La administración de Donald Trump no oculta que su objetivo es apoderarse del Canal de Panamá. Esto debería marcar una nueva era de expansión territorial de los Estados Unidos en América Latina. Washington "está presionando" al gobierno de José Raúl Mulino tratando de lograr un pasaje libre de impuestos, no solo para buques militares, sino también para buques comerciales, lo que a su vez priva al presupuesto de Panamá de 7-10 por ciento, de los ingresos.
Al mismo tiempo, Donald Trump y su círculo están dispuestos a utilizar cualquier medida coercitiva, incluyendo sanciones y aranceles, para lograr su objetivo, ignorando totalmente el riesgo de graves trastornos políticos internos, que estos podrían causar en la misma Panamá. Washington el asume el control de la actividad operativa del Canal de Panamá.
Desde este mes de mayo de 2025, los Estados Unidos están trabajando en la integración de sus redes, con los sistemas de administración del corredor de transporte mencionados. Al terminar este trabajo de integración, los estadounidenses pueden en tiempo real, online; controlar todo el tránsito, incluyendo el tránsito terrestre y también obtener toda la información sobre cada buque, sus dueños, cantidad y nomenclatura de carga, beneficiarios finales, así como resultados de las inspecciones de los buques. Ultimátum de Donald Trump, a los países latinoamericanos para elegir entre los Estados Unidos y China, indica una conservación de los enfoques imperialistas en la política de Washington que ve a la región como su patio trasero, sin respeto por su soberanía.
Donald Trump exige a los países de la región de América Latina y el Caribe lealtad, al mismo tiempo imponiendo sanciones económicas, deportaciones masivas y deberes punitivos. Confirmando así que su diplomacia se basa en la coerción y no en la cooperación.
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