Cuando veas las barbas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo
Van a entrar por donde menos esperamos
Por: Luis Enrique Sánchez P.
Sábado, 23/08/2025 09:39 AM
Si, tal cual les digo, van a entrar por donde menos lo esperamos, aunque se están posesionando en frente de la puerta de nuestra casa, lo más probable es que entren, si su plan es entrar, como todo parece indicarlo, y no sólo amedrentar, como podría ser, van a entrar o a intentar entrar por donde menos lo esperamos.
Y usted se preguntará y cómo es que estás tan seguro, cómo es que sabe usted eso, pues, les diré que a través del análisis de probabilidades y asumiendo la posible visión de los estrategas que han estado concibiendo, armando, tejiendo desde hace tiempo una tarea de el tipo que nos están mostrando.
Han estudiado al país, a su geografía no sólo física y política sino también a nuestras características mentales, poblacionales, nuestra manera de actuar, de pensar, de reaccionar, de concebir la vida, así como nuestras divisiones y contradicciones.
Nos han diseccionado y creen saber todo sobre nosotros, aunque yo opino y creo , muy personalmente, que no nos conocen del todo ni saben de lo que somos capaces, de lo que estamos hechos, sin ser arrogantes.
Otra pregunta que surge es cuál es ese rincón, ese sitio o escondrijo que van a utilizar o están utilizando y que parece que no nos estamos dando cuenta, cuál es, dónde está, cuáles son sus coordenadas, tengan paciencia, ahí voy, y en seguida se los digo, me lo recordó el maestro Rómulo Gallegos en su novela Doña Bárbara y lleva el nombre de un hato que aparece en su narración, se trata de El Miedo.
El Miedo.
Si, por ese mágico sitio se nos quieren meter.
Mejor dicho.
Se nos están metiendo por el miedo, por el temor, por la condición sicológica de el miedo, no solamente el miedo individual sino también por el miedo colectivo, miedo a la guerra, a ser invadidos, tomados, arrinconados, heridos y asesinados, sometidos y no sólo por lo que han logrado armar desde el punto de vista de una fuerza real de choque, disciplinada, bien entrenada, que tenemos instalada en frente de nuestras narices, sino que también hay que añadirle el componente de un trabajo de muchos años, que podríamos denominar: la ideología del guerrero invencible, que han armado durante décadas y a las fábulas creadas y tejidas en las fábricas ideológicas de Hollywood y sus asociados.
Ideología digo, porque la realidad histórica indica que no hay tal poder invencible, solo existe en la mente y en el mundo fabuloso de quienes lo crearon y en las mentes de quienes lo creen y lo han digerido casi por ósmosis, entre ellos, muchos de nosotros.
A través de un intenso y afincado trabajo ideológico nos han hecho pensar de esa manera en la cual siempre estamos en una escala inferior, casi como víctimas naturales de una situación que no se puede cambiar.
Atentos con eso, por lo menos, tengámoslo en cuenta.
Si usted es escéptico y no me cree, revise, lo invito, examine la historia y verá que todo no ha sido victoria como nos la presentan en las películas donde el guerrero blanco nunca sale herido y atraviesa lluvias de plomo, de balas y peligros sin ser apenas tocado por alguno de ellos, como un Superman cualquiera, y si es herido, en esas fabulosas tramas, siempre aparece en un hospital muy bien atendido, guapo, hermoso y mágicamente recuperado, con un leve choque postraumático y casi listo para reincorporarse a la batalla donde quiera que esta ocurra y por el amor a la libertad y por la defensa de la democracia en todo el mundo, la democracia tal cual ellos, los norteamericanos, la conciben y la viven.
Recordemos a Vietnam de donde salieron huyendo y derrotados a pesar de la supuesta superioridad técnica y armamentística, recordemos Afganistán de donde no hace mucho, también tuvieron que dejar, salir dejando un equipo militar valioso que no pudieron llevarse.
Eso si, no puede negarse la fortaleza que los del norte tienen en el componente mediático donde crean patrones de opinión y destrozan la reputación de un país o de sus líderes, sin mostrar la menor prueba como ocurre actualmente con Venezuela.
Las cosas son como nosotros decimos que son y no tenemos que probar nada y quienes no nos crean y apoyen sumisamente, serán tomados como enemigos.
Van a entrar por donde menos lo esperamos, si entran, y aquí estaremos esperándolos, no tendría porque ser así, pero así es y debemos estar preparados para lo peor, esperando que pase lo mejor.
Se te quiere Venezuela, permanezcamos unidos y manejemos con sabiduría nuestros temores.
Y a los países amigos, aliados y también, a los no tan cercanos les recordamos que cuando veas las barbas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo.