenerse firme o intensificar la situación, temiendo que cualquier concesión sea interpretada como el comienzo de demandas aún mayores por parte del actor "inestable". La estrategia busca alcanzar la paz mediante la amenaza, pero puede provocar una confrontación a raíz de un malentendido.
Por lo tanto, algunos rivales han demostrado ser inmunes a este enfoque. Observando el comportamiento de Trump, líderes como Vladimir Putin o el gobierno de China han elegido consolidar sus posiciones mientras esperan que esta "locura" estadounidense se disipe, a la vez que se dedican a crear estructuras financieras y políticas alternativas (como BRICS) que sean resistentes al dólar y a la coerción de Estados Unidos, acelerando así el proceso hacia un orden multipolar.
PARTE V.
La estrategia internacional promovida por el movimiento MAGA (Make America Great Again) no se basa en una única perspectiva tradicional, sino que forma una doctrina híbrida y útil que integra principios de diversas teorías para cumplir con la meta de "America First". Las teorías de relaciones exteriores que se aplican a MAGA y guían la conducta del "Imperio" (Estados Unidos) son:
El núcleo fundamental de MAGA se expresa a través de la Doctrina "America First", el cual es el marco ideológico general que rige la política exterior de Trump y su movimiento.
- Coloca los intereses, la seguridad y el bienestar económico de Estados Unidos por encima de cualquier consideración multilateral, alianzas de larga duración o tratados de libre comercio.
- Estas acciones reflejan una visión transaccional y bilateral de las interacciones globales. Las alianzas, como la OTAN, son vistas como acuerdos onerosos, mientras que los convenios internacionales, como el Acuerdo de París o el TPP, son considerados como obstáculos para la soberanía económica.
- MAGA se basa firmemente en el realismo, pero de un modo específico que prioriza la fuerza y las ganancias inmediatas sobre la estabilidad del sistema.
- Aunque los realistas convencionales subrayan la importancia de maximizar el poder, la política de MAGA adopta una perspectiva de realismo agresivo en situaciones donde identifica una ventaja inminente, como en la guerra comercial con China o la renegociación del NAFTA/T-MEC (Acuerdos comerciales que han regulado y regulan el comercio y la inversión entre Canadá, Estados Unidos y México.)
El uso de la fuerza (por medio de aranceles y sanciones) se convierte en la primera opción y no en el último recurso.
- Este movimiento desprecia los fundamentos del Liberalismo Institucional (organismos como la ONU, la OMC y la OTAN) que fueron establecidos por Estados Unidos, considerándolos no como herramientas de estabilidad, sino como estructuras que restringen la libertad de acción de la superpotencia.
- Hay un enfoque marcado en la Seguridad Fronteriza, redefinida y obsesivamente centrada en la seguridad fronteriza (inmigración), priorizando este asunto interno como una cuestión de política exterior antes que los tradicionales desafíos geopolíticos (como el cambio climático o conflictos en otras partes del mundo).
- MAGA hace énfasis en la Teoría de la Impredecibilidad (Teoría del Loco).
- También se nutre de factores culturales. Aunque no es una teoría formal de Relaciones Internacionales, algunos estudiosos sitúan la política MAGA en la Tradición Jacksoniana de la política exterior estadounidense, que se conecta directamente con la base de votantes de Trump (Andrew Jackson, quien presidió Estados Unidos de 1829 a 1837):
- Promueve el Nacionalismo Populista, enmarcándose dentro de una perspectiva de política exterior impulsada por el rencor de las clases trabajadoras hacia las élites. Defiende la soberanía del pueblo y se opone a cualquier "guerra de la élite" o acuerdos que favorezcan a los privilegiados de Washington en detrimento del "hombre olvidado".
- Manifiesta una profunda desconfianza hacia los extranjeros y las élites, exigiendo que la política exterior se centre únicamente en la protección del honor y el bienestar del ciudadano estadounidense común, sin piedad a aquellos que sean percibidos como una amenaza.
La estrategia internacional de MAGA es, fundamentalmente, un enfoque drástico que pretende desmantelar el orden liberal que ha dominado Estados Unidos desde la guerra, con la intención de rehacerlo, supuestamente, sobre cimientos más favorables y unilaterales para el país.
PARTE VI Y FINAL DEL ENSAYO.
La cuestión es: ¿Realmente Trump promueve las teorías de Jackson en beneficio del pueblo? ¿O por el contrario, los engaña y actúa en beneficio de las élites?
Realmente percibo que Donald Trump se aprovecha de la urgencia de su base por obtener respuestas drásticas a los inconvenientes que enfrenta esa sociedad. Por esta razón, se observa una fusión de lenguaje Jacksoniano que apela a las masas, junto con políticas económicas que han beneficiado a los grupos privilegiados.
Para los analistas de los medios estadounidenses que examinan su actuación como líder, Trump es visto como un continuador de la tradición Jacksoniana en gran parte debido a su forma de comunicar y su mensaje político, el cual resuena profundamente con su electorado (el "ciudadano común" opuesto a las élites):
Durante su campaña, se posicionó como un opositor al sistema, es decir, en contra de las élites, aunque él mismo pertenece a ese círculo. Este enfoque lo usa únicamente contra los demócratas, que son su blanco verbal. Similar a Andrew Jackson, Trump se presentó como un extraño que prometía "drenar el pantano" de la élite corrupta en Washington (los demócratas). Este mensaje hizo eco en los votantes que se sienten desatendidos por la política tradicional.
Por eso, el lema "America First" es una versión moderna del nacionalismo jacksoniano. Sus tácticas de guerra comercial (impuestos) y el abandono de acuerdos globales como el TPP o el Acuerdo de París, fueron justificados como acciones protectoras de empleos e industrias estadounidenses, especialmente en la manufactura, cumpliendo así una promesa fundamental a su electorado.
Otra característica de su gestión, basada en la teoría del "loco", es llevar a cabo un gobierno centrado en su persona y unilateral, mostrando desconfianza hacia entidades multilaterales (como la OTAN o la ONU) y eligiendo abordar los temas de manera directa y unilateral.
A pesar de su discurso populista, muchas de sus políticas económicas ayudan a las grandes corporaciones y a los más adinerados, lo que demuestra que ha engañado a su base de votantes.
Este engaño se manifiesta en su política de reducción de impuestos para las grandes empresas, donde argumentó en 2017 que resultaría en la creación de empleos, lo que no ocurrió.
Su administración llevó a cabo una agenda de desregulación que benefició a sectores clave como el energético, financiero y ambiental, favoreciendo los intereses de los propietarios y líderes de estas industrias (las élites), mientras que las repercusiones (como el daño ambiental o los riesgos financieros) recaen sobre la población en general. Su propuesta de recortar el gasto en programas de asistencia social y de salud como Medicaid y SNAP perjudica directamente a los más desfavorecidos, muchos de los cuales son parte de su base.
En esencia, Trump representa un claro caso de populismo jacksoniano en apariencia, utilizando un enfoque que atrajo a los trabajadores y a quienes viven en áreas rurales a través de un mensaje de queja hacia la élite. No obstante, en el trasfondo de las decisiones políticas (particularmente en lo que respecta a impuestos y regulaciones), su gobierno se alinea notablemente con los intereses de las élites económicas y corporativas, revelando que el "pueblo" fue manipulado y, al final, engañado por las estrategias de este impostor.