En las sociedades antiguas como la griega existían personajes, medios o instrumentos instalados en un lugar sagrado que servían como intermediario para la respuesta u "oráculo" que una deidad daba a una consulta o a una pregunta personal. Esta explicación se obtenía mediante técnicas adivinatorias utilizando como intermediario a un sacerdote, una sibila o pitonisa o sacerdotisa. También el oráculo puede referirse metafóricamente a cualquier fuente considerada de sabiduría, incluyendo textos sagrados, líderes espirituales e incluso ciertos métodos de predicción. En Grecia fue famoso el Oráculo de Delfos dedicado a Apolo.
Otro término que se utilizó en tiempos pasados fue la palabra "heraldo" para referirse principalmente a un mensajero o anunciador en contextos históricos y simbólicos. En el medioevo, un heraldo era un oficial encargado de transmitir mensajes importantes, anunciar la guerra o la paz, organizar torneos y ceremonias. En otras civilizaciones el heraldo era el personaje que pregonaba algo que podría suceder, un mensajero o un vocero. En la antigüedad los heraldos eran oficiales que llevaban órdenes de los monarcas, convocaban a quienes eran citados por los reyes o silenciaban a la gente para que pudieran hablar los soberanos en público.
No se por qué razón, cuando pienso en la goda María Corina Machado me llega a la pensadora las palabras oráculo y heraldo. Da la impresión que alguna deidad la tomó como instrumento para dar respuesta a ciertos interrogantes vinculados con la política venezolana. Como poseedora de ese mensaje divino, pasó luego a convertirse en el heraldo de dios, que en este caso la deidad parece ser el presidente de los EEUU. Es decir, la referida asumió el papel de la mensajera del mal o el heraldo de las desgracias, un ángel de mal agüero.
Durante más de veinte años la goda MCM utiliza el exaltado verbo para transmitir mensajes diabólicos al pueblo de Venezuela, anuncios que con el tiempo se convirtieron en acciones perjudiciales contra más de 30 millones de habitantes. Cada vez que la goda MCM se presentaba y se presenta frente a las cámaras de televisión en las redes sociales notificaba y notifica sus procedimientos que a la larga se transforman en desgracias para miles de personas. Su comienzo fue el respaldo a Carmona el Breve, cuando este junto con un grupo de conspiradores intentaron derrocar al presidente Chávez. La nombrada por primera vez, mediante su rúbrica, en el acta de instalación del gobierno de facto confirmó su vocación golpista y antidemocrática. Se trató de un golpe de estado (2002) patrocinado por el gobierno de EEUU, que por suerte duró menos de 48 horas gracias a las acciones de rescate del pueblo venezolano.
A partir de aquella fecha nefasta la goda MCM parece una posesa del oráculo del mal, el mensaje que transmite, actuando como intermediaria de los gobiernos de EEUU, es el lineamiento que sirve a los intereses de su dios, el jefe del Pentágono. Se convierte así, el Ángel de Mal Agüero, en la vocera de su mensaje y tal encargo es la violencia. La Mensajera del Mal se declaró en conspiración permanente y pactó con lo peor de la política del país, como Leopoldo López, Borges, Guaidó, Capriles, Goicochea, Stalin González, Lester Toledo, Antonio Ledezma, Andrés Velázquez, Magaly Meda entre tantas sabandijas en el ámbito nacional. En la esfera internacional encontró respaldo en la sentina política como son Bush, Obama, Uribe, Duque, Almagro, Pastrana, Marcos Rubio, María Elvira Salazar entre tantos, sin olvidar los nexos con grupos terroristas, mercenarios y narcotraficantes que la apoyan financieramente para cumplir sus actos golpistas y actuaciones violentas.
No hay actos protagonizados por la Mensajera del Mal que no hayan derivado en desgracias, como fueron las guarimbas consumadas en Caracas y en algunas ciudades de Venezuela en el año 2014. Estas no fueron más que manifestaciones violentas, escenificadas por extremistas de derecha y mercenarios con el fin de provocar caos y desestabilizar el gobierno democrático. Se evidenciaron en dichos actos mecanismos antidemocráticos en el intento de imponer la violencia contra todos los ciudadanos, el resultado de tales procedimientos fueron cientos de muertos y heridos, propiedad privada y pública destrozada o incinerada.
La Mensajera del Mal, la goda MCM, en todos estos 20 años no ha descansado en sus planes conspirativos, es el heraldo en posesión del oráculo que revela lo que debe transmitir según le impone el gobierno de EEUU, su dios. Es por eso que junto a otros traidores venezolanos el Heraldo de la Desgracia solicita la aplicación de medidas coercitivas e ilegales contra el pueblo de Venezuela, es decir, sanciones económicas y financieras para cerrarle el comercio a Venezuela en el ámbito internacional. Como consecuencia de estas prohibiciones el gobierno venezolano no podía ni puede vender sus productos de exportación (petróleo, oro, aluminio hierro…) y tampoco comprar renglones como como medicinas, alimentos, instrumental clínico, repuestos para autos y otros productos que le aseguran una calidad de vida a los hijos de Bolívar. Secuela de lo anterior: miles de fallecidos como consecuencia de la carencia de medicinas o por imposibilidad de realizar operaciones quirúrgicas en los hospitales, cola para comprar alimentos, cierre de comercios por falta de mercancía, devaluación de nuestra moneda y como consecuencia, el deterioro de los sueldos y salarios. Derivado de lo anterior desapareció la clase media profesional conformados por funcionarios o empleados del gobierno y empresas, profesores de educación media y docentes universitarios, cuyos honorarios se deterioraron al nivel más bajo. Estos profesionales ya no pudieron comprar apartamentos o carros a crédito, imposibilidad de viajar o tomar unas vacaciones o comprar libros. Fueron notorios los cierres de numerosas editoriales que ante la dificultad de costear la edición de libros, debido al aumento de los importes de la tinta y el papel, se vieron en la necesidad de cerrar las empresas. Todo esto consecuencia del mensaje emanado por la boca de la goda MCM y de sus acciones terroríficas.
La goda MCM parece cumplir a cabalidad su papel de Mensajera del Mal y conforme con lo anterior, ella, junto a una cáfila traidores comienzan a solicitar la invasión de una fuerza militar extranjera, es decir, los "marines" estadounidense, para derribar al presidente Maduro y apresarlo o asesinarlo junto a otros funcionarios y a connotados miembros de nuestro ejército. Este mensaje, que no es más que el oráculo dictado por el Departamento de Estado de USA, fue escuchado y como consecuencia se enviaron al mar Caribe 8 destructores con misiles de largo alcance, un submarino nuclear, un portaaviones y numerosos aviones y drones que mantiene una permanente amenaza contra Venezuela y los países cercanos a las costas caribeñas. Todos con la excusa de la lucha contra el narcotráfico (violando leyes internacionales) que ha costado la vida a decenas de pescadores. Tal enfrentamiento contra el comercio ilegal de estupefacientes no es más que un pretexto para que el gobierno de Trump se apodere del crudo venezolano y de otra materia prima localizada en la zona. Algo extraño es que las autoridades de EEUU no vigilan sus costas, el cielo y las vías terrestre por donde entra la droga procedente de varias partes del mundo para ser vendida en el país donde se consume el 80 % de la droga que se produce en el mundo. De los muertos y la destrucción de una invasión militar a un país no dice nada la Mensajera de Mal, pero con su silencio la aprueba.
No se debe olvidar que la cáfila de bandidos próximos a la Mensajera del Mal fueron los responsables de la migración de venezolanos, consecuencia de la grave situación económica debido a las sanciones, hacia diferentes partes del planeta, sobre todo hacia EEUU, así mismo, hacia ciertos países de Suramérica. Son estos venezolanos que Trump acusa de delincuentes, miembros del extinto Tren de Aragua y que, según él, fueron sacados de las cárceles venezolanas para desestabilizar al país de Tío Sam, los mismos trabajadores que Borges llamó plaga que iban a infectar a los países donde trabajaban. Hoy por hoy aquellos emigrantes venezolanos son víctimas de ignominiosas vejaciones, tratos inhumanos, acusados de delincuentes, apresados y secuestrados y en otras regiones de Sudamérica, además asesinados como mártires de la xenofobia, un odio alimentado por la derecha nacional e internacional. La goda MCM en tiempos pasados ensalzó el trato que Trump les dio a los venezolanos secuestrados de la cárcel de El Salvador y hoy pretende solicitar la revisión de los casos de los venezolanos que se quedan sin TPS, por decreto de del gordinflón rubio, a riesgo de la deportación. El oráculo incluye la hipocresía y la Mensajera del Mal está obligada a divulgar la mentira.
Todo lo anterior parece una motivación de los jueces para otorgarle a la Mensajera del Mal el premio Nobel de la Paz. Quizás escucharon las arengas de la goda MCM donde prometía a los venezolanos y al mundo libertad y democracia para un pueblo que en numerosas oportunidades acude a las urnas a seleccionar sus gobernantes. De igual modo, también se enteraron los suecos cuando el Heraldo de la Desgracia solicitaba la intervención de fuerzas militares extranjeras para invadir a su país, además, de la oferta de nuestro territorio para entregar las riquezas a las grandes corporaciones económicas y financieras internacionales. Extraña libertad y democracia que ofrece la premio Nobel, aquella que practica un ejército extranjero de ocupación. El Heraldo de la Desgracia si sabe de hipocresía, es por eso que recuerdo una frase que alguien que no recuerdo su nombre expresó: "Hay personas cuya falsedad alcanza tal magnitud que no llegan a ser consciente de lo que piensan, ni de si es cierto o no". Lee que algo queda.