El gabinete oligarca: multimillonarios al mando

Miércoles, 29/10/2025 06:06 AM

La llegada de Donald Trump a la política de Estados Unidos se da dentro de un conjunto de cambios estructurales que están sucediendo dentro de su dinámica económica, social y política, como son en primer lugar el avance y desarrollo del nuevo paradigma tecnológico fundamentado en la informática y lo digital que significa una modificación radical al uso de la mecánica que caracterizo las etapas o paradigmas anteriores y funcionan como ejes estructurantes de los cambios sociales modernos.

Este cambio tecnológico impulsó un cambio igualmente radical al aplicarse al sector productivo y administrativo, creando nuevas ramas y sectores industriales, con nuevos jefes industriales con otra mentalidad y mayor poder financiero que los segmentos empresariales anteriores; todo ese empuje de cambio se refleja en lo politico con un alejamiento de la visión política anterior y de los partidos, sin que eso signifique un cambio radical para mejor de los mismos ni de sus dirigentes. Antes por el contrario se creó una visión más oligárquica y derechista, ante la escasez de propuestas alternativas valederas de sectores populares y de intelectuales. La derecha no tiene ideológica e intelectualmente con quien luchar.

Con los cambios tecnológicos telúricos ocurridos también se da una consolidación del poder oligárquico a nivel mundial.

Con la llegada de Donald Trump ocurre el cambio radical en Estados Unidos, con su visión de la nueva oligárquica y un equipo de oligarcas que necesita para instaurarse y gobernar, todos vinculados ciegamente con la derecha de ese país.

El grupo empresarial y nuevos jefes industriales que apoyan a Donald Trump, (es posible que también apoyen a los demócratas), son figuras del Silicon Valley y del sector tecnológico, dueños de grandes empresas, donde destaca Elon Musk, a quien se le llegó a crear una departamento para la transformación de la administración. Convirtió así al poder económico en poder ejecutivo. Así que Trump el oligárquico, no actúa en solitario, pues ha conformado un gabinete también oligárquico, acompañante y generador de políticas.

La revista y página web, Forbes, público la siguiente relación de la fortuna de miembros del gabinete actual de los Estados Unidos:

"La mayor parte de la asombrosa riqueza del Gabinete proviene de Lutnick, actual secretario de Comercio; y Linda McMahon, secretaria de Educación, ambos multimillonarios. Tres hombres de unos sesenta años —el secretario del Tesoro, Scott Bessent; el secretario del Interior, Doug Burgum; y el secretario de Energía, Chris Wright— poseen cada uno fortunas de al menos 100 millones de dólares.

También están el secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., quien es ampliamente rechazado por su adinerada familia, y un puñado de emprendedores y empresarios como la secretaria de Trabajo, Lori Chávez-DeRemer, quien cofundó una clínica de anestesiología en Portland, Oregón, con su esposo, un médico.

El único político de carrera es el secretario de Estado, Marco Rubio, uno de los 11 simples millonarios del Gabinete. Por supuesto, ningún miembro del Gabinete es tan rico como el hombre al que sirven, el único presidente multimillonario en la historia de Estados Unidos."

Las consecuencias para los Estados Unidos al ser dirigido por este grupo de personas excepcionalmente ricas, son muchas, entre ellas influir directamente en el diseño de la política central de Trump, como es USA Primero, pues se vincula al proteccionismo de las empresas que patrocina este grupo oligárquico.

La presencia de multimillonarios en el gabinete de Trump no es un detalle banal ni ornamental, es funcional, dirigida a obtener mayores y mejores resultados en el sector privado, lo cual simplemente significa mayor plusvalía y mayor riqueza acumulada. Por otra parte cada uno representa un sector empresarial y productivo, con su lógica empresarial. Trump con su gabinete oligárquico ha llevado a la práctica una forma de gobernar burguesa directa, sin intermediarios.

Las consecuencias son múltiples, profundas, variadas, pero que no han podido ser aprovechadas por los disconformes, pues al igual que Argentina en las recientes elecciones, no tienen una propuesta intelectualmente elaborada que sea convincente. Por otra parte está la propia ideología del sistema que compartida por todos, aun por los súper explotados, considera a los superricos como exitosos, y un ejemplo de lo que ellos creen que podrían llegar a ser.

Imagínense 320 millones de Elon Musk. JaJaJa. Pero es el sueño en el que viven y creen. Claro no hay ejemplos alternativos en el mundo y China y Rusia no han podido convencer ni enamorar con las bondades de su sistema en comparación con el de Estados Unidos, para convencer a esa población súper alienada, de combatir a los súper ricos.

La fuerza de la oligarquía para su permanencia en el poder se fundamenta en su conciencia de clase. Saben que son una clase distinta a las demás y saben cuál es su origen, y no se detienen por consideraciones humanitarias para conservarse. Del lado contrario no hay esa conciencia. Son diferencias estructurales, estructurantes y explicativas. Es prioritario resolverlo.

La esperanza reside en que a la gente no se le olvide soñar, especialmente a aquellos que hoy no tienen sueños, sino solo ganas de dormir, pues la posibilidad de imaginar una alternativa viable, será el inicio para quebrar la hegemonía de esta oligarquí a burguesa.

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