13 de julio de 2025.-Como parte de la ofensiva migratoria de Donald Trump, tres niños ciudadanos estadounidenses fueron deportados junto con sus madres por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Nueva Orleans el viernes por la mañana. Uno de los niños recibía tratamiento contra el cáncer y una de las madres estaba embarazada, informó MSM.com.
Ambas familias llevaban años viviendo en el país y mantenían vínculos con sus comunidades, según la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) de Luisiana, que advierte que las circunstancias de sus repentinas deportaciones plantean graves problemas de debido proceso. La organización de derechos civiles afirma que la primera familia fue detenida el martes y la segunda el jueves, y que a una de las madres se le permitió hablar por teléfono menos de un minuto antes de que la llamada se cortara abruptamente, después de que su esposo intentara proporcionar el número de teléfono de un abogado.
Entre los niños deportados junto con sus madres, según la ACLU, se encuentran tres ciudadanos estadounidenses de dos, cuatro y siete años. Uno de los niños es ciudadano estadounidense y padece una rara forma de cáncer metastásico. Fue deportado del país sin medicación ni consulta con sus médicos tratantes, a pesar de que se notificó al ICE con antelación sobre las necesidades médicas del niño. La organización de derechos civiles afirma que una de las madres está embarazada y fue deportada sin garantizar la continuidad de la atención prenatal ni la atención médica adecuada.
La deportación del niño de dos años recibió una amplia cobertura mediática el viernes por la noche, después de que el juez del caso solicitara una audiencia y escribiera en un expediente judicial que, al parecer, la administración Trump "acababa de deportar a un ciudadano estadounidense sin un proceso legal formal".
Según la ACLU, ambas familias fueron aisladas durante un momento clave en el que se tomaron decisiones sobre la salud, la seguridad y los derechos legales de los niños involucrados, ya que no pudieron consultar con sus representantes legales. Las propias directivas escritas del ICE exigen la coordinación del cuidado de los menores con cuidadores dispuestos durante la detención.
"Una agencia gubernamental que secuestra y deporta a madres vulnerables con sus hijos ciudadanos estadounidenses sin el debido proceso debe ser desfinanciada, no recompensada con 45 mil millones de dólares adicionales para continuar a expensas de los contribuyentes", declaró Mich P. Gonzalez, socia fundadora de Sanctuary of the South. Estas familias cumplían legalmente con las órdenes del ICE y, por ello, sufrieron una separación cruel y traumática. Si esto es lo que la administración Trump está orquestando en tan solo tres meses, todos deberíamos estar aterrorizados por lo que nos depararán los próximos cuatro años.
Esta es al menos la segunda vez que la administración Trump deporta a un niño con cáncer. El mes pasado, una ciudadana estadounidense, una niña de 10 años con cáncer cerebral, fue deportada de Texas a México con sus padres indocumentados.