¿Se armarán los demócratas para defenderse de Trump?

Jueves, 30/10/2025 05:39 AM

Pensar en la posibilidad de una guerra civil en Estados Unidos, no es cosa de mentes descabelladas o enemigos fanáticos de los Estados Unidos, sino que el propio Presidente de esa nación, esta impulsándola, echándole gasolina a la candela cuando anuncia un incremento de la intervención militar en las ciudades de su país, ya presentes en Illinois, Chicago, Washington, con una intensidad creciente contra San Francisco. 

Trump siempre pareciera que habla de libertad pero movilizar a los militares contra su país indudablemente que es hablar de tiranía. Desaparece con ello el control democrático sobre el ejecutivo. ¿Cómo podrán defenderse los demócratas, grupo politico identificado como uno de los acosados?

Esta pregunta lógica lleva a pensar que en cualquier momento ocurrirá la aparición de grupos armados vinculados de manera informal a las políticas y demócratas y es algo que gravita como una amenaza real en el contexto de creciente violencia política que atraviesa Estados Unidos y que como dijimos el propio presidente alimenta, aunque no sabemos cómo actúan los demócratas bajo cuerda. El uso partidista del aparato coercitivo del Estado es un factor detonante que no puede subestimarse pues siempre trae una respuesta militar. 

Cuando se habla de invasión interna y se afirma que el sistema político ha dejado de funcionar como una democracia coherente, se abre un vacío de legitimidad. Así sea de baja intensidad, es guerra civil. Y ante una un espectro de 100 millones de estadounidenses pobres de solemnidad, que no van a mejorar con violencia contra Venezuela, lo que falta es que Melania diga como María Antonieta, Buenas son tortas. JaJa. Hay un vacío institucional que no se sabe cómo llenar, y la apariencia es que Trump lo provoca. ¡Eso es la política de máxima presión a lo interno? Por ello si ya impera la percepción de que el Estado ha sido capturado por la facción opuesta convierte la necesidad de protección en un impulso organizativo: comunidades enteras comienzan a buscar seguridad y orden a través de sus grupos armados. Un universo apocalíptico. 

Con el uso partidista del poder del Estado, señalan algunos análisis se apropian de una ventaja injusta lo que genera un incentivo para que los sectores demócratas o de otros grupos tanto de derecha como izquierda, busquen igualar la fuerza, no por ambición, sino por necesidad defensiva. La lógica es clara, si el Estado se convierte en instrumento de represión más allá de lo aceptado, la autodefensa deja de ser una opción y se transforma en un catalizador para la formación de movimientos de resistencia armados

La polarización extrema que impulsa el Presidente Donald Trump,  refuerza este proceso; cuando los líderes políticos del lado republicano, califican a sus opositores como “terroristas domésticos” o “enemigos internos”, no solo los desacreditan: los des americanizan. Esta des americanización allana el camino para la violencia, pues convierte al adversario en una amenaza extraña y externa.  Si el otro bando representa un peligro para la supervivencia del país, entonces usar la fuerza contra él no es un crimen, sino un acto de patriotismo. En ese marco, la violencia deja de ser un tabú y se convierte en una necesidad de supervivencia.

 Este argumento además arroja luz sobre el porqué de la violencia extrema contra los inmigrantes no blancos principalmente venezolanos pobres, porque al desamericanizarlos impulsa el repudio hacia ellos, del resto de la población de Estados Unidos.

La emergencia de grupos armados demócratas partiría de haberse convertido en la victima propicia para explicar las calamidades y desventuras que se encuentra en el camino la marcha trumpista, por una parte, y por la otra hay que contar con la evolución y radicalización de grupos ya existentes tanto de un bando como de otro.

 Así en la extrema derecha, destacan milicias anti demócratas, supremacistas blancos y facciones como los Proud Boys o los Oath Keepers, que ya han participado en violencia de apoyo Donald Trump, como el asalto al Capitolio y en confrontaciones armadas durante protestas. Del lado demócrata, grupos antifascistas como Antifa o colectivos que priorizan la defensa de comunidades minoritarias frente a la agresión policial o de milicias derechistas también han protagonizado enfrentamientos y reivindicado la autodefensa armada como principio.

Aunque la violencia en Estados Unidos no tiene paternidad pues nace o se manifiesta en cualquier grupo social o político. Así el asesinato de Charlie Kirk fue ejecutado por una persona de la derecha. 

Todo esto sugiere que la violencia que se vive en los EEUU no es un fenómeno aislado. Estamos ante el pleno desarrollo de una violencia política crónica y hasta ahora, dispersa, donde la lucha ideológica se expresa como violencia. En este contexto, la militarización civil deja de ser una hipótesis y se convierte en una deriva probable, empujando a ambos bandos a organizarse no solo para disputar el poder, sino para sobrevivir en un país donde la legalidad, la justicia y la seguridad se han vuelto territorios de confrontación y lucha.

 

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